Me dejé caer sobre la cama, mis ojos estaban aguados, una emoción recorría mi cuerpo, estaba feliz, no podía creer lo feliz que me podían hacer un par de palabras, mi bello, hermoso y sexi novio si sabía cómo sorprenderme, mordí mi labio y comencé a ver bien el vestido, era de un tono crema con detalles en pedrería que lo hacía ver un poco más dorado, pero no tanto.

Era un vestido de novia, era el vestido de novia que hubiese elegido, vi los zapatos y eran unos exclusivos, la pedrería era preciosa, lo que siempre soñé, pero todo esto es interrumpido por mi móvil, suena y suena hasta que lo contesto.

– Bueno – digo ya que el número que llamó no está registrado – bueno ¿Quién habla? – la línea sigue en silencio, nadie me dice nada – buenas tardes – digo nuevamente, pero no responden.<