—¡TOBY!— gritaba —¿TOBY DONDE ESTAS? Toby se levanto desorientado por culpa de aquel golpe, al mirar el caos en donde estaba, no dudo en buscar a su amiga. Las pequeñas casas estaban envueltas en llamas, los aldeanos corrían de un lado a otro tratando de escapar del infierno que se había desatado. Algunos valientes luchanban con esas cosas que devoraban todo sin parar. ¿Cómo la iba a encontrar en medio de todo esto? Pues fácil, solo debía buscar esa espada resplandeciente y la encontraría a ella. Corría cuanto sus pies podían darle, pensó en soltar el bolso para ir más rápido pero no quería dejarlo perdido. Busco y busco desesperado pero no daba con ella. —¿En donde esta?— se pregunto. Una de las cosas horrendas que atacaba la aldea, se percató de la presencia de aquel osito, sonrió con unos dientes negros y corrió hacia él. Toby no lo pensó ni un segundo en salir huyendo de ahí. Poco a poco dejaba atrás el caos y junto con ello a sus amigos. Su pequeño corazón latía d
Mamá llegó tarde anoche, por suerte el dolor en el pecho disminuyo. Oculte a Toby en la habitación en cuanto llegó. No paraba de preguntarme si me sentía bien por mi aspecto y actitud, tuve que mentirle diciendo que todo estaba bien solo me sentía un poco cansada. Al despertar lo primero que hice fue buscar a Toby por la habitación, por un momento creí que lo había soñado pero no. —Que lugar más raro— dijo Toby observando por la ventana. —Ten cuidado, puedes caerte. —Sabes, me gustaría conocer más este mundo— mueve su colita —. Me enseñas. —Yo no viajo a ningún lugar, salvo a la ciudad de vez en cuando. Pero si quieres conocer el mundo hay un lugar donde podemos ir. —¡Vamos!— da un saltito. —Solo esperame mientras me baño ¿Si? Asiente. Luego de bañarme y ponerme un vestido corto casual, de color crema, entro a la habitación para peinarme. —Te ves bonita, eres bonita— sonrié. Me ruborizo. —Gracias— le devuelvo la sonrisa. Cepillo mi cabello para hacerlo un moño.
Eco. Los hermanos de despereaux abandonaron pronto la ingrata tarea de intentar educarlo para que fuera un ratón. Y de este modo despereaux fue libre. Pasaba sus días como quería: vagaba por las estancias del castillo; y descubrió finalmente la fuente del sonido que era como miel: ese sonido era música. El sonido lo hacía el rey Felipe, que todas las noches tocaba su guitarra para la princesa guisante. Despereaux olvidó todo su miedo, solo quería oír la música. Se fue arrastrando cada vez más cerca hasta que se sentó exactamente junto a los pies del rey. La princesa guisante miró a despereaux. Le sonrió y mientras su padre tocaba otra canción, la princesa bajó una mano y le acaricio la parte superior de la cabeza. Despereaux miró hacia arriba, maravillado. Decidió que Guisante era idéntica al grabado de la hermosa doncella que había en el libro de la biblioteca. La princesa le sonrió y despereaux le devolvió la sonrisa. Y entonces sucedió algo increíble: el ratón se ena
El ruido de una puerta abriéndose interrumpió mis sueños. Escuché pasos pasar por la puerta de la habitación. Era extraño que alguien estuviera despierto a esas horas de la noche. Abrí la puerta siguiendo el ruido de los pasos, bajé las escaleras hasta llegar al final de éstas. —¿Mami?— froté mis ojos —¿Que haces despierta?— la observe, vestia una gran capucha negra, llevaba una cesta cubierta con una tela rosa y escribía una nota o carta sobre la mesa. —¡Caled! ¿Que haces aquí? —Me despertó el ruido... ¿Vas a salir? —No.. Si... Bueno... voy a ir a ver a una amiga. —¿A esta hora?— bostezo. —Si, durante el día no tengo mucho tiempo, así que... — mete la carta en la cesta —. Deberías volver a la cama— ordenó. — Está bien ¿Te tardarás mucho?— le pregunté antes de subir las escaleras. —No, solo serán unos cuantos minutos, necesito aclarar ciertas... cosas con ella— suspiró —. No me tardare ¿Si?— me envió un beso en el aire —. Ahora ve a dormir. Asentí sonriendo, sin s
