Lo se porque investigo a los clientes, a los grandes apostadores y para Camilo, este será la ultima vez que pise mi casino.
—Un juego mas—pide sosteniendo al hombre—no seas gallina miedoso que me quitaste todo.
—Señor deberíamos dar la orden de sacarlo—niego a la sugerencia de mi empleado. Me gustaría saber hasta donde esta dispuesto a llegar.
—Un juego más, dame la oportunidad de recuperarme.
—Suéltame perdedor.
El jugador lo empuja el crupier lo sujeta para que no vaya al suelo. Malditos viciosos, esto es peor que un cáncer para quien no sabe controlarse.
—Que tienes para apostar—le pregunto —creo que no tienes en donde caerte muerto.
—Yo—se toca el cuerpo el muy imbécil—yo, puedo pagarte después, juro que…
—Sáquenlo de aquí—doy la orden—y prohíbanle la entrada.
Los hombres de negro se acercan cumpliendo con mi orden. Me dan asco los sujetos como el. Busco la salida porque no quiero verle mas la cara y…
—Tengo esposa—dice llamando mi atención—es hermosa y la apuesto a ella, mira, es ella.
No se, es asqueroso lo que ofrece, pero será divertido el juego por ello me giro tomando la foto que me impacta sin más. El maldito tenia razón, la mujer es sencillamente hermosa. Ojos verdes, el color de la sangre reluce en su cabello, labios provocativos, nariz perfilada, rostro angelical.
Es sencillamente hermosa.
—Te la regalo si apostamos 10 millones en este momento.
—Señor no vale la pena y…
La mirada de muerte que le dedico lo calla de inmediato. Lo pienso, la mujer de la foto provoca que me rasque el cuello y me siento aceptando la propuesta del sujeto que se le nota la ansiedad.
Es una porquería de ser humano. No puedo creer que apuesto a una mujer tan hermosa y mas siendo su esposa. Que clase de esposo se caso esa mujer.
—Como se llama tu esposa—esta concentrado mirando al crupier repartir las cartas—te estoy hablando.
—¿Que? —imbécil—Leana, se llama Leana.
No es muy común escucharlo, pero es hermoso. Tengo la foto a mi lado y no puedo dejar de verla. Reparten las cartas, observo las dos que tengo y pido dos mas. El objetivo final de este juego de Poker es disponer de la mejor combinación de cartas para ganar la suma total de las apuestas realizadas o, al menos, lograr que los demás jugadores se vayan retirando de la partida.
En este caso ganarle la esposa a este sujeto. No es difícil, realmente el hombre cuenta con la suerte mas absurda y termino ganándole con un Full de ases.
—No, no, no…
Grita desesperado tomándose de los cabellos.
—Ire hoy mismo por mi premio.
—No, espera yo no puedo entregarte mi mujer, yo…
—Es ella o tu vida, conmigo no se juega y soy capaz de hacerte comer tus propias pelotas.
Veo el miedo en sus ojos con mis palabras y busco la salida con las manos en la foto. Tengo cosas que hacer aquí, sin embargo, de esta noche no pasa que vaya por esa mujer.
Sacudo mi cabeza recordando a Kassandra y bebo estando en la oficina que tengo en el casino mirando la foto de la pelirroja.
—Puedo verla—entra Aleksa.
Sabe y se entera de todo. Tiene dos tatuajes en su rostro que la hace ver temerosa ante otros, sin embargo, es una mujer lesbiana pero muy femenina en algunas ocasiones o cuando quiere.
—Es hermosa, ¿Cómo es posible que este imbécil la apueste?
Tiene razón. Es un imbécil por dejar a una mujer tan hermosa, con esa carita la tendría en una caja de cristal para que nadie la toque, la mire o la desee.
—Es un hombre consumido por el juego, si pudiera vender el alma también lo haría.
—¿Iras por ella?
Eso ni se pregunta, claro que ire.
—Es mia ahora, me pertenece.
—No es un objeto.
—Me importa una m****a, si quiero convertirla en mi juguete preferido puedo hacerlo, como también si decido venderla lo hare y nadie podrá detenerme.
Suelta el aire con pesadez. Leana es mía ahora, puedo hacer lo que se me de la puta gana con ella.
—Podrías darle un mejor uso, es preciosa, mejor que Kassandra y podrías llevarla a la fiesta.
—No iré, y vamos por esa mujer, revisa en la computadora toda la información de Camilo Kovalev.
Obedece mientras permito que el Ciroc baje por mi garganta quemando mis cuerdas bocales y ojalá hiciera lo mismo con mis sentimientos. La quiero, pero su traición, sumando a lo que hizo, no puedo personarlo jamás.
—Lo tengo, podemos irnos señor.
