—Camilo por favor—tiemblo y retrocedo—Camilo.
Esta ebrio nuevamente pero hoy se nota peor que todos los días.
—Voy a disfrutarte antes de entregarte perra.
Se me viene encima tomándome de los brazos, no entiendo lo que dice.
—Mi amor por favor.
—No me sirves para nada, ahora le perteneces a el—me tira al sillón sin cuidado, mientras se baja el pantalón mostrándome su miembro erecto—pero antes de entregarte voy a probarte por última vez.
—No, nooooo
Grito desesperada cuando alza mi visto con la intención de penetrarme, me abofetea cuando no me dejo y no entiendo en que momento se convirtió en esto. Lucho para no dejarme violar pero su fuerza descomunal me aprieta la mano derecha la cual dobla para ocasionarme un dolor que siento que me la ha quebrado.
—Ahhhhh—grito de dolor—basta, basta…noooo
Me mueve, lucho por mi integridad utilizando mis uñas porque no soporto un maltrato más. Recibo dos bofetones mas que me dejan tan mareada que consigue romperme el vestido, sacar mis senos del sostén y abrirme de piernas.
—Alguien que me ayude por favor—pido—por favor ayuda…
Se rie de mí, se burla de mi sufrimiento, pero…
Alcanzo a ver elefante de porcelana sobre la pequeña mesa y me estiro con el labio partido para tomarlo con mi mano lastimada y estrellárselo en la cabeza ocasionado que se queje de dolor. Me suelta, le doy una patada mandándolo lejos.
—Perra me las pagaras.
El no era así, no se que le paso a mi amor, sin embargo, ahora me preocupo por mí. Corro hacia la cocina, las veces anteriores siempre abusaba de mi en la habitación y ahora tengo la oportunidad de defenderme. Busco en la cocina algo desesperada y alcanzo el cuchillo mas largo para protegerme.
Aparece tambaleándose y con ambas manos sostengo el arma cortopunzante.
—No te acerques.
—Ya viene por ti y seras mia…
No se de que habla.
—Camilo no te acerques…
No suelto mi seguro de vida cuando se me viene encima y no contengo el impulso que me lleva a soltar el envión el cual provoca que le entierre la hoja en el pecho, solo para defender. Sin darme cuenta tengo las manos llenas de sangre. de su sangre
Mis latidos se ralentizan, su mirada y la sangre que brota de su boca me da pavor y apenas absorbo el momento cuando su cuerpo cae al piso dándome cuenta que acabo de matar a mi esposo.
Las manos me tiemblan, el aire a mi alrededor desaparece cuando las lágrimas se me salen y lo primero que hago es caer en mis rodillas moviendo el cuerpo de mi esposo con los dedos llenos de sangre. Siento que entro en un mundo completamente surreal, que todo a mi alrededor se derrumba cada que ve mis manos llenas de…
Su sangre.
¿Que hice Dios? ¿en que me convertí? las lágrimas nublan mi visión, caen sobre la ropa de mi esposo que no se mueve dándome el tipo de dolor que me destroza el alma.
Quiero que sea una pesadilla y despertar, necesito despertar de este horrible sueño, pero estoy atrapada en una cruel realizad que me hace doler el pecho inimaginablemente.
—Camilo, háblame…
Lo llamo varias veces, muevo su cuerpo, y tomó sus signos vitales, pero nada es efectivo cuando obtengo solo silencio de su parte.
—Perdóname mí amor, yo no quería hacerlo, yo...
Le tomó el rostro con ambas manos llenando su piel de sangre y otro tanto mancha piel con el rastro del líquido carnesi que tiene en la boca.
—Dios mio, Dios mio lo mate, juro que yo no quería hacerlo, yo solo... Yo solo.
Se me estanca en la garganta las palabras porque lo único que hago es llorar con el corazón destrozado. Tiemblo llena de miedo porque no se que voy hacer ahora. ¿Que será de mi a partir de este momento? Me lleno de preguntas que me cuestan responderme porque simplemente tengo la cabeza llena de humo. Llevo mis manos a mi rostro sin importarme que esten llenas de sangre..
Simplemente lloro a gritos porque acabo de asesinar al hombre que jure amar. No se en que momento mi vida se convirtió en esta desdicha.
Yò no quiero que se muera, yo lo único que deseaba era que no me pegara..
—Hola muñeca.
Me voy hacia atrás descubriendo mi rostro y alzo mi cabeza notando la presencia intimidante del hombre con ojos grises y cabello negro. Es demasiado alto, parado se ve como un Dios maligno y paso saliva con dificultad sintiéndome un pobre cachorrito. No se quién es, pero el hielo en su mirada me deja perpleja al mismo tiempo que desencadena un temor inexplicable cuando en cuclillas me mira.
Que este a la misma altura que yo no, merma su aura que me aplasta y el labio inferior me tiembla con su mirada puesta en mí.
—¿Explícame que paso aquí? —demanda—ya
El tono de voz, su timbre grueso me estremece y el asentó ruso remarcado me afloja las piernas. No contesto, no soy capaz de emitir una palabra.
—No me gusta repetir las cosas muñeca.