—Tenia razón — digo después de varios segundos —. No tengo reflejo— rasco mi cabeza.—¿Entonces porque estas frente al espejo?— me ve por unos segundos, vuelve la vista nuevamente hacia la ventana, desde que llegamos a casa Toby no a parado de vigilar afuera—. Ella te dijo que era todos tus reflejos. Quien te viera diría que eres un vampiro.—Lo sé, es solo que es raro— hago una mueca que no puedo ver al rascar mi cuello —. Es como si no existiera— me aparto del espejo rascando mis brazos —AAAA ¡Que picazón!—Debe ser por el agua verdosa y asquerosa— arruga la nariz —. Y no quería decirte pero hueles feo desde hace un rato jeje.—Estoy empezando a notarlo— mascullo. Camino hasta las escaleras.—¿Vas a bañarte?—No, al ra
Caled.—¡Esto no puede estar pasando!<¿Por qué no? Es lo mejor que me a pasado>—¡Es increíble que este en celo! ¡NO ME AYUDAS RILDO!<No es mi culpa que nuestra mate este tan buena>A duras penas si pude regresar a la mansión. Da la casualidad que tener a mi mate tan cerca y de una manera tan provocadora me volvió loco cuando me aleje de ella.Nunca había tenido un celo en mi vida, se siente doloroso y asfixiante ver a tu mujer y no poder follarla. Desde que la deje en su casa no sale de mi cabeza.Su olor.Su piel.Su cuerpo.Todo ella me vuelve loco a tal punto de provocarme una exitacion de solo pensar.—No creo que sea buena idea ir al instituto hoy— el calor es abrumador —. Si la veo allí puedo hacer una locura.
—¡Toby!— susurre —¿¡Donde estas!?No lo veía en ningún lado y ya estaba preocupada ¿Le habrá pasado algo?Mi corazón da un brinco cuando una alarma comienza a sonar, aturdiendo mis sentidos, es como una sirena y cada pitido es un martillo. El ruido se apodera de todo el lugar, cubro mis oídos ante tanto escándalo.Salí de la biblioteca desesperada. Reviso los baños, algunas aulas, incluso pase por la enfermería y la cafetería pero no esta.<¿Y si salió afuera?>Corro hasta la salida rogando verlo allí.—¿Toby?— grite e inmediatamente cubrí mi boca, regañandome por decirlo en voz alta.—Aquí estoy— busco en todos lados hasta que lo veo en unos arbustos del instituto mirando algo. Verlo me hizo suspirar de alivi
Poco a poco abro los ojos acostumbrandome a la claridad. <¿En donde estoy?> Es lo primero que pienso al ver un techo diferente a mi habitación, recorro el lugar con la vista y me doy cuenta que estoy en una camilla, todo es blanco y hay varios aparatos médicos que no entiendo. Retiro la sabana que me cubría revelando unas vendas alrededor de mi pierna, hombro y siento una en la garganta. —Caled me mordió... ¡Muchas veces! Las desenvuelvo esperando ver algo horrible sin embargo en lugar de una mordida hay un tatuaje o marca, es similar a una constelación o algo parecido. —¿Que fue lo que me hizo? La puerta se abre, entrando por ella mi mamá, un hombre muy aparecido Caled, rápido lo reconozco por aquella foto como Eban y.... Caled, un escalofrío me recorre la espalda ante su mirada profunda, observa donde estuvieron las vendas y un sonrojo pinta sus mejillas, estamos igual porque yo