"Comadreja asustada"
Habían pasado ya tres días, Dylan no salía de su trance, por mucho bebió algo de agua, fue al baño y tomó su forma fetal en la cama, me estaba empezando a preocupar por él, así que decidí salir de mi habitación y caer en su cama.
Él me miró espantado y se tapó la cara con una sábana
—Vete. —Murmuró, no le hice caso y me acomodé en su cama.
— ¿Por qué sigues aquí?, deberías haberte ido cuando sepulte el cadáver.
—No lo sé, siempre he estado aquí. —Jugué con mis pies meciéndolos, él temblaba de miedo. —Si sigues así el próximo cadáver que sepulten será el tuyo —se levantó de la cama como si tuviera un resorte en la espalda y se tambaleó un poc
"No parecía real."Una noche Dylan era una persona valiente, y a la siguiente se volvía una comadreja asustada.Se encontraba metido entre sus sábanas, como se le hacía costumbre estos últimos días, yo en cambio, observando por la ventana de su habitación el amanecer, era algo hermoso desde allí, no recordaba la última vez que lo había visto, mucho menos desde un lugar donde se podían ver arbustos de gran magnitud.—Deberías venir a ver esto, son cosas que valen la pena —mi acompañante emitió un gruñido de molestia y siguió en lo suyo, "lamentarse", creí ver un reflejo y pensé por un momento que se trataba de una luciérnaga.—Oh, mira una lucier... —no terminé de completar la frase, porque la aparente luciérnaga que estaba viendo poseía piernas, ropa, bin
"¿Quién eres?"Era la única pregunta que resonaba en mi mente, y al parecer en toda la habitación.Tenía una sonrisa aterradora, con sus ojos parecía penetrar mi alma, o lo que sea donde coloque su mirada en estos momentos.—Mi error —su voz era áspera y rasposa, tanto que le podría hacer daño a quien lo escuchase. —Veo que Dylan no te ha hablado de mí —Dio una sonrisa mostrando sus dientes, sus ojos vagaron por la habitación mientras rascaba su cabeza con el cuchillo.—Marcus, mi nombre es Marcus. Tenía ya mucho tiempo observando en silencio pero debido a todo esto — señaló el lugar cubierto de sangre —me ha tocado salir a relucir preciosa.Traté de no fingir asco cuando me llamó preciosa, posé la mirada en esa zona vacía y normal de la habitación. &
"El terror..."Muy tarde me doy cuenta que no soy más que alguien que no existe en realidad, cuando me encuentro en medio del bosque. Pero es muy raro, por todo mi cuerpo vaga una feroz corriente que asoció como miedo, mis manos están heladas y mi respiración agitada; ese constante dolor en mi nuca me hace gruñir cada cierto tiempo.—No puedes huir por mucho tiempo —doy un paso adelante cuando escucho la voz de Dylan, giro para confirmar que el chico se encuentra sentado en una roca. —No costó mucho saber que terminarías aquí, así que salí por la ventana.Fruncí el ceño ante tales palabras, pero no por la duda del por qué me está siguiendo, si no, de cómo llegó al sitio tan rápido.— ¿Cómo has llegado antes que yo? —sus labios forman una fina línea y alza la ceja
"Tres extraños."Tres completos extraños se encontraban en la habitación la mañana del viernes, al parecer el chico los conocía porque no comento nada al respecto cuando entraron, cerraron la puerta tras ellos. Una chica y dos chicos, la chica tenía el cabello rubio, los ojos verdes olivo era de una estatura baja y tenía esa expresión de soy inofensiva hasta que dices algo que no me agrada.Uno de los chicos era castaño, de ojos rasgados y color café, al igual que la chica era de baja estatura, en su espalda; sobre unas correas de cuero llevaba consigo unas espadas largas y anchas, a lo lejos se podía notar el filo, podría estar segura que lo que tocaran seria picado sin ningún esfuerzo. El otro chico era un poco más alto que Dylan, tenía el cabello de color negro, ojos grises y el cuerpo muy bien formado, en sus manos solo traía una computad
"El recuerdo perdido"Eran las 03:30 am, Trisha McFire escuchó un sonido seco y ensordecedor fuera de su habitación, se encontraba comiendo su helado de mantecado para poder relajarse de su día estresante, lleno de cajas y clientes molestos.Una de las tantas malas mañas que había obtenido gracias a su trabajo nocturno en el bar de la ciudad, se levantó temblorosa y caminó con miedo hasta el pasillo, sacó su cabeza por el espacio entre la puerta y la pared, resopló fuerte y se armó de valor para caminar por ese sendero invadido por las penumbras.— ¡No!El grito lleno de pánico y súplica provenía del piso de arriba, enseguida su respiración se entrecortó y comenzó a sentir náuseas, el sudor se hizo presente y los dientes le tiritaban.El segundo grito fue aún más aterrador, estaba cargado
"Hora de la búsqueda"La habitación se había vuelto un basurero, los chicos dejaban los envases de comida por doquier, el ojos grises de doble personalidad se encontraba en un dilema dentro de sí, cada que sus amigos arrojaban algo Dylan hacía su aparición y lo recogía, cada que él lo recogía Marcus aparecía para arrojar más basura al suelo.— ¿Ya has encontrado algo? —preguntó Marcus mientras comía una de esas sopas instantáneas sentado en el suelo.Miguel suspiró pesado y negó, al parecer para este genio de la informática, que podía meterse en cada rincón del mundo donde se encontrará un aparato electrónico, no se le ha hecho nada fácil conseguir información sobre alguna banda de asesinos o secuestradores, ni siquiera sobre una chica con mi aspecto que no sea de pel&
"Plan Z, salvar tu vida"— ¿Dónde te habías metido chica? — Esa voz proviene de Poe, quien tomó asiento justo frente a mí en el suelo —caíste de cara cuando encontramos la información, Dylan no paraba de murmurar que te habíamos matado de manera indirecta. —Eso no tenía ningún sentido, pero conociendo a estos chicos serían capaces de matar a alguien en el otro lado del mundo, sin la necesidad de mover ni un solo músculo.—Soy un proyecto —murmuré, todos me miraron como si tuviera un cuerno saliendo de mi frente.— ¿De qué hablas Angy? — Dylan me ayudó a levantar y me arrojó a la cama, caí al lado de la laptop de Miguel. —caíste al suelo como si hubieras entrado en un coma muy raro. —Las otras tres personas asienten y me debato en si contarles o no.
"Lo que pasa aquí, se queda aquí y vive aquí"Eran las cinco de la mañana cuando Miguel gritó a los cuatro vientos, Dylan me sostenía de la cintura mientras me contaba sobre una película de terror que le fascinaba, Galatea y Poe dormían abrazados, para cuando se escuchó el grito la rubia golpeó la cara de su amigo lanzándolo al suelo.— ¿Qué?— se levantó el chico y sacó sus espadas, cortando el aire de la habitación.—Guarda eso, vas a matarnos. —Murmuró Marcus quien hizo su aparición y me apartó de una delicada manera. — ¿Qué sucede Miguel?Nos acercamos hasta donde el chico se encontraba bailando la bamba, se detuvo mirándonos alegre. — ¿Recuerdan que les dije que mi programa buscaba en un mínimo de treinta minutos?— asentimos y &