—SEMPITERNO...Es lo único que logro leer, el libro está escrito en latín, lleno de dibujos y símbolos raros. Para mí gran suerte al parecer en algunas páginas hay traducciones de ciertos escritos. Mi libro de las sombras. Dice la primera traducción. Hojeo sin parar y muchos dibujos llaman mi atención pero uno se la lleva por completo. Un bello y majestuoso elefante descansa dibujado en una página, Los dioses de la naturaleza. Dice la traducción. —¿Pero que clase de libro es esté? Primer conjuro para hacer una wicca: Invocar al espíritu animal. Como si dejaran caer un balde de agua helada sobre mi, me doy cuenta que clase de libro es este. —Es para ser una especie de bruja, ¿Pero porque estaba en nuestro sótano?— abro de nuevo el diario, buscando respuestas. Página 14: Tengo que cuidarlo muy bien, necesita estar en agua una vez que nazca pero ¿Donde lo tendré? Todavía no lo se pero mientras siga siendo un huevo lo podre ocultar. Estoy tan emocionada de que por fin me dieran uno
Eco. Me levanto al oír la alarma, froto mis ojos acostumbrandome a la claridad de la mañana. >Ordeno mi cama cuando veo la ventana abierta ¿Que no la había cerrado ayer? >Es lo único lógico que encuentro y la cierro. Por otro lado dormí como reina, siento mis piernas ligeras y relajadas. No me despertó ningún ruido, de hecho no hubo ruidos. Pienso en la extraña mano falsa que estaba en la pared y me pregunto si tiene algo que ver, además los diarios que encontré incrementan mi curiosidad de saber a quién le pertenecen. >Me baño y comienza la misma rutina. Bajo las escaleras y me sirvo un poco de cereal. Veo a mi madre como se peina, haciendo un moño su cabello. La curiosidad es tentadora. —Mami ¿Tu tienes o tenías algún diario antes?—pregunto sin rodeos. Ella me mira con el ceño fruncido y vuelve la vista. —¿Porque?— dice, mirando
—¿Que haces aquí?— digo molesta y sorprendida —¿Como sabías donde vivo? —Me entere de lo que iba a hacerte Cedric. Solo quería saber que estuvieras bien. —Si, estoy bien— me mira de arriba a abajo, incomoda me cruzo de brazos —. Bueno, si era todo puedes irte, no sea que hagas esperar a Annie por mi culpa— espeto. —Sabes, estoy empezando a cansarme de tu manera de hablarme— se acerca. Trato de cerrar la puerta pero me lo impide —. Si sabes algo de nosotros, debes saber también que seré el próximo alfa de esta manada ¿Verdad? —¡Se eso! Pero este pueblo no está dentro de tu territorio. —Eso no me impediría a querer apoderarme de el— su voz es intimidante —. Te aconsejo que te dirijas a mi con respeto o... habrá consecuencias. —¿Que te a pasado? Ya no eres el mismo Caled que conocí— digo con pesar. —Es cierto, ya no lo soy y por favor, deja de compararme a cuando era niño...— hace una pausa y vuelve a escanearme de arriba a abajo —. Me alegro que estés bien y ya estamos enca
—¡TOBY!— gritaba —¿TOBY DONDE ESTAS? Toby se levanto desorientado por culpa de aquel golpe, al mirar el caos en donde estaba, no dudo en buscar a su amiga. Las pequeñas casas estaban envueltas en llamas, los aldeanos corrían de un lado a otro tratando de escapar del infierno que se había desatado. Algunos valientes luchanban con esas cosas que devoraban todo sin parar. ¿Cómo la iba a encontrar en medio de todo esto? Pues fácil, solo debía buscar esa espada resplandeciente y la encontraría a ella. Corría cuanto sus pies podían darle, pensó en soltar el bolso para ir más rápido pero no quería dejarlo perdido. Busco y busco desesperado pero no daba con ella. —¿En donde esta?— se pregunto. Una de las cosas horrendas que atacaba la aldea, se percató de la presencia de aquel osito, sonrió con unos dientes negros y corrió hacia él. Toby no lo pensó ni un segundo en salir huyendo de ahí. Poco a poco dejaba atrás el caos y junto con ello a sus amigos. Su pequeño corazón latía d
Mamá llegó tarde anoche, por suerte el dolor en el pecho disminuyo. Oculte a Toby en la habitación en cuanto llegó. No paraba de preguntarme si me sentía bien por mi aspecto y actitud, tuve que mentirle diciendo que todo estaba bien solo me sentía un poco cansada. Al despertar lo primero que hice fue buscar a Toby por la habitación, por un momento creí que lo había soñado pero no. —Que lugar más raro— dijo Toby observando por la ventana. —Ten cuidado, puedes caerte. —Sabes, me gustaría conocer más este mundo— mueve su colita —. Me enseñas. —Yo no viajo a ningún lugar, salvo a la ciudad de vez en cuando. Pero si quieres conocer el mundo hay un lugar donde podemos ir. —¡Vamos!— da un saltito. —Solo esperame mientras me baño ¿Si? Asiente. Luego de bañarme y ponerme un vestido corto casual, de color crema, entro a la habitación para peinarme. —Te ves bonita, eres bonita— sonrié. Me ruborizo. —Gracias— le devuelvo la sonrisa. Cepillo mi cabello para hacerlo un moño.
