—No digas eso, pequeño ángel. —Logan salta a responder, con miedo de que esta discusión llegara a mucho más, arruinando todo— Hemos luchado demasiado para llegar a este punto, no vamos a separarnos jamás.—Logan, eso depende de ti... Yo siempre he dado todo de mí en esta relación, pero tú solo me das el cincuenta, a veces el sesenta por ciento, y eso no me sirve. —Suspiro cansada y hastiada del tema— Mira, a mí no me interesa que seas un protector en mi vida, siempre he sabido defenderme sola, pero... ¿Sabes? Es lindo saber que siempre estarás ahí para defenderme aunque no lo necesite, por muy insignificante que parezca la situación... Y cuando se trata de Haylee, no veo tu instinto de protección del que siempre alardeas y eso cansa... Me agota tener que esperar cada día el momento en el que finalmente me darás mi lugar. No lo hiciste en aquel tiempo y tampoco lo hiciste hoy.Eso basta para mantenerlo callado un largo rato, pensando en todo lo que había dicho. Creo que nunca habíamos
—Buenos días, esposa mía. —Me sobresalto un poco cuando un par de manos envuelven mi cintura, pero me calmo al escuchar su voz y respirar su olor natural. Logan besaba con picardía mi hombro semidesnudo y luego apoyaba su barbilla en él— Te extrañé al despertar.Sonrío extasiada por su atención y me inclino hacia su pecho, sintiendo su calidez recorrer mi cuerpo. La brisa despeinaba levemente mi cabello, pero se sentía delicioso. Apenas estaba amaneciendo, pero desde este lugar, todo se veía perfecto. Logan había escogido un excelente lugar para nuestra mini luna de miel.—Quería prepararte el desayuno, pero no me dejaron. —Giro un poco la cabeza para verlo y hago un puchero que lo hace reír— No me dejan hacer nada.—Solo están siguiendo órdenes, amor. —Logan estampa un beso en mi mejilla derecha— ¿Eso es café?Bajo la mirada hacia la taza en mis manos.—No, es jugo de manzana. —Bebo un sorbo de mi jugo y Logan se tranquiliza al ver que no estoy haciendo caso omiso a mi dieta— Por cie
—¡Mami! —Liv corría eufórica hacia mí. Me agacho y extiendo mis brazos para poder atraparla justo a tiempo en un abrazo que estuve anhelando todo este tiempo. Puede que solo haya sido un fin de semana, pero seguía sin acostumbrarme a tener a mi pequeña lejos de mí.—Mi niña hermosa, ¿te divertiste? —Ella se separa y asiente con una enorme sonrisa en su rostro. Sus ojos brillaban como dos estrellas— ¿Te portaste bien?—¡Sí!—Esa es mi niña. —Choco los cinco con ella y vuelvo a abrazarla un poco más. Cuando nos separamos, extiendo mi brazo hacia un lado para tomar una pequeña bolsa con un regalo que compré para ella— Te traje esto.Sus ojos se iluminan de una manera que podrían alumbrar un estadio completo, cosa que me hace sonreír.—¡Gracias, mami! —Toma su regalo y, sin siquiera abrirlo, me da otro abrazo. Luego ve a Logan y se aparta de mí para poder abrazarlo, aún con la bolsa de regalo en su mano— También te extrañé, papá.—¿Sí? —Ella asiente y pone sus pequeñas manos alrededor del
—¿Te sientes bien, amor? —Despego la mirada de mi comida y la fijo en los ojos oscuros y confusos de mi esposo. Arquea una ceja y me mira como si intentara saber qué me estaba pasando— Has estado callada desde que llegaste.¿De verdad no va a decirme nada sobre la visita de Haylee? ¿Me lo ocultará? Esto es ridículo; no puedo vivir pensando en eso. Logan y yo estábamos casados y confiaba en que él sabría respetarme como su esposa.Suspiro y niego con la cabeza, intentando ignorar todo el tema.—Estoy bien... Solo estoy un poco cansada, ya sabes... El viaje y todo eso.—¿Segura? —Asiento y devuelvo mi atención completa a la comida, aunque, con franqueza, no tenía nada de apetito. Logan me había pedido pollo a la plancha con vegetales y jugo, y para nuestra hija, nuggets de pollo y papas fritas. Ella estaba contenta de poder comer eso, pero yo no podía siquiera beber un sorbo de mi jugo. Eso no pasa desapercibido para mi esposo.—Larissa...—¡Estoy bien, Logan! —Sin querer exploto contra
