No me dejó tocar con él segundo hombre que entra haciéndole perder la paciencia al hombre de los ojos plateados porque me toma del brazo levantándome de un tirón.
Oh dios, me lleva contra su pecho bruscamente y apenas mis manos reaccionan posándome sobre sus pectorales tonificados. Lo miro a los ojos con mi vista nublada por las lágrimas, pero el gris intenso y terrorífico que adorna su iris es alucinante.
Me quedo sin aire a mi alrededor con su mirada fría, su aroma varonil y su aura toxica.
—Soy un hombre de poca paciencia, así que te recomiendo no alterarme Leana—¿como sabe mi nombre?—Ahora ve con mi hombre de confianza que no tengo tiempo para tus berrinches.
—No seas malo con ella—entra una mujer que tiene un tatuaje en su rostro—Acabas de escuchar lo mismo que yo y la tratas como si fuera una animalito.
No se quienes son ellos, lo cierto es que mi instinto de protección se activa como segundos atrás y lo quiero escapar.
—Leana hija—es la señora Ivanov..
—M*****a sea—me paralizó cuando el hombre que me sujeta en su mano libre reluce un arma dorada el cual me pone los pelos de punta—si dices algo, tu y esa señora se mueren
Me quedo estática con los labios temblorosos y por alguna razón mira mis labios ocasionando un no sé que en mi interior.
—La vida de esa mujer queda en tus manos y tu verás si cargas con un muerto más.
Su advertencia es suficiente para que me quiera cagar de miedo y abrazo más el saco de su traje de tres piezas.
—Leana
Dios mío, está más cerca y doy un paso queriendo salir de la cocina porque va a notar toda esta gente y el cuerpo de mi esposo muerto.
—Muévete.
Me toma del brazo sacándome de la cocina. Su mano es tan grande que rodea todo mi brazo. Estoy muy delgada, casi no como debido a mis problemas pero siento que puedo caber en su mano nada mas. Me tiemblan las piernas cuando avanzo sintiendo su calor corporal y me encuentro con la señora Ivanov que tiene una escopeta en manos.
—¿Hija estas bien?
Apunta al hombre que me abraza disimulando que no me amenaza con el arma.
—Lo estoy —encuentro por fin mi voz—es mejor que se vaya, en este momento estoy en una reunión con mis esposo.
—¡Este señor quién es?
No digo nada, no se me ocurre nada y siento la punta del metal punteándome la espalda.
—Es mi primo—miento rogándole al cielo que se vaya, no quiero que la maten por mi culpa.
—Muy Callado para ser tu primo de verdad—mira al sujeto—si algo esta pasando confía en mi
—Señora María —la llamo por su nombre de pila—no quiero ser grosera, pero debe irse ya, yo estoy bien y no puedo atenderla ahora.
Arruga su entrecejo, pero no quiero ser grosera, quiero salvarle la vida porque el hombre que tengo a mi lado se ve sin escrúpulos.
—Hija, conozco muy bien las señales y solo tienes que decirme una palabra para volarle la cabeza a este hombre.
Quisiera hacerlo, seguramente mis gritos la alertaron, pero no quiero ocasionarle problemas.
—No se preocupe, estoy bien.
Duda en hacerlo, pero se gira saliendo por la puerta que me apresuró a cerrar dejando que las lágrimas broten. No sé en qué me metí Dios mío.
Me giro anclado mi vista al sujeto que se guarda el arma mirando mal cuando apenas se me conoce. En dos pasos ya lo tengo frente a mi impactándome con su porte varonil y el aroma de su colonia masculina.
—Vas a obedecer porque me has causado muchos problemas ya, así que calladita saldrás y te subirá al auto.
—Yo no quiero moverme de aquí.
Me rehusó, puede que vayan a venderme los órganos o quien sabe que piensa hacerme, pero le forcejeo cuando me toma del brazo y sacó mi mano estampándosela en la cara como método de defensa.
Dios mío, me arrepiento de inmediato y retrocedo con la sonrisa de la chica que aparece en escena. Creo que me dará un paro cardiaco con su ruda mirada.
