Oliver estaba en su oficina a la espera de que Luna le trajera la investigación completa sobre Diana y todos sus movimientos. No se imaginaba con lo que se iba a topar cuando la asistente le dejó un sobre grueso sobre su escritorio. —Lo que he conseguido es información detallada y completa —le dijo con anticipación antes de pedir permiso y retirarse.Oliver respiró profundo antes de sacar todo el contenido y esparcirlo sobre su escritorio, dándose cuenta de que habían muchísimas fotografías de la chica en diversos lugares, así como una declaración escrita por parte de la doctora que la atendió ese día. Pudo confirmar que Diana se embarazó de su mejor amigo, que había perdido a su bebé, además de eso se le vio entrar en una tienda para comprar lo que necesitaba y fingir seguir embarazada. Había aún más, consiguió informarse sobre la relación que tenía Diana y aquella joven interna en un sanatorio. Para abarcar un poco más sobre ese asunto llamó a Luna, quien regresó con premura. —¿
—¿Una joven encerrada en un sanatorio acusada de haber matado a su propio padre incluso cuando solo tenía cinco años? —le preguntó incrédula y sintiendo como la recorría un escalofríos con solo hablar sobre un tema tan delicado y fuerte. Parecía una película de terror. Diana lucía como el monstruo. —¿No te parece eso demasiado raro? A sabiendas del tipo de persona que es Diana, no me extrañaría que ella tenga algo que ver con la muerte de ese hombre, alguien que le doblaba la edad y aún así estaba con él. —Diana una vez me habló sobre no tener suerte con las relaciones, tal vez alguien con quien haya salido anteriormente sepa más de ella de lo que pensamos.—Sí, ¿debería ir a ese sanatorio? —Iré contigo. De pronto si se nos permite ver a esa joven, quizás le pueda transmitir un poco de confianza y nos cuente —añadió, eso sonaba como una buena idea. No se perdía nada con intentarlo. Oliver, asintió con la cabeza, antes de tomar asiento. Esperaba que eso funcionara. —No nos afec
A los dos se les desencajó el rostro al escucharla hablar de algo que los dejó paralizados. ¡¿Un bebé?! —¿Cómo es posible? —aturdida se incorporaba nuevamente. Y tuvo que tomarse algunos segundos para procesar lo que Mar le declaraba. —Maldición —rugió Oliver, no pudiendo creer que algo así habían hecho, porque no había que pensar demasiado para concluir que uno de esos desgraciados en aquel sanatorio tenía la culpa. Diana, era tan culpable de todo. —¿Puedes decirnos quien lo ha hecho? —continúo Pamela indecisa.—No lo sé —le dijo negando con la cabeza volviendo a verla con esos enormes ojos que solo estaban habitados por la tristeza. —Oliver —lo vio, tenía los ojos acuosos—. No puedo con tanto.El CEO la abrazó y volvió a dirigirse a la pequeña. —¿Por qué estás aquí, Mar? —Porque Diana dijo que no estoy bien de la cabeza, que yo le di a mi papá veneno para que se muriera, pero en realidad ella me dijo que no le pasaría nada malo, que solo eran los medicamentos que normalmente
Mar al verlos se alegró demasiado, eran sus dos personas favoritas en el mundo; la habían sacado del infierno, regalando de nuevo a su vida la luz, libertad y la esperanza de conseguir un mejor futuro y olvidarse del pasado lleno de terribles situaciones que la marcaron de por vida. —Pam, Oli, han venido —celebró y se emocionó más al recibir las manzanas —. Muchas gracias. En poco, devoraba una. —¿Cómo te sientes? —Cansada —admitió —. Casi no he podido descansar estos días, es bastante incómodo cuando tengo que cargar con una enorme barriga. Me pregunto cuánto tiempo más tendrá que vivir dentro de mí. Pam sonrió. —También me falta un poco, pero tú bebé saldrá antes —susurró. —¿Cuando nazca se lo llevarán de inmediato o tendré que cuidarlo por un tiempo? Oliver y Pamela tomaron asiento. —¿Qué piensas sobre permitir que nosotros adoptemos al bebé? También serás adoptada por una familia buena y estable.—Pueden quedarselo —admitió sin importarle. —Bien, eso haremos. Nos haremos