Logan y yo nos quedamos viendo durante varios segundos que, para mí, son como largas horas interminables donde un fierro ardiente era clavado en mi corazón. Esta era una de las luchas más grandes que estaba teniendo: mi lucha con Haylee. Mi lucha para obtener el respeto que me merecía. Ya había llegado a mi límite y no podía seguir soportando sus estúpidos ataques mientras que con los demás se comportaba como un ángel incapaz de romper un plato.—Me largo de aquí. —Escupo cuando me canso de esperar una respuesta. Me giro por completo y doy unos pasos para poder abrir la puerta de la oficina, pero no soy capaz de avanzar más, ya que una enorme mano tomando la mía me detenía en mi camino. No me giro, pero tampoco lo aparto de mí. Incluso podía sentir cómo caminaba hasta estar tan cerca que era capaz de escuchar su corazón latir como loco. Parecía ansioso, asustado quizás, no lo sé.A este punto de mi vida, me había dado cuenta de que no sabía nada.—No te vayas, amor... No así. No moles
—Evan... —Susurro mientras veo la escena y corro a su lado para sostenerlo de alguna forma. Sin embargo, era demasiado pesado para mí— Dios, ¿qué te ha pasado?Mi amigo intenta levantarse y, con dificultad, lo hace, pero se sostiene de mis brazos. Su hombre de seguridad quiere acercarse para ayudarlo, pero él niega con la cabeza y le pide que se marche, cosa que hace después de pensarlo un momento, dejándonos solos. Con manos temblorosas, recorro el rostro golpeado y magullado de mi mejor amigo. Él trataba de que no lo tocara, pero yo me mantengo cerca y continúo tocando aquellos golpes mientras las lágrimas corrían sin permiso por mi rostro. ¿Qué es esto? Este no era el Evan que recordaba. Este no era el Evan que me entregó en mi boda. Este no era mi mejor amigo.—Evan... —Susurro una vez más y él intentaba sonreírme, pero lo único que le salía era una mueca fea y llena de dolor. Realmente estaba muy golpeado. Demasiado. Dios mío, casi lo matan.—Lo sé, me veo horrible. —Intenta b
—¿A dónde vas? —Unas manos rodeaban mi cintura y acariciaban con cariño mi diminuto bulto. Cierro los ojos y sonrío al sentir el calor de su pecho; eso me hacía olvidar el calvario que había vivido estos últimos tres días.Mi nivel de estrés estaba en su punto más alto y todo era mi culpa. Yo misma me había buscado esta situación, pero realmente no podía dejar solo a mi mejor amigo, no cuando él jamás me había abandonado cuando más sola estuve en la vida. ¿A qué me refiero? Bueno, desde que me enteré de la paliza que había recibido mi amigo, no pude evitar preocuparme por su seguridad y traté de informarme con los guardaespaldas de Evan sobre todo, pero el mencionado se había encargado de decirles que no me compartieran nada de información sobre lo que había pasado. No me dejaba entrometerme de más; no quería que me estresara. Pero como yo tenía un máster en estrés por cosas innecesarias, no le hacía caso e intentaba conseguir más información cada día. Además de ayudarlo con sus cosa
—Logan, me estás ofendiendo. —Es lo único que soy capaz de decir porque realmente no estaba interesada en armar un escándalo con nuestra hija tan cerca de nosotros. Estaba consciente de que esta molestia era de lo más normal, ya que le había ocultado cierta información, pero tampoco iba a permitir que me insultara como si fuera una bolsa de basura. No tenía nada de qué avergonzarme porque no hice nada malo... Y si él me conociera un poquito, sabría que jamás sería capaz de hacerle algo así.—¿Te estoy ofendiendo? —El pelinegro suelta una sola carcajada llena de acidez, pasa una de sus manos por su espeso y oscuro cabello, despeinándose un poco. Mirándome con incredulidad y decepción— ¿De verdad te vas a poner en ese plan?—Solo déjame explicarte qué fue lo que pasó.—¿Ahora sí quieres explicarme? —Cierro la boca y solo lo miro. Esta situación se parecía demasiado a aquella pelea que tuvimos en nuestro noviazgo. Aquella vez que me dejó por no comprender mi situación— ¿Por qué no lo hic