Rápido llegamos hasta la joyería y luego nos fuimos a casa, yo me prepararía junta a las chicas, mientras los invitados y el novio nos esperaban en la pequeña villa victoriana que habíamos podido conseguir para realizar la celebración. Gran parte se la debía agradecer a Don Rogelio, él nos ha ayudado demasiado, es como un mas del grupo, pero con suficiente edad para ser nuestro padre, bueno, de algunos.

Cuando vi cómo nos habíamos vestido, me di cuenta de que cada color nos hacia especial, a pesar del escaso tiempo para la preparación de este evento, mi amiga se lucio con su regalo, nos dio una sortija a cada una, era la segunda vez en la vida que la veía emocionada, y todo había sucedido en un día. Todas estábamos sorprendidas.

A medida que la hora pasaba nos comenzamos a apurar, solté él aire y me aleje de ellas, tome mi móvil y marque el n&ua