Tras salir de aquel edificio donde deje profundamente dormida a hope no podía dejar de pensar en aquel collar, algo en la joya llamaba grandemente mi atención.
Tomé rumbo hacia donde me hospedaba y faltándome unos metros recordé que había salido de aquella habitación dejando a Seliet detrás, muy probablemente se estaría jalando los pelos preguntándose a donde había ido.
Lo mejor sería llegar en silencio y evadirlo, sino la pelea que se me avecinaba sería grande.
<Cuando por fin pude despertar de aquel trance, me encontraba en aquella habitación de la casa donde suelo hospedarme en el campus, sentía que todo a mi alrededor daba vueltas sin parar, no podía fijar mis ojos en un solo punto; para nada tenía estabilidad y lo que era peor no era capaz de sentir absolutamente nada en mi cuerpo, tampoco podía moverme. Estuve observando todo a mi alrededor y luego de unos minutos por fin apareció un rostro familiar para mí,Selietentro a la habitación llevando algo entre sus manos. En ese momento se escuchó una voz particular queprovocaba curiosidad en mí, la cual dijo.<
Durante 1 horaCurichySelietestuvieron contándome toda la historia de los Quimeras, era difícil digerir tantas cosas que pasaron y de las que se suponía yo era parte,yasíempezaron su relato. … … … … … La manada Quimera, existe desde hace cientos de años, oculta a la vista de todos, pero existiendo en medio de la naturaleza viva, era parte de las tantas que con el tiemposurgieron, pero, tras enfermedades, guerras entre clanes, y la incidencia del hombre acabaron con la mayor parte de ellas, quedando esta como la única con sang
La situaciónpaso rápidamente de una discusión de enfrentamiento a una donde pequeños rasgos de coqueteo empezaban a surgir por parte de Joseph ... Luana un poco apenada y con la intención de sacárselo de encima comentó. —Acaso crees que me puedes comprar así por así, ya sácate de aquí. —¡Comprar! no para nada, pues ni con todo el oro del mundo podría alcanzar tu valor, de verdad pido a su merced el permiso de conocerle. Saben cómo se siente cuando tienes que pararte de frente contra la realidad y chocas de cabeza contra una pared ante una dificultad... pues... Pensé Aquello fue evidente lo que dije aRoxenle dolió, le di un golpe bajo sobre su ego, detesta que lo rechacen, pero que ni sueñe que estaré con él. GritoRoxencon los ojos hinchados de sangre. Capítulo XXI - La historia de los Quimeras - 3
Sabes que todo lo que conoces se transformara cuando llega alguien de repente, removiendo todos los espacios conocidos de tu entorno sacudiendo todo en su recorrido literalmente cambiándolotodo,y eso paso conIrash. La vida tiene muchas formas de jugar sus piezas y poner a todos a prueba, ella sabe cómo encajar los rompecabezasaúnmás a aquellos a los que no le vemos sentido alguno, ya sea para bien o para mal. —¿Que pasara conRoxen? Tenía miedo
Sorprendida por lo que había ocurrido tras verme ganar por primera vez, dije. —Zaek, no fue justo me dejaste ganar, solo apretando un poco más tu paso abrías barrido el piso conmigo. En mi cara había una combinación extraña de gozo y descontento, sabía que no había ganado con toda ley. —No me mires a mí, ganaste. Aquella frase
Durante gran parte de ese día, mi cabeza no dejaba de analizar lo sucedido, por más que lo intentaba no podía hacer que parase, tener que recordar aIrash,Zaeke inclusoRoxenme mantenían ansiosa y preocupada, algo en mi e incluso en el ambiente mehacíapercibir que algo malo se avecinaba. Como no quería que nadie me viera en ese estado me fui temprano de la casa, salí con rumbo hasta el lago a unos pocos kilómetros de la manada, cada paso que daba me hacía encasillar más y más mis pensamientos y consigo la intranquilidad me descomponía el alma. A orillas del lago hay una roca muy especial
Todo lo transcurrido en ese momento se desvaneció aquella persona y aquel lobo quedaron sumergidos en mis pensamientos en lo profundo de mi mente, donde solo yo soy consciente de esas imágenes, el estar en aquella roca me hizo ver que algo más grande y peligroso, pero también bueno y noble ha de llegar, me daba tranquilidad el poder entender que aquello era una mera ilusión del momento, echa por mi cerebro para llenarse de conformidad, mientras aún permanecía admirando la naturaleza una voz se pronunció. —Pensaba que no te encontraría. Me quede helada, no sabía cómo reaccionar después de haber visto aquello, no sabía cóm