Christine nota las miradas de Saulo y Richard mientras sus amigas permanecen en silencio.– Christine, ¿por qué estás tan molesta por esto? – pregunta Richard.– No entiendo qué les pasa. Alex fue desagradable con todos, y ustedes simplemente lo ignoran.– No es exactamente eso, Christine. Fue un asunto entre ellos. No creo que Alex haya actuado mal. Si fuera yo, habría hecho lo mismo. Lo siento, Sophia, pero no eres una víctima. – dice Saulo.– Son insensibles, hombres. Sophia cometió un error, pero está embarazada. – rebate Grace.– Sophia, resuelve esto pronto, por el amor de Dios. – Richard recibe su mirada confundida. – No olvides que soy médico.– Dios mío, entonces fuiste tú quien lo ayudó. ¿Por qué hiciste eso?– Sabes que no puedes negarle nada a Alex. Fuiste demasiado lejos, Sophia. Diles la verdad. Vamos, Saulo, dejémoslas solas.Richard y Ryan salen juntos de la cafetería. El día anterior, ya les había informado a sus amigos que Alex no era el padre del bebé, sino Bryan.–
El silencio que impregna aquel momento es acompañado por un intenso intercambio de miradas. Alex se acerca lentamente, haciendo que ella aparte la mirada, mientras las palabras de su tío resuenan en su mente, como si estuviera presente allí.– Entonces, ¿qué haces en mi casa? – Pregunta, ve el sobre en la cama, lo coge y lo examina. Luego, se dirige a la mesa y firma los documentos. – Puede salir, Srta. Jenkins, ya he firmado todo. Mañana, Ryan se encargará de los trámites para el proceso. – Dice en tono duro, con una clara irritación en su voz.– Alex, por favor, explícame por qué hiciste esto. ¿Por qué no me contaste la verdad? ¿Por qué me estás lastimando? – Pregunta, con la cabeza baja y en un tono casi inaudible. Él se acerca, observándola atentamente.– Son muchos "porqués" en una misma frase. – Alex se agacha frente a ella, levanta delicadamente su mentón con la mano y la mira a los ojos tristes. – Rebecca, no te mentí. ¿Qué necesitas saber? Haz tus preguntas y responderé.– ¿P
Rebecca sale de la oficina y se dirige a la habitación de Alex. Al entrar, no lo ve, pero nota la luz del baño encendida. Se da cuenta de que él está tomando una ducha y, sin dudarlo, se quita la ropa y abre la puerta del baño, entrando en la ducha con él.– ¿Puedo unirme a ti en la ducha? – Pregunta tímidamente.– Claro. – Responde, atrayéndola hacia él y envolviéndola con sus brazos. – Eres tan hermosa. – Susurra mientras acaricia su rostro con ternura.– Gracias. – Responde, envolviendo sus brazos alrededor de su cuello y besándolo.– De esta manera, realmente no vamos a bañarnos. – Susurra entre besos, deslizando sus manos suavemente por su cuerpo.– ¿Qué más podemos hacer, Sr. Baker? – Pregunta en un susurro, mordiendo ligeramente sus labios.– Ah, Rebecca, te encanta provocarme. – Dice, besándola intensamente.Alex presiona a Rebecca contra la pared, ella suelta un suspiro al sentir el frío en su espalda. Él desliza sus labios por sus pechos, alternando entre suaves besos, provo
Al finalizar las clases, Rebecca se dirige hacia el estacionamiento y avista a Henrique, quien la espera. Ella lo abraza, asegurándose de que sus primas estén observando.– ¿Vamos? – Ella entra al coche con una sonrisa, consciente de las miradas que atrae. – ¿Alex ya te explicó todo esto?– Sí, Sra. Baker.– Henrique, ¿recuerdas lo que acordamos?– Sí, Rebecca.– ¿Te sientes cómodo acompañándome?– Claro, Rebecca. No permitiré que nadie te lastime. Te quiero como a una hija, has sido lo mejor que le ha pasado en la vida a Alex, nunca lo he visto tan feliz.– Gracias, Henrique, por amarlo y por amarme. – Dice emocionada por sus palabras.Al llegar a casa, Rebecca comparte el almuerzo con ellos, describiendo todos los eventos de los últimos días. Se divierte especialmente al relatar cómo Alex la sorprendió en el trabajo. Al principio de la noche, Rebecca se toma un largo baño antes de dirigirse a la peluquería a la hora programada. Frente al espejo, observa el resultado del maquillaje y
