Muchos días me encontraba a mi esposo mirandome fijamente, aunque yo le apartaba la mirada enseguida, ya que sus preciosos ojos verdes me hacían que me derritiera y no podía dejar que cayera en su brazos por una simple mirada suya. El momento más duro supongo que para los dos era, cuando le apagamos la luz del dormitorio a mi hija, viendo quedarse de pie sin moverse a Mark en el pasillo, observando, cuando iba a cerrar la puerta del dormitorio donde yo dormía. viendo en sus preciosos ojos como me suplicaban en silencio que me fuera a la cama con él, aunque yo siempre fingía no entender lo que me decían. Prefería darme la vuelta dándole a Mark la espalda y caminando despacio hacia mi dormitorio, cerrando la puerta tras de mí.Los meses fueron pasando y ya tenía mi tercera cita con la ginecologa,faltaban dos meses antes de que mi bebe naciera, pero esta vez accedí a que mi esposo me acompañase, aunque a las demás citas siempre iba acompañada por mi madre, sin que Mark se atreviera a pro
Bajamos los dos del coche, acercandonos seguidamente a donde estaban los ascensores, subimos a él, bajando en la planta donde tenía Alice su despacho, la asistente se levantó enseguida que nos vio de su sillón acercándose a donde estabamos mi esposo y yo abrazandonos las dos, tocando la mujer con su mano y suavemente mi barriga— Que ganas tenemos todos de que des a luz y ver a este pequeñín — nos dijo— Ya queda muy poco para tenerlo en nuestros brazos — le dijo Mark, enseñándole a la mujer la ecografía que la médica nos dio, sonriendo— Alice está en su despacho, se alegrará mucho de veros y ver ese fotografia — nos dijo la asistente de AliceNos fuimos Mark y yo hacia el despacho de nuestra amiga, tocando su puerta Mark, entrando cuando escuchamos que nos dio permiso. Nada más entrar y vernos, Alice se levantó de su sillón acercándose hacia donde estábamos nosotros, cerrando la puerta Mark tras de sí— Hola cariño, qué alegría veros a los dos juntos y pareceis muy felices ¿ha habid
Ya estábamos en la casa de nuestra amiga, decidiendo Alice que durmieramos Mark y yo en el mismo dormitorio, imaginando que seria cuestion de mi esposo y de mi amiga, para ver si terminamos de reconciliarnos Mark y yo, aunque era un suplicio para mi acostarme mi esposo ya que se notaba en la cama, que había entre los dos y después de tantos meses sin ni siquiera rozarnos, que había entre mi esposo y yo una tensión erótica densa y asfixiante que ocupaba el espacio entre nuestros cuerpos Por la mañana cuando me desperte, me levante corriendo de la cama para entrar en el cuarto de baño, viendo a mi marido desnudo secando su cuerpo, pero me dio lo mismo ya que mis nauseas eran más fuerte que el deseo de tocar aquel cuerpo tan perfecto como el que tenía mi esposo, Empecé a vomitar sintiendo como Mark me cogía el pelo con sus manos para que no me lo manchara, quedandome un momento sentada en el suelo, mirándonos Mark y yo a los ojos— No me pasa nada, creo que estare asi hasta que nazca nu
Me levanté de la cama dispuesta a ir al dormitorio donde dormíamos Mark y yo juntos, pero cuando fui a abrir la puerta de mi dormitorio me quedé por un momento de pie con mi mano en el abridor pensando si lo hacía o no, ya que era arriesgarme mucho, pero a estas alturas de mi embarazo y teniendo mis hormonas revolucionadas, necesitaba sentir el calor del único hombre que yo amaba, así que abri la puerta de mi dormitorio acercandome al dormitorio donde estaba mi esposo, la abri y entrando dentro me quedé sorprendida de que el aun estuviera tan despierto como yo lo estaba, cuando vi como levantaba su cabeza del almohadón—- ¿Qué te ocurre Sofia?¿te encuentras bien? — me pregunto en voz baja para no romper el silencio de la nocheMe acerque despacio a la cama, abri las sábanas tumbandome junto a mi marido, dándome cuenta en la penumbra de la noche, como en el rostro de Mark había sorpresa por hacer lo que hice. Mark me acogió entre sus brazos, como aquella noche en la casa de mi amiga Al