Eco. Los hermanos de despereaux abandonaron pronto la ingrata tarea de intentar educarlo para que fuera un ratón. Y de este modo despereaux fue libre. Pasaba sus días como quería: vagaba por las estancias del castillo; y descubrió finalmente la fuente del sonido que era como miel: ese sonido era música. El sonido lo hacía el rey Felipe, que todas las noches tocaba su guitarra para la princesa guisante. Despereaux olvidó todo su miedo, solo quería oír la música. Se fue arrastrando cada vez más cerca hasta que se sentó exactamente junto a los pies del rey. La princesa guisante miró a despereaux. Le sonrió y mientras su padre tocaba otra canción, la princesa bajó una mano y le acaricio la parte superior de la cabeza. Despereaux miró hacia arriba, maravillado. Decidió que Guisante era idéntica al grabado de la hermosa doncella que había en el libro de la biblioteca. La princesa le sonrió y despereaux le devolvió la sonrisa. Y entonces sucedió algo increíble: el ratón se ena
El ruido de una puerta abriéndose interrumpió mis sueños. Escuché pasos pasar por la puerta de la habitación. Era extraño que alguien estuviera despierto a esas horas de la noche. Abrí la puerta siguiendo el ruido de los pasos, bajé las escaleras hasta llegar al final de éstas. —¿Mami?— froté mis ojos —¿Que haces despierta?— la observe, vestia una gran capucha negra, llevaba una cesta cubierta con una tela rosa y escribía una nota o carta sobre la mesa. —¡Caled! ¿Que haces aquí? —Me despertó el ruido... ¿Vas a salir? —No.. Si... Bueno... voy a ir a ver a una amiga. —¿A esta hora?— bostezo. —Si, durante el día no tengo mucho tiempo, así que... — mete la carta en la cesta —. Deberías volver a la cama— ordenó. — Está bien ¿Te tardarás mucho?— le pregunté antes de subir las escaleras. —No, solo serán unos cuantos minutos, necesito aclarar ciertas... cosas con ella— suspiró —. No me tardare ¿Si?— me envió un beso en el aire —. Ahora ve a dormir. Asentí sonriendo, sin s
—Tenia razón — digo después de varios segundos —. No tengo reflejo— rasco mi cabeza.—¿Entonces porque estas frente al espejo?— me ve por unos segundos, vuelve la vista nuevamente hacia la ventana, desde que llegamos a casa Toby no a parado de vigilar afuera—. Ella te dijo que era todos tus reflejos. Quien te viera diría que eres un vampiro.—Lo sé, es solo que es raro— hago una mueca que no puedo ver al rascar mi cuello —. Es como si no existiera— me aparto del espejo rascando mis brazos —AAAA ¡Que picazón!—Debe ser por el agua verdosa y asquerosa— arruga la nariz —. Y no quería decirte pero hueles feo desde hace un rato jeje.—Estoy empezando a notarlo— mascullo. Camino hasta las escaleras.—¿Vas a bañarte?—No, al ra