No le digo nada, simplemente tomo mi abrigo buscando la salida ya que Camilo debe estar encaminándose a casa. Le di el tiempo suficiente para que se despida de su esposa como debe ser, porque a partir de ahora su nuevo dueño soy yo.
Llegamos a la dirección, debemos forzar la puerta para poder ingresar porque no nadie se digna abrirla y me encuentro en la cocina con un pequeño cachorrito de cabello rojo.
Se ve muy linda, el sonido de su llanto es fuerte y al ver el cuerpo de su esposo con un cuchillo en el pecho me imagino que tuvieron una fuerte discusión, una falta discusión, a decir verdad.
—Hola muñeca.
Asustada se ve mas hermosa.
—¿Explícame que paso aquí? —demando con su silencio—ya
Me impaciento cuando no me contesta.
—No me gusta repetir las cosas muñeca.
Mis hombres ingresan y debo sacarlos ya que su mirada solo refleja un profundo miedo. Tiembla como un pequeño cachorrito.
—Ellos no piensan hacerte daño, quien te lo haría seria yo si no hablas de una buena vez y por todas.
—Intento, el —hipa—Yo solo me defendí.
—Entiendo muñeca —miro al sujeto—¿porque lo apuñalaste?
Que mania la de no contestar.
—¿Porque estas desnuda?
—Yo—solo puedo ver el miedo en su mirada—intento violarme.
Debo controlarme y creo que se merecía tal final por maldito. Me dan ganas de sacarle el puñal y enterrárselo varias veces, sin embargo, está muerto, para que m****a hacerlo.
Tiene golpes en el rostro por lo que le creo y no me imagino que mierdas le toco aguantar. Uso mi autocontrol, no soy un hombre de perder los estribos fácilmente por lo que debo contar hasta diez para no meterle un tiro a la abuela entrometida.
Dormida Leana pienso con más claridad que hacer.
—Revisa esta casa Aleksa y asegúrate de desaparecer este cuerpo y guarda ese cuchillo, lo necesitaremos para después, estoy seguro.
—No pensaras…
—¿Chantajearle? —me adelanto—solo será para controlarla, ahora la tengo en mis manos y debe hacer lo que yo quiera—me mira como si no me conociera— Obedece y tómale fotos a la evidencia.
Me encamino a la salida subiendo al auto donde yace el cuerpo de Leana con el cual aun no me decido que hacer. Observo su figura y sus nalgas sobresalen dándome una idea muy clara de lo que quiero hacer cuando la polla se me endurece a causa de solo mirarla.
*
LEANA
Creo que me echaron cemento a los pies porque no puedo moverme con la mirada plateada que me escruta encogiéndome el estómago. Su mirada me pone nerviosa y mas cuando me desnuda con sus ojos argentados.
Que opción tengo, tirarme por el balcón la desecho y esta claro que pelear con un hombre como el, está lejos de mis posibilidades. No se que hacer, el tampoco hace nada porque lo único que mueve son los ojos mirándome completa de una manera que me hace apretar las piernas llenas de vergüenza.
Debo decir algo, sé que debo hablar primero pero no se que decir cuando tengo la garganta seca, las piernas ancladas al mármol y el miedo recorriéndome las venas.
—Por favor señor déjeme ir—suplico con las manos temblorosas—yo no se porque hace esto, porque me tiene aquí, pero podemos llegar a un acuerdo.
—Ya lo hice y me perteneces ahora.
No entiendo su manera de expresarse, pertenecerle en que sentido, parece que me hubiese comprado, o yo fuera un objeto con el cual puede hacer lo que se le da la gana.
—No entiendo yo…
—Deja de ser tan escandalosa—me dice —date un baño, te espero para desayunar.
—¿Yo quiero irme de aquí? —apenas puedo hablar.
—No tienes opción y te recomiendo que no me hagas venir por ti.
—Por favor señor sea consiente que…
Me mira por encima del hombro como si fuera una m****a después de prácticamente desnudarme con su mirada. Me abrazo a mi misma sin saber que hacer, no quiero que me haga daño por ello me meto al baño donde se me salen las lagrimas notando el golpe en mi rostro.
Me duele la mejilla, la mente se me va a explotar de tanto pensar. El cuerpo de mi esposo, yo lo mate, yo lo mate Dios mío y no se como voy a vivir con eso. Yo amaba a mi esposo y en algún momento pensé que las cosas entre los dos iba a cambiar porque el no era ese monstruo en el cual se convirtió.
El corazón me duele con el recuerdo, me meto a la ducha permitiendo que el agua caliente moje mi cuerpo, pero mis piernas ceden doblándose. No aguanto el dolor que atraviesa mi alma. Atraigo mis pies y me quedo así sin importarme nada ya que ahora tengo un peso en mis hombros que no como seguir con él.
