NICOLÁS COOPER.—¿¡CÓMO ES QUE NADA FUNCIONA!? —le inquiero furioso— ¡ELLA ES HUMANA! ¡HUMANA! ¿¡CÓMO ES QUE UNA HUMANA PUEDE ESQUIVAR UN HECHIZO DE LOCALIZACIÓN!?—N-No lo sabemos, alpha —me responde el sirviente nervioso—. Creemos que alguien la está ayudando.Volteo a ver molesto a Leon antes de ver al hombre inútil que tengo enfrente.—¿¡CÓMO ALGUIEN LA ESTARÍA AYUDANDO!? —le inquiero enojado— ¡ELLA NO TIENE A NADIE! ¡SOLO ME TIENE A MÍ!—Pero, alpha, es demasiado raro que ella se escape antes de que la podamos capturar y también es muy raro que...Golpeo mi escritorio interrumpiéndolo.—¡DEJA DE INVENTAR EXCUSAS PARA JUSTIFICAR SU INCOMPETENCIA! —les reclamo— ¡NO ME IMPORTA QUE TENGAN QUE HACER, PERO MÁS LES VALE ENCONTRARLA LO MÁS PRONTO POSIBLE O DE LO CONTRARIO, LOS VOY A CORTAR EN PEDACITOS Y DESPUÉS SE LOS VOY A DAR A COMER A LOS OSOS! ¿¡ENTENDIDO!?Ellos asienten asustados.—¡AHORA LARGO DE AQUÍ!No pasan ni un minutos cuando todos ellos salen de la oficina despavoridos dej
MAIA CARRIZALES.Veo sorprendida a Mauricio.Esto no puede estar ocurriendo.—¿Estas bromeando, verdad? —él niega—. No puede ser.Abrazo mis piernas contra mi pecho y oculto mi rostro en ellas mientras intento no llorar.—Ey, tranquila —pone una mano sobre mi cabeza—. No llores.—No lo entiendes —le digo con la voz ahogada—. Mi vida se está yendo a la mierda y no sé que es lo que voy a hacer.—Pues, lo primero es que te calmes y...—¿Qué me calme? —lo interrumpo— ¿¡Cómo quieres que me calme cuándo todo se está yendo al carajo!?—Maia, tranqui...—¡No me pidas estar tranquila! —le digo llorando— ¡A ti no te atormenta una maldita y estúpida voz que te trata como una mierda y que puede hacer que el desgraciado de Nicolás te encuentre!Lloro de impotencia.—¿Nicolás? —me cuestiona— ¿Él es...?—¿¡El hombre que destruyo mi vida!? —lo interrumpo— ¡Sí, es él y si me encuentra, todo se ira al carajo tanto para mí como para los demás! —siento un dolor en el pecho de tanto llorar— ¿¡Por qué las
MAIA CARRIZALES.Italia 22:55 hrs.—¡AH!—¡Tranquila, respira!Doy otro grito de dolor cuando siento como si mis costillas se rompieran.¡Deja...!—¡Maia, respira! —escucho como me dice Mauricio preocupado— ¡AYUDA!Me retuerzo de dolor en el suelo.¿¡Por qué ahora!?¡MALDIT...AH!Esa voz y yo gritamos al mismo tiempo de dolor.¿¡QUÉ ME OCURRE!?Empiezo a sentir que me estoy quemando (lo cual no es así) y cuando creo que no puedo sentir más dolor, siento como si cada parte de mi cuerpo se estuviera quebrando rápido y dolorosamente.—¡Está convulsionando!Veo manchas rojas, negras, blancas y de otros colores mientras escucho ruido a mi alrededor que ya no puedo identificar.🌗🌗🌗🌗🌗Despierto y veo todo absolutamente negro y cuando intento hablar o moverme un poco siento demasiado dolor, así que solo termino quejándome un poco.—¿Maia, estás despierta?Intento contestar que sí, pero solo termino quejándome.—Lo tomare como un sí —me dice Mauricio—. No te muevas o intentes hablar, te v
MAIA CARRIZALES.—¿Está lista?—Sí —le contesto al doctor.—Ok —siento sus manos alrededor de mi cabeza—. Voy a quitarle la venda, puede que le duela un poco, ¿de acuerdo?—Sí, sí.Siento como el doctor empieza a quitarme la venda, lo cual no me molesta para nada hasta que llega a la parte en que la tela se pegó a mis ojos, lo cual me dolió un poco al quitármela.—Abra los ojos.Hago lo que el doctor me pidió, pero veo todo oscuro.—¿Tengo los ojos abiertos? —cuestiono—. No veo nada.—Los tiene abiertos —me contesta el doctor—. Estoy pasando una luz por sus ojos y al parecer, no hay nada grave de que preocuparse, pero dígame, ¿siente un ligero calor en el rostro?Asiento.—Entonces no hay nada que preocuparse —me informa y escucho ruido—. Su vista regresará en uno o dos días o puede que menos, pero máximo una semana, pero aun así, tiene que cuidarse.—Ok —dice el doctor—. Estas gotas se las tiene que aplicar todas las noches en los ojos antes de dormir y estas otras cuando sienta que