—Duerme a esta salvaje
¿Que? ¿dormí? o Dios mío me va a matar.
—Lo siento niña, pero te lo buscaste.
Algo plateado aparece en la mano de la pelinegra con tatuajes en la cara disparando el miedo que me congela cada extremidad.
Intento escapar, pero su mano captura mi muñeca y en un solo movimiento me manda contra el cuerpo de la mujer que me abraza dejando la punta del artefacto en mi cuello. grito pidiendo ayuda, pero me cubre la boca inyectándome algo que me induce rápidamente al sueño.
Me muevo, la cama se siente demasiado bien y me estiro sobre esta creyendo que estoy en el cielo porque de otra manera no podría estar sobre algo tan suave.
No quiero abrir mis ojos, quiero seguir así y deslizo las manos sobre la cómoda colcha antes de que mi cerebro reproduzcas las imágenes en mi cabeza provocando que cierre mis ojos con fuerza porque deseo que solo sea una pesadilla.
La sangre, mi esposo, sus manos golpeándome, su pene rozando mis pliegues con intención de violarme, todo es un thriller espeluznante que me hace abrir los ojos con lagrimas queriendo que solo sea un sueño.
Me siento de golpe. Observo mi alrededor dándome cuenta que no estoy en mi habitación.
—Esta no es mi casa—me asusto observando la lujosa habitacion—¿Dios mio, donde estoy ahora?
Me abrazo a mi misma recordando al sujeto de ojos grises la chica con tatuajes y la inyección que me pusieron. Llevo mi mano a mi cuello que me molesta y me levanto rápidamente percatándome de la camisa blanca que tengo puesta.
Tomo los bordes llevándola a mi nariz y huele a hombre. Huele delicioso recordándome el aroma de ese hombre y miro nuevamente a mi alrededor sintiéndome mas que perdida. La cama tiene doseles blancos, además de alfombra roja, más allá una serie de sillones bien organizados.
Camino sintiendo la suavidad bajo mis pies alcanzando el espectacular baño con jacuzzi y sauna incluido. Dios mío, nunca había visto tanta ostentosidad en mi vida. tiene de todo y salgo del baño queriendo salir de aquí, yo no debo estar en este lugar porque recuerdo muy bien lo que hice el dia de ayer.
El recuerdo me pone a temblar, sin embargo, corriendo me dirijo a la puerta que intento abrir, pero esta sellada.
—Hola—la golpeo—hola, sáquenme de aquí por favor.
Le doy varias veces, pero no abren, como tampoco nadie me contesta. Me van a matar, venderme como prostituta o quien sabe que cosas feas harán conmigo.
Los malos pensamientos me llevan a correr hacia el balcón donde diviso una cancha de tenis, de futbol, mas piscina y varios hombres con armas custodiar el lugar.
—Amigo hola.
Me sujeto de los bordes inclinándome un poco hacia adelante, dejo uno de mis pies sobre el margen del acabado sacando mi trasero sin importarte que la camisa se alce un poco mostrando mi culo. Hablo un poco mas fuerte queriendo que me escuchen y estoy segura que lo hacen, pero no me prestan atención.
—Auxilio amigo, estoy secuestrada.
Pido pero parece que yo fuera un fantasma. Desesperada se me salen las lágrimas, el cuerpo de mi esposo se me viene a la cabeza restándome la facilidad de pensar y…
—Deja de ser tan molesta.
Me giro con el alma salirme por los ojos con el tono de voz que reconozco y siento que mi piel se quema con los ojos grises que me observan.