Que voy hacer sin mi esposo y ahora seguramente iré a la cárcel. Dios mio, ire a la cárcel y solo puedo pensar en ese destino cruel que me espera. El agua me moja, las lagrimas se me salen y los latidos del corazón se me descontrolan cada que pienso el futuro tan oscuro que se me avecina.
No se como salir de esto.
—Levante muchacha de ahí…
El agua está caliente, pero yo tiemblo llena de miedo. La chica de los tatuajes llega y pienso lo peor porque me alejo de ella ya que no confió en nadie.
—Ya niña—me toma del brazo— ven que vine yo, pero si viene Nikolay te va muy mal.
—No me hagas daño.
—No pienso hacerte tal cosa, pero colabora y deja de llorar.
Me ayuda a salir, me ofrece la toalla que tomo para secarme el cuerpo y me visto con el vestido que increíblemente es de mi talla. No tengo ropa intima y los pezones erectos se me pueden notar poniéndome las mejillas rojas.
—Ven que te esta esperando.
—No me obligues a ir—le tengo mucho miedo.
—Muchacha no tienes opción, muévete.
LEANAMe toma del brazo sacándome y tengo temor de preguntarle sobre mi esposo, quiero enterrarlo y darle una apropiada sepultura, además quiero darle apresurar ese momento entregándome.¿Que le dire a mis papas? Eso es algo que tampoco me deja en paz y bajo las escaleras con la chica tatuada a mi lado. —¿Como te llamas? —musito, al parecer no es mala persona. —Aleksa—dice simplemente. —Tienes nombre muy bonito—digo sinceramente—que me va a pasar. —Ya lo veras. No se que pensar cuando pasamos dos salas llegando al inmenso comedor. Dándonos la espalda se encuentra ese sujeto y con la mirada en el piso me acerco con Aleksa que me indica en donde sentarme. No tengo hambre, tengo mucho temor y la chica hace un intento por irse pero la tomo de la mano. Acto que nota ese hombre porque aprieta la mandíbula poniéndome a temblar. —No puedo quedarme aquí—le suplico con la mirada que no me deje sola—lo siento. —Largo Aleksa. —No tiene ropa interior—se me tiñe las mejillas y no se por qu
LEANA Me sorprendo viendo mi figura en el espejo de cuerpo completo. El vestido rojo tiene una abertura en la pierna agregándole sensualidad, los tacones altos me dan la elegancia y el maquillaje le da una honda fresca a mi rostro. Aleksa me ayudo con mi cabello dándole un liso de tal manera que hacia tiempo no lo tenia ya que cuando empezaron los problemas con mi esposo descuide un poco mi aspecto físico. Los golpes, las malas palabras, todo me jugo una mala pasada bajando mi autoestima. —Estas un poco delgada, pero tienes un cuerpo muy bonito Leana—Aleksa me acaricia los brazos estando detrás de mí—cree en ti. —Tengo miedo. —Junto a Nikolay no tienes por qué temer. Vaya, asi se llama. Tiene un nombre muy bonito que le queda bien con el aspecto físico que tiene. —El es quien me causa temor, se ve un hombre muy malo. Se ríe la chica con mis palabras. Me gira para que la mire cara a cara y detallo que es una mujer muy bonita. El cabello rubio le cae a los hombros y aunque usa t
Qué horror, todos me miran cuando Nikolay entrega mi abrigo al camarero y deja su mano en mi espalda baja desencadenando una estúpida reacción cuando levemente me empuja para que me eche andar.—Tranquila, solo actúa natural. No me siento bien mezclándome con todas estas personas y mucho menos con las miradas puesta en mi. Mejor dicho, en los dos, parece que las personas vieran un fantasma. Tomo la copa que me ofrece el hombre a mi lado y bebo el contenido completo para calmar mis nervios. —Calma, esto no es normal para ti, pero quédate cerca. No soy capaz de mirarlo cuando me habla después de lo sucedido en su auto. A mano derecha hay un par de hombres mirándome de una forma que no puedo describirlo y me arrimo mas al cuerpo de Nikolay que capta mi movimiento. Es malo, pero me dijo quédate cerca y algo me hace sentir segura en este momento. —¿Qué pasa? —No, solo senti un poco de frio. Se relaciona con muchas personas que me presenta, me siento incomoda, no me gusta esto cua
