Un chirrido suena estruendosamente por todo el estacionamiento cuando Logan detiene el auto. Ni siquiera espero que lo apague; me desabrocho el cinturón, abro la puerta y prácticamente salgo corriendo rumbo a la entrada del hospital. En estos momentos no me importaba Logan ni otra cosa, solo quería llegar a los brazos de mi pequeña Liv.

No podía creer que esto estuviera pasando; me sentía en una especie de pesadilla de la que no podía despertar.

¿Accidente?

¿Cómo es posible que hayan tenido un accidente?

Ellos estaban bien, mi pequeña estaba feliz. Sonreía y brillaba como siempre, siendo la burbujeante princesa que me había acompañado durante estos hermosos años. No me imaginaba verla de otra forma que no fuera sonriendo y corriendo por allí.

Por favor... Por favor que no le haya pasado nada malo a mi princesa. No lo soportaría.

No podría.

—¡Larissa, espera! —Escucho a alguien gritando a mis espaldas, pero deliberadamente lo ignoro y entro en el hospital, prácticamente empujan