NIKOLAY Los días de m****a suelen ser muy frecuentes, mas cuando eres un hombre como yo que maneja el conglomerado de casinos de todo Moscú. No solo se maneja casinos, son hoteles cinco estrellas distribuidos mayormente en Moscú, pero tengo varios en toda rusia convirtiéndome de esta manera en uno de los hombres más poderoso de este país. No solo es el dinero, se trata de todos los negocios independientes que manejo, además de la fortuna que gano no solo de los hoteles, si no de la multimillonaria suma que gano a diario con mis casinos. Muevo mi cuello exasperado con la cantidad de documentos que tengo sobre la mesa. Suelto el aire levantándome de la mesa yendo directo a la licorera a servirme un trago de Ciroc. Es un tipo de Vodka frutal el cual estoy acostumbrado a tomar. El dia esta nublado cuando miro por la ventana con la copa en la mano, es normal en rusia que inclusive los veranos sean poco asoleados. —Buenos días señor—ingresa Aleksa. Es mi más leal servidora—tenemos invi
Lo se porque investigo a los clientes, a los grandes apostadores y para Camilo, este será la ultima vez que pise mi casino.—Un juego mas—pide sosteniendo al hombre—no seas gallina miedoso que me quitaste todo.—Señor deberíamos dar la orden de sacarlo—niego a la sugerencia de mi empleado. Me gustaría saber hasta donde esta dispuesto a llegar.—Un juego más, dame la oportunidad de recuperarme.—Suéltame perdedor.El jugador lo empuja el crupier lo sujeta para que no vaya al suelo. Malditos viciosos, esto es peor que un cáncer para quien no sabe controlarse.—Que tienes para apostar—le pregunto —creo que no tienes en donde caerte muerto.—Yo—se toca el cuerpo el muy imbécil—yo, puedo pagarte después, juro que…—Sáquenlo de aquí—doy la orden—y prohíbanle la entrada.Los hombres de negro se acercan cumpliendo con mi orden. Me dan asco los sujetos como el. Busco la salida porque no quiero verle mas la cara y…—Tengo esposa—dice llamando mi atención—es hermosa y la apuesto a ella, mira, es
LEANAMe toma del brazo sacándome y tengo temor de preguntarle sobre mi esposo, quiero enterrarlo y darle una apropiada sepultura, además quiero darle apresurar ese momento entregándome.¿Que le dire a mis papas? Eso es algo que tampoco me deja en paz y bajo las escaleras con la chica tatuada a mi lado. —¿Como te llamas? —musito, al parecer no es mala persona. —Aleksa—dice simplemente. —Tienes nombre muy bonito—digo sinceramente—que me va a pasar. —Ya lo veras. No se que pensar cuando pasamos dos salas llegando al inmenso comedor. Dándonos la espalda se encuentra ese sujeto y con la mirada en el piso me acerco con Aleksa que me indica en donde sentarme. No tengo hambre, tengo mucho temor y la chica hace un intento por irse pero la tomo de la mano. Acto que nota ese hombre porque aprieta la mandíbula poniéndome a temblar. —No puedo quedarme aquí—le suplico con la mirada que no me deje sola—lo siento. —Largo Aleksa. —No tiene ropa interior—se me tiñe las mejillas y no se por qu
LEANA Me sorprendo viendo mi figura en el espejo de cuerpo completo. El vestido rojo tiene una abertura en la pierna agregándole sensualidad, los tacones altos me dan la elegancia y el maquillaje le da una honda fresca a mi rostro. Aleksa me ayudo con mi cabello dándole un liso de tal manera que hacia tiempo no lo tenia ya que cuando empezaron los problemas con mi esposo descuide un poco mi aspecto físico. Los golpes, las malas palabras, todo me jugo una mala pasada bajando mi autoestima. —Estas un poco delgada, pero tienes un cuerpo muy bonito Leana—Aleksa me acaricia los brazos estando detrás de mí—cree en ti. —Tengo miedo. —Junto a Nikolay no tienes por qué temer. Vaya, asi se llama. Tiene un nombre muy bonito que le queda bien con el aspecto físico que tiene. —El es quien me causa temor, se ve un hombre muy malo. Se ríe la chica con mis palabras. Me gira para que la mire cara a cara y detallo que es una mujer muy bonita. El cabello rubio le cae a los hombros y aunque usa t