MAIA CARRIZALES.Veo a Michael aterrorizada mientras él solo me ve sorprendido desde la puerta del restaurante y no se mueve para nada.Trago saliva nerviosa al mismo tiempo que Mauricio regresa a nuestra mesa dejando la bandeja de la comida arriba de esta.—Buenas y malas noticias —lo veo—. La buena es que nuestra comida ya está y la mala es que... ¿estás bien?Asiento y veo detrás de él para ver a Michael, pero para mi sorpresa, él ya no está.Siento un pequeño alivio que no dura mucho cuando me doy cuenta que Michael está sentado en otra mesa viéndonos fijamente.—¿Por qué siento que me estás mintiendo?—Estoy bien, en serio —le respondo a Mauricio—. Es que... tengo mucha hambre.Agarro mi hamburguesa y empiezo a comermela.—¿Ok?Mauricio agarra su plato de pasta y empieza a comer al igual que yo.Intento no ver a Michael, pero lo termino haciendo un par de veces lo más tranquila y discretamente posible, y en una de esas veces que lo veo, lo encuentro haciendo algo en su celular an
MAIA CARRIZALES.¿Por que tuvo que suceder esto?Abrazo mis piernas mientras lloro y veo a Mauricio, el cual no ha reaccionado ni se ha movido desde hace que aparecimos aquí.No sé en donde estamos y tampoco hay nada alrededor, lo cual solo hace que me desespere y asuste más, ya que está anocheciendo y tengo miedo de que animales aparezcan en cualquier momento para matarnos, ya que estamos en lo que creo que es una montaña.Agarro mi celular y sigo viendo como no tengo señal y como me queda poca batería.Nos vamos a morir.Escucho quejidos y volteo a ver a Mauricio, que está reaccionando.—¿Estás bien? —le cuestiono.Él asiente mientras lo ayudo a sentarse.—¿En dónde estamos? —me cuestiona viendo nuestro alrededor.—No sé —le respondo—. Creí que tú lo ibas a saber.—No, yo... —se queja mientras ve todo—. Teníamos que aparecer en la casa, no aquí, pero no tuve la suficiente fuerza para que el hechizo funcionara bien —me informa y me voltea a ver— ¿Estás bien?Asiento.—¿Cómo le haremo
MAIA CARRIZALES.Mauricio y yo seguimos a Laila hasta la sala, en donde Leon nos espera sentando en el sofá.—Por fin llegan —nos dice—. Me tenían preocupado, ¿en dónde estaban?—Nos perdimos —le respondo— ¿Qué haces aquí?—Pues... ¡esperándolos a ustedes! —me dice— ¿¡Cómo rayos se les ocurre perderse!? ¡Estas en peligro!—¡Lo sé! —le digo— ¡Pero no lo planeamos! —¡Por suerte Nicolás no te está buscando aquí! —me regaña.—Te equivocas —le digo—. Él de seguro ya debe de estar buscándome aquí.Leon me mira serio.—¿Por qué dices eso? —me cuestiona— ¿Qué es lo que paso?—Salimos a comer a un restaurante y nos encontramos a Michael —abre los ojos sorprendido—. Él me vio y estoy segura que ya le dijo a Nicolás, lo vi hablando por teléfono.—Mierda —murmura llevándose una mano a la cara y luego parece recordar algo— ¡MIERDA!Sale corriendo de la sala y estoy seguramente que también de la casa, ya que escucho como se azota una puerta y el ruido de unas llantas rechinar.—Maia —volteo a ver
MAIA CARRIZALES.—No te tienes que preocupar, hable con Michael y estoy seguro de que no dirá nada.Tecleo un mensaje rápidamente.¿Él te lo dijo?— —No, pero hable con él y aunque tocamos tu tema, no dijo nada sobre que te había visto. Pero prepárense, van a regresar a Berlín hoy en la noche.Ok.—Dejo el celular encima de la mesa y sigo desayunando.—¿Quién era? —me cuestiona Mauricio.—Leon —le respondo—. Michael no dijo nada, pero tenemos que regresar a Berlín hoy en la noche.—¿Y estás bien con eso? —asiento— ¿Segura?—Sí —le respondo—. Además, no podemos hacer algo más, si Leon se equivocó y Michael le dijo a Nicolás, lo más seguro es que empiecen o ya me estén buscando en Italia.—Esperemos que no se haya equivocado —me dice desayunando—. Hay algo que no entiendo.—¿Qué es lo que no entiendes?—Como es que no te han encontrado hasta ahora —me revela—. No me malentiendas, me alegra mucho que no tu mate no te haya encontrado, pero lo que no logro comprender es como Leon te ayuda