No parece que quiera hacerme daño, sin embargo me encojo de miedo cuando tres hombres más aparecen detrás de él. Los miro temerosa y nota mi expresión de manera que también mira atrás demandando que salgan y me dejen a solas con el.
—Ellos no piensan hacerte daño, quien te lo haría seria yo si no hablas de una buena vez y por todas.
Se me hace un hoyo negro en la boca del estómago. La mirada que me dedica me dice que no lo va a repetir y que me podría ir muy mal si continuo con mi silencio.
—Intento, el —el recuerdo me parte —Yo solo me defendí.
—Entiendo muñeca —sigue en la misma posición haciéndome sentir una hormiga bajo su zapato. Mira el cuerpo soltando un gruñido que impacta en mi cuerpo poniéndome los pelos de punta—¿porque lo apuñalaste?
Dios mío, miró el cuerpo con el cuchillo en el pecho y absorbo el momento como la peor catástrofe de mi existencia. Soy una asesina, yo lo mate, soy una mala mujer..
—¿Porque estas desnuda?
Tantas preguntas. No me había dado cuenta, miró mi cuerpo y en el también tengo sangre poniéndome peor.
—Yo—miro al sujeto con miedo—intento violarme.
Digo para estallar en llanto llevando mis piernas al pecho con los latidos de mi corazón desbocados. El hombre se levanta y de reojo noto su estatura apretándome las tripas. Es demasiado alto o yo en este momento me siento demasiado diminuta. Pero simplemente su postura dice una sola cosa es, «ténganme miedo»
No lo sé, estoy tan impactada que apenas proceso el momento de sentir algo rodear mi cuerpo y el perfume caro entra por mis fosas nasales haciéndome sentir protegida.
—Marko llévatela.
No me dejó tocar con él segundo hombre que entra haciéndole perder la paciencia al hombre de los ojos plateados porque me toma del brazo levantándome de un tirón. Oh dios, me lleva contra su pecho bruscamente y apenas mis manos reaccionan posándome sobre sus pectorales tonificados. Lo miro a los ojos con mi vista nublada por las lágrimas, pero el gris intenso y terrorífico que adorna su iris es alucinante. Me quedo sin aire a mi alrededor con su mirada fría, su aroma varonil y su aura toxica. —Soy un hombre de poca paciencia, así que te recomiendo no alterarme Leana—¿como sabe mi nombre?—Ahora ve con mi hombre de confianza que no tengo tiempo para tus berrinches. —No seas malo con ella—entra una mujer que tiene un tatuaje en su rostro—Acabas de escuchar lo mismo que yo y la tratas como si fuera una animalito. No se quienes son ellos, lo cierto es que mi instinto de protección se activa como segundos atrás y lo quiero escapar. —Leana hija—es la señora Ivanov.. —M*****a sea—
NIKOLAY Los días de m****a suelen ser muy frecuentes, mas cuando eres un hombre como yo que maneja el conglomerado de casinos de todo Moscú. No solo se maneja casinos, son hoteles cinco estrellas distribuidos mayormente en Moscú, pero tengo varios en toda rusia convirtiéndome de esta manera en uno de los hombres más poderoso de este país. No solo es el dinero, se trata de todos los negocios independientes que manejo, además de la fortuna que gano no solo de los hoteles, si no de la multimillonaria suma que gano a diario con mis casinos. Muevo mi cuello exasperado con la cantidad de documentos que tengo sobre la mesa. Suelto el aire levantándome de la mesa yendo directo a la licorera a servirme un trago de Ciroc. Es un tipo de Vodka frutal el cual estoy acostumbrado a tomar. El dia esta nublado cuando miro por la ventana con la copa en la mano, es normal en rusia que inclusive los veranos sean poco asoleados. —Buenos días señor—ingresa Aleksa. Es mi más leal servidora—tenemos invi
Lo se porque investigo a los clientes, a los grandes apostadores y para Camilo, este será la ultima vez que pise mi casino.—Un juego mas—pide sosteniendo al hombre—no seas gallina miedoso que me quitaste todo.—Señor deberíamos dar la orden de sacarlo—niego a la sugerencia de mi empleado. Me gustaría saber hasta donde esta dispuesto a llegar.—Un juego más, dame la oportunidad de recuperarme.—Suéltame perdedor.El jugador lo empuja el crupier lo sujeta para que no vaya al suelo. Malditos viciosos, esto es peor que un cáncer para quien no sabe controlarse.—Que tienes para apostar—le pregunto —creo que no tienes en donde caerte muerto.—Yo—se toca el cuerpo el muy imbécil—yo, puedo pagarte después, juro que…—Sáquenlo de aquí—doy la orden—y prohíbanle la entrada.Los hombres de negro se acercan cumpliendo con mi orden. Me dan asco los sujetos como el. Busco la salida porque no quiero verle mas la cara y…—Tengo esposa—dice llamando mi atención—es hermosa y la apuesto a ella, mira, es