Qué horror, todos me miran cuando Nikolay entrega mi abrigo al camarero y deja su mano en mi espalda baja desencadenando una estúpida reacción cuando levemente me empuja para que me eche andar.—Tranquila, solo actúa natural. No me siento bien mezclándome con todas estas personas y mucho menos con las miradas puesta en mi. Mejor dicho, en los dos, parece que las personas vieran un fantasma. Tomo la copa que me ofrece el hombre a mi lado y bebo el contenido completo para calmar mis nervios. —Calma, esto no es normal para ti, pero quédate cerca. No soy capaz de mirarlo cuando me habla después de lo sucedido en su auto. A mano derecha hay un par de hombres mirándome de una forma que no puedo describirlo y me arrimo mas al cuerpo de Nikolay que capta mi movimiento. Es malo, pero me dijo quédate cerca y algo me hace sentir segura en este momento. —¿Qué pasa? —No, solo senti un poco de frio. Se relaciona con muchas personas que me presenta, me siento incomoda, no me gusta esto cua
No entiendo como me pide eso cuando soy una mujer viuda la cual prácticamente esta siendo tocada de manera inmoral por otro hombre que no es su esposo.. la punta de su nariz acaricia la piel de mi cuello tensándome todo el cuerpo. No se que quiere, que busca pero yo no puedo hacer esto, no quiero e intento alejarme nuevamente pero…—Vamos a dejar las cosas claras Leana porque soy un hombre de necesidades y tu eres una mujer muy hermosa—aprieta mi cintura llevándome contra el borde y haciéndome sentir mas su dureza—siente, mira cómo me tienes. Dios, esta demasiado duro y se siente demasiado largo, grande, grueso y caliente. —Nikolay por favor… —De alguna u otra forma voy a darte uso Leana y espero que te vayas haciendo a la idea que hare contigo lo que quiera. Me asusta sus palabras porque eso solo significa una sola cosa. Besa mi cuello y ahora soy yo quien aprieta las manos porque se siente no sé, bien podría decir ya que su dureza, más su calor corporal, combinado con sus besos,
—Por favor ayúdame.Pido con lagrimas en los ojos mientras el otro sujeto me toma de las manos y el que tengo encima me chupa los senos. Toda la m****a pasada la siento encima de mi cuerpo y se me sale el aire cuando siento el miembro erecto buscando la entrada de mi vagina.Ya todo esta perdido y lo único que deseo en este momento es morirme.NIKOLAY El aire acondicionado no mengua al sofoco que siento en este momento en eventos como estos. No me gustan, no soy un hombre de fiestas sin embargo se que sirven para relacionarse con grandes empresarios y buenos negocios. Es una reunion como cualquiera pero que no soporto ya que se encuentra mucha hipocrsia y gente indeseable como los hermanos Kusnetsov. malditos hijos de perra como los odio. Herede el casino pero a base de esfuerzo he podido construir dos centros comerciales que ahora llevan mi apellido. Soy un hombre inteligente, no tengo porque negar mi capacidad y debo decir que para los negocios tengo un sexto sentido. —Dejame pen
No termina la frese y la saco de la bañera para secarle el cuerpo. Se deja mientras tengo que recurrir a mi autocontrol para no sacar mi miembro y follarmela de frente al espejo. Miro su rostro, los golpes me encienden por dentro y acaricio su mejilla, el labio inferior cuando entreabre la boca tentándome. Debo controlarme, la cargo llevándola a la cama y desnuda la abrigo antes de intentar salir de su habitación. —Nikolay gracias. —Aun así no te salvas del castigo. Le digo sin mirarla, me enoja que me desobedezca y continue de terca. —Entiende que ahora me pertenece y de mi no te escaparas nunca Leana. —De todas maneras, gracias por salvarme esta noche—suspiro. —No quiero que toquen lo mío. Estrello la puerta de su habitación cerrándola. Voy a la licorera para relajarme un rato pero me encuentro con Aleksa quien se me acerca con el vaso lleno de mi bebida favorita. El Ciroc baja por mi garganta quemando mis cuerdas vocales mientras tomo asiento masajeándome la sien. —Debes t