2 - parte 1

No me dejó tocar con él segundo hombre que entra haciéndole perder la paciencia al hombre de los ojos plateados porque me toma del brazo levantándome de un tirón.

 

Oh dios, me lleva contra su pecho bruscamente y apenas mis manos reaccionan posándome sobre sus pectorales tonificados. Lo miro a los ojos con mi vista nublada por las lágrimas, pero el gris intenso y terrorífico que adorna su iris es alucinante.

 

Me quedo sin aire a mi alrededor con su mirada fría, su aroma varonil y su aura toxica.

 

Soy un hombre de poca paciencia, así que te recomiendo no alterarme Leana—¿como sabe mi nombre?—Ahora ve con mi hombre de confianza que no tengo tiempo para tus berrinches.

 

No seas malo con ella—entra una mujer que tiene un tatuaje en su rostro—Acabas de escuchar lo mismo que yo y la tratas como si fuera una animalito.

 

No se quienes son ellos, lo cierto es que mi instinto de protección se activa como segundos atrás y lo quiero escapar.

 

Leana hija—es la señora Ivanov..

 

M*****a sea—me paralizó cuando el hombre que me sujeta en su mano libre reluce un arma dorada el cual me pone los pelos de punta—si dices algo, tu y esa señora se mueren

 

Me quedo estática con los labios temblorosos y por alguna razón mira mis labios ocasionando un no sé que en mi interior.

 

La vida de esa mujer queda en tus manos y tu verás si cargas con un muerto más.

 

Su advertencia es suficiente para que me quiera cagar de miedo y abrazo más el saco de su traje de tres piezas.

 

Leana

 

Dios mío, está más cerca y doy un paso queriendo salir de la cocina porque va a notar toda esta gente y el cuerpo de mi esposo muerto.

 

Muévete.

 

Me toma del brazo sacándome de la cocina. Su mano es tan grande que rodea todo mi brazo. Estoy muy delgada, casi no como debido a mis problemas pero siento que puedo caber en su mano nada mas. Me tiemblan las piernas cuando avanzo sintiendo su calor corporal y me encuentro con la señora Ivanov que tiene una escopeta en manos.

 

—¿Hija estas bien?

 

Apunta al hombre que me abraza disimulando que no me amenaza con el arma.

 

Lo estoy —encuentro por fin mi voz—es mejor que se vaya, en este momento estoy en una reunión con mis esposo.

 

—¡Este señor quién es?

 

No digo nada, no se me ocurre nada y siento la punta del metal punteándome la espalda.

 

Es mi primo—miento rogándole al cielo que se vaya, no quiero que la maten por mi culpa.

 

Muy Callado para ser tu primo de verdad—mira al sujeto—si algo esta pasando confía en mi

 

Señora María —la llamo por su nombre de pila—no quiero ser grosera, pero debe irse ya, yo estoy bien y no puedo atenderla ahora.

 

Arruga su entrecejo, pero no quiero ser grosera, quiero salvarle la vida porque el hombre que tengo a mi lado se ve sin escrúpulos.

 

Hija, conozco muy bien las señales y solo tienes que decirme una palabra para volarle la cabeza a este hombre.

 

Quisiera hacerlo, seguramente mis gritos la alertaron, pero no quiero ocasionarle problemas.

 

No se preocupe, estoy bien.

 

Duda en hacerlo, pero se gira saliendo por la puerta que me apresuró a cerrar dejando que las lágrimas broten. No sé en qué me metí Dios mío.

 

Me giro anclado mi vista al sujeto que se guarda el arma mirando mal cuando apenas se me conoce. En dos pasos ya lo tengo frente a mi impactándome con su porte varonil y el aroma de su colonia masculina.

 

Vas a obedecer porque me has causado muchos problemas ya, así que calladita saldrás y te subirá al auto.

 

Yo no quiero moverme de aquí.