Alex entra en el salón y de inmediato nota todas las miradas de la mesa dirigidas hacia él. Rápidamente intercepta a un camarero con una bandeja de bebidas y se toma tres tragos de whisky.– Sr. Baker, qué placer tenerlo aquí. Estoy seguro de que disfrutará de esta noche. – Antonio lo saluda con una sonrisa amigable.– Disculpen mi comportamiento. – Alex hace un gesto hacia las bebidas. – Pero temo que solo podré soportarlos si estoy ebrio. – Rebecca no puede evitar sonreír al escuchar su respuesta.– Joven Alex aún conserva su simpatía característica. Pensé que los eventos de esta semana tal vez lo hubieran enseñado a ser más humilde y menos arrogante.– Supongo que aún no me he acostumbrado. ¿Y dónde está el Sr. Shaw? ¿No vino a prestigiarlos?– Tenía un compromiso, pero seguramente en otra ocasión se asegurará de asistir.– Buenas noches, todos. – Alex saluda a la mesa con una mirada perspicaz. – No hace falta decir lo deslumbrantes que lucen todas ustedes. La belleza es realmente
Al llegar a casa, se dirigieron inmediatamente a la habitación, entregándose a sus deseos. A la mañana siguiente, una sonrisa se extendió por el rostro de Rebecca al despertar en los brazos de él.– Buenos días. – Dice, depositando un suave beso en los labios de él.– Buenos días, Sra. Baker.– Alex, estoy a punto de ir a Seattle. Prometí a las chicas que las visitaría hoy.– Está bien, te llevaré al aeropuerto. Tengo muchos compromisos en Nueva York. ¿Cuándo vuelves?– Mañana mismo, debo llegar a altas horas de la madrugada.– Vale, entonces vamos a tomar una ducha.Juntos compartieron una ducha, se vistieron y bajaron a desayunar. Después de prepararse, se dirigieron al aeropuerto.– Gracias por traerme.– No hay problema, disfruta tu tiempo en Seattle y, si necesitas algo, no dudes en llamarme. – Alex la besó cariñosamente antes de dejarla en la puerta de embarque y partir hacia su destino.Después de varias horas de viaje, Rebecca finalmente llegó a Seattle y se dirigió directamen
Alex lleva a Rebecca a una lujosa zona residencial situada cerca del centro de la ciudad. Allá encuentran a Leandro, quien los recibe con una sonrisa amigable.– Buenas tardes, amigos míos.– Buenas tardes, Leandro.– Hola, Leandro. – Dice Rebecca, abrazándolo. – Pero, ¿qué estamos haciendo aquí, Alex?– Vas a trabajar, Sra. Baker. Serás empleada del Grupo Murphy de 1:00 de la tarde a 7:00 de la noche. No tolero retrasos, así que sé puntual. Y no pienses que tu estatus como esposa del Sr. Alex Baker te exime de responsabilidades.– Rebecca, estarás a cargo del proyecto de construcción de nuestra casa. Quiero que lo manejes personalmente.– ¿Estás bromeando, Alex? ¿Hablas en serio? – Pregunta incrédula.– Sí, querida, hablo en serio. Quiero que participes activamente en este proyecto, y sé que eres capaz. Será una experiencia increíble para ti. – Responde Alex con seriedad, mirándola a los ojos. – Tu primer trabajo será construir nuestra casa. Haz lo mejor que puedas y demuéstrale a Le
Alex la observa durante largos minutos en silencio, cautivado por su belleza y la forma amable en que interactúa con las personas a su alrededor. precia profundamente la delicadeza y elegancia con que maneja las situaciones.– Señora Baker, siempre me sorprendes. – Junta sus labios con los suyos en un beso apasionado.– Disculpa. – Sophia interrumpe acercándose, pero Alex la ignora y continúa besando a Rebecca.– Alex, por favor, detente. Deja que la Srta. Spencer hable. – Rebecca pide, apartándose.– Alex, ¿podemos hablar a solas por un minuto? – Sophia solicita.– Absolutamente no, Sophia. Si tienes algo que decir, dilo delante de mi esposa. – Alex se niega, haciéndola sentir incómoda.– Perdóname, Alex, por todo. Perdóname por Bryan, me dejé llevar. Nunca estabas presente para mí, e incluso cuando lo estabas, aún me sentía sola. Arruiné todo. Te arrojé a los brazos de ella. Sé que haces esto para castigarme, porque quieres verme sufrir. Dejé que mi familia hiciera este desastre. De