No entiendo como me pide eso cuando soy una mujer viuda la cual prácticamente esta siendo tocada de manera inmoral por otro hombre que no es su esposo.. la punta de su nariz acaricia la piel de mi cuello tensándome todo el cuerpo. No se que quiere, que busca pero yo no puedo hacer esto, no quiero e intento alejarme nuevamente pero…—Vamos a dejar las cosas claras Leana porque soy un hombre de necesidades y tu eres una mujer muy hermosa—aprieta mi cintura llevándome contra el borde y haciéndome sentir mas su dureza—siente, mira cómo me tienes. Dios, esta demasiado duro y se siente demasiado largo, grande, grueso y caliente. —Nikolay por favor… —De alguna u otra forma voy a darte uso Leana y espero que te vayas haciendo a la idea que hare contigo lo que quiera. Me asusta sus palabras porque eso solo significa una sola cosa. Besa mi cuello y ahora soy yo quien aprieta las manos porque se siente no sé, bien podría decir ya que su dureza, más su calor corporal, combinado con sus besos,
—Por favor ayúdame.Pido con lagrimas en los ojos mientras el otro sujeto me toma de las manos y el que tengo encima me chupa los senos. Toda la m****a pasada la siento encima de mi cuerpo y se me sale el aire cuando siento el miembro erecto buscando la entrada de mi vagina.Ya todo esta perdido y lo único que deseo en este momento es morirme.NIKOLAY El aire acondicionado no mengua al sofoco que siento en este momento en eventos como estos. No me gustan, no soy un hombre de fiestas sin embargo se que sirven para relacionarse con grandes empresarios y buenos negocios. Es una reunion como cualquiera pero que no soporto ya que se encuentra mucha hipocrsia y gente indeseable como los hermanos Kusnetsov. malditos hijos de perra como los odio. Herede el casino pero a base de esfuerzo he podido construir dos centros comerciales que ahora llevan mi apellido. Soy un hombre inteligente, no tengo porque negar mi capacidad y debo decir que para los negocios tengo un sexto sentido. —Dejame pen
No termina la frese y la saco de la bañera para secarle el cuerpo. Se deja mientras tengo que recurrir a mi autocontrol para no sacar mi miembro y follarmela de frente al espejo. Miro su rostro, los golpes me encienden por dentro y acaricio su mejilla, el labio inferior cuando entreabre la boca tentándome. Debo controlarme, la cargo llevándola a la cama y desnuda la abrigo antes de intentar salir de su habitación. —Nikolay gracias. —Aun así no te salvas del castigo. Le digo sin mirarla, me enoja que me desobedezca y continue de terca. —Entiende que ahora me pertenece y de mi no te escaparas nunca Leana. —De todas maneras, gracias por salvarme esta noche—suspiro. —No quiero que toquen lo mío. Estrello la puerta de su habitación cerrándola. Voy a la licorera para relajarme un rato pero me encuentro con Aleksa quien se me acerca con el vaso lleno de mi bebida favorita. El Ciroc baja por mi garganta quemando mis cuerdas vocales mientras tomo asiento masajeándome la sien. —Debes t
LEANALos latidos se me descontrolan cuando lo veo regresar con una punta de cuero negro que me seca la garganta. Dios mio, la simple sospecha de lo que piensa hacer desborda los latidos de mi corazón mientras los ojos se me llenan de lagrimas con el miedo que envuelve cada fibra de mi cuerpo.Esta sin camisa mostrando el elástico de su boxer rojo ya que descaradamente tiene botón desbrochado y el cierre bajado hasta la mitad lo que le permite tener el vaquero caído a su cadera. Sacudo mi mente, la imagen no debe distraerme ya que le temo a eso que tiene en la mano.—Leana has sido una niña muy mala.—Por favor Nikolay, yo..—Shhh.Aunque quiera moverme tengo las manos esposadas a mi espalda y todo mi peso recae en ella dejándome casi indefensa. Posa la punta de la fusta en mi pezón derecho que no se si es por el frio, la situación o el tacto del cuero, pero se pone erecto.Estoy desnuda lo que me enciende las mejillas porque otro hombre que no sea mi esposo me ha visto desnuda y ya n
No dice nada, su silencio me pone mas nerviosa. No puedocreer que me ponga a trabajar, ademas tampoco me dice nada sobre mi situación ytengo miedo. Veo a las personas caminar por la acera y solo me imagino privadade mi libertad lo que me pone los pelos en punta.Llegamos a su casino, nunca he estado en un lugar como estey cabe anotar que también es un hotel. He oído de estos hoteles que son unamaravilla y apenas vengo a darme cuenta que le pertenece al hombre que abre lapuerta bajándose de su camioneta. El conductor abre la mia y camino detrás deNikolay que lo hace imponente.Me es inevitable no mirar sus hombros anchos, su manera decaminar como si fuera un Dios, la altura que me hace sentir una hormiga, y elporte que se gasta.—Mirar demasiado puede traerconsecuencias—desvió la mirada con las palabras de Aleksa—Nikolay no puedegustarte, mas bien, habla con el para que puedas saber si estas pisando tierrafirme.Tiene razón, pero debo armarme de valor, lo de ayer me tienec