 

Me rehusó, puede que vayan a venderme los órganos o quien sabe que piensa hacerme, pero le forcejeo cuando me toma del brazo y sacó mi mano estampándosela en la cara como método de defensa.

 

Dios mío, me arrepiento de inmediato y retrocedo con la sonrisa de la chica que aparece en escena. Creo que me dará un paro cardiaco con su ruda mirada.

 

Duerme a esta salvaje

 

¿Que? ¿dormí? o Dios mío me va a matar.

 

Lo siento niña, pero te lo buscaste.

 

Algo plateado aparece en la mano de la pelinegra con tatuajes en la cara disparando el miedo que me congela cada extremidad.

 

Intento escapar, pero su mano captura mi muñeca y en un solo movimiento me manda contra el cuerpo de la mujer que me abraza dejando la punta del artefacto en mi cuello. grito pidiendo ayuda, pero me cubre la boca inyectándome algo que me induce rápidamente al sueño.

 

Me muevo, la cama se siente demasiado bien y me estiro sobre esta creyendo que estoy en el cielo porque de otra manera no podría estar sobre algo tan suave.

 

No quiero abrir mis ojos, quiero seguir así y deslizo las manos sobre la cómoda colcha antes de que mi cerebro reproduzcas las imágenes en mi cabeza provocando que cierre mis ojos con fuerza porque deseo que solo sea una pesadilla.

 

La sangre, mi esposo, sus manos golpeándome, su pene rozando mis pliegues con intención de violarme, todo es un thriller espeluznante que me hace abrir los ojos con lagrimas queriendo que solo sea un sueño.

 

Me siento de golpe. Observo mi alrededor dándome cuenta que no estoy en mi habitación.

 

Esta no es mi casa—me asusto observando la lujosa habitacion—¿Dios mio, donde estoy ahora?

 

Me abrazo a mi misma recordando al sujeto de ojos grises la chica con tatuajes y la inyección que me pusieron. Llevo mi mano a mi cuello que me molesta y me levanto rápidamente percatándome de la camisa blanca que tengo puesta.

 

Tomo los bordes llevándola a mi nariz y huele a hombre. Huele delicioso recordándome el aroma de ese hombre y miro nuevamente a mi alrededor sintiéndome mas que perdida. La cama tiene doseles blancos, además de alfombra roja, más allá una serie de sillones bien organizados.

 

Camino sintiendo la suavidad bajo mis pies alcanzando el espectacular baño con jacuzzi y sauna incluido. Dios mío, nunca había visto tanta ostentosidad en mi vida. tiene de todo y salgo del baño queriendo salir de aquí, yo no debo estar en este lugar porque recuerdo muy bien lo que hice el dia de ayer.

 

El recuerdo me pone a temblar, sin embargo, corriendo me dirijo a la puerta que intento abrir, pero esta sellada.

 

Hola—la golpeo—hola, sáquenme de aquí por favor.

 

Le doy varias veces, pero no abren, como tampoco nadie me contesta. Me van a matar, venderme como prostituta o quien sabe que cosas feas harán conmigo.

 

Los malos pensamientos me llevan a correr hacia el balcón donde diviso una cancha de tenis, de futbol, mas piscina y varios hombres con armas custodiar el lugar.

 

Amigo hola.

 

Me sujeto de los bordes inclinándome un poco hacia adelante, dejo uno de mis pies sobre el margen del acabado sacando mi trasero sin importarte que la camisa se alce un poco mostrando mi culo. Hablo un poco mas fuerte queriendo que me escuchen y estoy segura que lo hacen, pero no me prestan atención.

 

Auxilio amigo, estoy secuestrada.

 

Pido pero parece que yo fuera un fantasma. Desesperada se me salen las lágrimas, el cuerpo de mi esposo se me viene a la cabeza restándome la facilidad de pensar y…

 

Deja de ser tan molesta.

 

Me giro con el alma salirme por los ojos con el tono de voz que reconozco y siento que mi piel se quema con los ojos grises que me observan.

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