—¿Logan, de qué habla tu papá? —Mi boca estaba seca, no lograba coordinar ni un pensamiento lógico.

El pelinegro suspira y da dos pasos hacia mí. Su mirada penetrante me lo decía todo; no necesitaba abrir la boca. Esta era la razón por la que estaba actuando tan extraño, esta era la razón por la que se puso tan nervioso cuando se dio cuenta de que estaba escuchando su llamada con la señora Olivia.

No hablaban sobre ningún despido.

Como lo sospeché la primera vez, hablaban de mí... De mis padres y de un... ¿Intento de suicidio?

¿De verdad mis padres llegaron a eso?

—No creas nada de eso, Larissa. —Salta mamá, impidiendo que el pelinegro dijera alguna palabra— Nosotros seríamos incapaces de hacer algo así. Eres nuestra hija.

En estos momentos me sentía en un huracán categoría cinco; todo lo que creía se estaba destruyendo a mi alrededor. No sabía a quién mirar, si a Logan o a mis padres.

—Logan, dime algo. —Pregunto una vez más, pero él se queda callado. No podré creerlo de nadie más, s