Mark se marchó al día siguiente a San Diego con su hermano Aaron como me dijeron y con dos de los abogados de mi esposo, dándonos un dulce y apasionado beso Mark y yo cuando nos despedimos en la puerta de mi casa. Por la noche y ya estando mi hija durmiendo en su cama, escuche la melodía de mi móvil, lo cogi de encima de la mesita donde lo tenia viendo que era mi esposo— Hola mi amor ¿cómo estás? — me pregunto— Bien y la peque durmiendo ¿qué tal por San Diego? — le pregunté— Todo tranquilo Sofía, aunque te echo mucho de menos, mi amor — me dijo— Yo también, pero mañana volvéis a casa ¿no? — pregunte— Creo que no, ya que uno de los inversores ha tenido que regresar a su casa, por no sé qué razón — me dijo Mark— ¿Entonces, os vais a quedar ahí más de un dia? — pregunte— Si, serán al menos tres días o más, ya que le ha dejado al otro inversor unos poderes, para que se agilice todo, pero mis abogados lo han rechazado, tendremos que esperar a que el hombre vuelva para poder firmar l
El chofer de mis madre paró el coche en la misma puerta de urgencias de la clínica, bajamos mi madre llevando a mi hija en brazos y yo detrás de ella, cuando el chofer nos abrió la puerta del vehículo, entramos corriendo en urgencias acercándose a nosotras una enfermera que había, cogiendo enseguida a mi hija en sus brazos para llevarla a una la sala dentro— Ves con tu hija Sofía, yo me quedaré en la recepción para darle a las enfermeras los datos de la nena, anda corre hija — me dijo mi madreEntre dentro de la sala, donde estaba mi hija, viendo que había varios médicos con mi pequeña examinandola— El doctor Roberto ya nos avisó de que veía señora Harris con su niña muy grave — me dijo uno de los médicos— Él mismo me ha mandado traer a mi hija a la clínica, pero doctor, ¿qué le pasa a mi hija? por favor dígame algo — le rogué— Por favor señora escúcheme un momento que la veo muy nerviosa, vaya a la sala de espera, y cuando terminemos de examinar a la pequeña, le avisaremos para
Marque el numero de telefono de Alice, contestando ella a la llamada enseguida— Sofia cariño ¿estás bien? — me pregunto— Yo si gracias, pero necesito hablar urgente con mi esposo — le dije— Llamalo tu, que Mark aunque esté reunido, si ve que el número que suena es el tuyo, te aseguro que lo cojera — me dijo Alice— Ya lo he llamado, pero esta enfadado conmigo y no quiere contestar mis llamadas — respondí— ¿Qué te pasa Sofía? por la voz que tienes te siento muy alterada, ¿pasa algo, la nena está bien? — me pregunto— No Alice mi hija no está bien, ha tenido que venir mi madre con su coche para llevarnos a la clínica de urgencias, mi hija tiene una neumonía y el médico no quiere que me acerque a mi pequeña, ya que dice que lo que tiene es contagioso — conteste— No te acerques Sofia, del tiempo que estás embarazada es peligroso y sobre Mark, espera que ahora mismo lo llamo yo, veras como el te va a llamar enseguida cariño — me dijo terminando las dos la llamadaEstuve dando paseos
Cuando llegó la noche, y aun sin saber todavía nada de mi esposo, Liam y yo nos marchamos de la clínica, hacia su coche, subiendo los dos ya que se ofreció a acercarme a mi casa, Cuando llegamos, Liam bajó enseguida de su coche para abrir la puerta ayudandome a bajar, quedandonos por unos minutos hablando al lado de su vehículo,— Mañana si Mark no ha llegado todavía de su viaje, llámame y vendré para llevarte a la clínica, no quiero que vayas cogiendo taxis, — me dijo— De acuerdo y gracias por todo Liam, eres un buen amigo y de verdad que lo agradezco — le dijeLiam cogió mis brazos con sus manos dándome un beso en mis mejillas, pero muy cerca de la comisura mis labios, apartandome enseguida de él. Le di las buenas noches y entre en mi casa, me dirigí hacia mi dormitorio, deje el bolso encima del sofá sacando de él mi telefono, sentada ya en la cama, marque el número de teléfono de Alice, que contesto la llamada al tercer toque— Hola cariño ¿y la pequeña Cintia, como esta? — pregun