LEANAMe toma del brazo sacándome y tengo temor de preguntarle sobre mi esposo, quiero enterrarlo y darle una apropiada sepultura, además quiero darle apresurar ese momento entregándome.¿Que le dire a mis papas? Eso es algo que tampoco me deja en paz y bajo las escaleras con la chica tatuada a mi lado. —¿Como te llamas? —musito, al parecer no es mala persona. —Aleksa—dice simplemente. —Tienes nombre muy bonito—digo sinceramente—que me va a pasar. —Ya lo veras. No se que pensar cuando pasamos dos salas llegando al inmenso comedor. Dándonos la espalda se encuentra ese sujeto y con la mirada en el piso me acerco con Aleksa que me indica en donde sentarme. No tengo hambre, tengo mucho temor y la chica hace un intento por irse pero la tomo de la mano. Acto que nota ese hombre porque aprieta la mandíbula poniéndome a temblar. —No puedo quedarme aquí—le suplico con la mirada que no me deje sola—lo siento. —Largo Aleksa. —No tiene ropa interior—se me tiñe las mejillas y no se por qu
LEANA Me sorprendo viendo mi figura en el espejo de cuerpo completo. El vestido rojo tiene una abertura en la pierna agregándole sensualidad, los tacones altos me dan la elegancia y el maquillaje le da una honda fresca a mi rostro. Aleksa me ayudo con mi cabello dándole un liso de tal manera que hacia tiempo no lo tenia ya que cuando empezaron los problemas con mi esposo descuide un poco mi aspecto físico. Los golpes, las malas palabras, todo me jugo una mala pasada bajando mi autoestima. —Estas un poco delgada, pero tienes un cuerpo muy bonito Leana—Aleksa me acaricia los brazos estando detrás de mí—cree en ti. —Tengo miedo. —Junto a Nikolay no tienes por qué temer. Vaya, asi se llama. Tiene un nombre muy bonito que le queda bien con el aspecto físico que tiene. —El es quien me causa temor, se ve un hombre muy malo. Se ríe la chica con mis palabras. Me gira para que la mire cara a cara y detallo que es una mujer muy bonita. El cabello rubio le cae a los hombros y aunque usa t
Qué horror, todos me miran cuando Nikolay entrega mi abrigo al camarero y deja su mano en mi espalda baja desencadenando una estúpida reacción cuando levemente me empuja para que me eche andar.—Tranquila, solo actúa natural. No me siento bien mezclándome con todas estas personas y mucho menos con las miradas puesta en mi. Mejor dicho, en los dos, parece que las personas vieran un fantasma. Tomo la copa que me ofrece el hombre a mi lado y bebo el contenido completo para calmar mis nervios. —Calma, esto no es normal para ti, pero quédate cerca. No soy capaz de mirarlo cuando me habla después de lo sucedido en su auto. A mano derecha hay un par de hombres mirándome de una forma que no puedo describirlo y me arrimo mas al cuerpo de Nikolay que capta mi movimiento. Es malo, pero me dijo quédate cerca y algo me hace sentir segura en este momento. —¿Qué pasa? —No, solo senti un poco de frio. Se relaciona con muchas personas que me presenta, me siento incomoda, no me gusta esto cua
No entiendo como me pide eso cuando soy una mujer viuda la cual prácticamente esta siendo tocada de manera inmoral por otro hombre que no es su esposo.. la punta de su nariz acaricia la piel de mi cuello tensándome todo el cuerpo. No se que quiere, que busca pero yo no puedo hacer esto, no quiero e intento alejarme nuevamente pero…—Vamos a dejar las cosas claras Leana porque soy un hombre de necesidades y tu eres una mujer muy hermosa—aprieta mi cintura llevándome contra el borde y haciéndome sentir mas su dureza—siente, mira cómo me tienes. Dios, esta demasiado duro y se siente demasiado largo, grande, grueso y caliente. —Nikolay por favor… —De alguna u otra forma voy a darte uso Leana y espero que te vayas haciendo a la idea que hare contigo lo que quiera. Me asusta sus palabras porque eso solo significa una sola cosa. Besa mi cuello y ahora soy yo quien aprieta las manos porque se siente no sé, bien podría decir ya que su dureza, más su calor corporal, combinado con sus besos,
—Por favor ayúdame.Pido con lagrimas en los ojos mientras el otro sujeto me toma de las manos y el que tengo encima me chupa los senos. Toda la m****a pasada la siento encima de mi cuerpo y se me sale el aire cuando siento el miembro erecto buscando la entrada de mi vagina.Ya todo esta perdido y lo único que deseo en este momento es morirme.NIKOLAY El aire acondicionado no mengua al sofoco que siento en este momento en eventos como estos. No me gustan, no soy un hombre de fiestas sin embargo se que sirven para relacionarse con grandes empresarios y buenos negocios. Es una reunion como cualquiera pero que no soporto ya que se encuentra mucha hipocrsia y gente indeseable como los hermanos Kusnetsov. malditos hijos de perra como los odio. Herede el casino pero a base de esfuerzo he podido construir dos centros comerciales que ahora llevan mi apellido. Soy un hombre inteligente, no tengo porque negar mi capacidad y debo decir que para los negocios tengo un sexto sentido. —Dejame pen