Pamela estaba ridículamente nerviosa, indecisa sobre qué ponerse esa noche una primera cita real, después de tantos meses, pero ahora se le presentó la oportunidad. Cuando estuvo lista, peinada y maquillada, su suegra se presentó mirándola con aprobación, se veía tan bonita, el vestido le sentaba a la perfección y marcaba su silueta, además de exponer su precioso abdomen. —¿Sabías que te sienta muy bien? Mírate nada más —comentó maravillada —. Pásenla bien. —Gracias por venir a cuidar de Asthon —tomó sus manos —. Espero se porte bien.—Descuida, solo céntrate en tu cita con Oliver. Si vieras lo guapo que se ha puesto —mencionó guiñandole el ojo y la joven se sonrojó hasta la médula. Se despidió de Caroline y salió pronto. Oliver la esperaba al pies de las escaleras, al verla sus ojos brillaron. ¡Qué bien estaba él! Caroline tenía razón. —Oli...—Pam, creí que no podrías ser más hermosa, ¿es normal que me enamore más de ti? —emitió dejándole un beso en la mejilla y se le calentar
Hace tan solo un mes atrás, había dado la bienvenida al pequeño Asthon y ahora Olivia llegaría al mundo ese mes, lo que significaba que ambos solo se llevarían un mes más o menos. —Oliver te veo tan angustiado, este tipo de adelantos suceden, no tienes que preocuparte. Pamela también es una chica fuerte y todo ha ido en orden, solo espera y verás que ya todo habrá pasado. —El nacimiento de Olivia me tiene emocionado y a la expectativa —admitió sonriendo y algunas lágrimas escaparon. —Nosotros también estamos ansiosos por conocerla, una princesita llegará a su hogar. ¿Dices que Tomas se ha quedado con Asthon? —Sí, él y Ana, la mujer que ha venido con él. —Esos dos tienen algo y si no es así, pronto lo tendrán, se miraban tan cómplices. —Ya lo creo —sonrió. ...El doctor no tardó en presentarse y avisarles que Pamela había dado a luz a una niña sana y saludable, con el peso adecuado a pesar de que el parto se había adelantado casi tres semanas. Todos lo celebraron y pidieron ver
Ana, quién además de haber estudiado turismo era una excelente guía en todo lo que tenía que ver con la planificación de bodas, se ofreció para darle una mano a Oliver y a Pamela con todo eso. Ese día estaba con Pamela, tomando nota de todo lo que se necesitaba. —Escogí varios diseños para las tarjetas, quizá te guste alguna, me puse en contacto con un proveedor y tiene una infinidad de opciones. ¿Me dices que Oliver llamaría a un chef para la elaboración de los postres y comida? —¿También crees que es un poco exagerado? —No, no lo es. Es bueno que se ocupe de esa parte. Todo lo concerniente al arreglo, me encargaré —expresó ansiosa —. Pero una amiga que conozco y es organizadora de bodas se unirá a mí, tiene un equipo maravilloso con el que vale la pena trabajar. Si no me hubiera dedicado de lleno al turismo, sería como ella. —Supongo que ahora sí lo harás, digo con lo que sucede entre... Mejor no sigo, solo digo tonterías. —No te preocupes, en realidad Tomas y yo nos estamos c
Caroline se quedó maravillada al verla modelar ese vestido de novia que en su opinión le quedaba perfecto. Aunque todavía había una infinidad de opciones que se podía probar.—¿Acaso todos los vestidos han sido hechos para que le queden preciosos? —cuestionó la dependienta, como un cumplido. —No, para nada... Diría que solo bien —negó la aludida un poco avergonzada, y empezaba a sentir sus mejillas calientes. Sabía que todavía faltaba mucho para decidirse por uno y no arrepentirse nunca. Después de todo sería un día especial y todo tenía que salir perfecto. —Ay Pamela, no seas demasiado humilde, que la dependienta tiene toda la razón, tienes una figura tan bonita que todo lo que te pongas te sientas de maravilla... estoy segura de que mi hijo caerá redondito con solo verte. ¡Eres toda una princesa! Estaba a punto de decir otra cosa, cuando apareció Ana, se miraba un poco agitada y luego explicó que había corrido para no perderse el momento. —Lo importante es que estás aquí. —¿En