Al cruzar el umbral de la sala VIP, un repentino silencio se apodera del ambiente y todas las miradas se dirigen hacia Alex, quien levanta una ceja con curiosidad.– Qué placer verte de nuevo, Sr. Murphy. Bienvenido de vuelta. – Dice, acercándose a Leandro; los dos comparten un abrazo. – ¿Cuánto tiempo ha pasado, verdad?– Mucho tiempo, Alex. Tiempo suficiente para que te vuelvas loco en mi ausencia.– Se necesitará más que algunas bebidas para soportarlo. – Alex responde con una sonrisa irónica, anticipando la conversación que está por venir.– La gente comentaba que te retiraste del grupo Shaw, ¿podrías explicármelo, Alex?– No fue exactamente una salida voluntaria, mi abuela me expulsó. Era algo que tarde o temprano iba a suceder, simplemente adelantó lo inevitable. Pero los motivos, ya los conoces, ¿verdad?– Joven Shaw, no puedo dejarte solo durante mucho tiempo, especialmente cuando tus acciones causan tanto revuelo.– Ya no se me permite usar ese apellido, así que tendrás que l
El ambiente en la mesa es extremadamente amigable, aunque Rebecca se siente incómoda en presencia de esos hombres, especialmente sabiendo que Alex está cerca. Ella creía que él había regresado a Nueva York.– Sra. Baker, ahora serás el centro de atención entre nosotros. Estuve fuera por un tiempo, y cuando regreso, ¿encuentro todo esto? No me malinterpreten, no me refiero al matrimonio, porque en algún momento eso iba a suceder. Estoy hablando de la encantadora escena que protagonizaron en público. Mi amigo nos lo contó, no puedo creerlo. Alex no tiene corazón, ni afecto, para el caso. – Todos en la mesa ríen.– Estoy completamente de acuerdo. – dice Marcelo.– ¿Estuvieron presentes en la boda? – pregunta Richard a los amigos de Rebecca.– De ninguna manera. Creo que deberían habernos brindado una noche de diversión, ¿no están de acuerdo? Nos privaron de una despedida de solteros, eso es imperdonable. – dice Susan, mientras Leandro mira a la hermosa dama que repitió lo que él dijo en
André observa a Rebecca y a Alex hasta que desaparecen de su vista.– ¡Son unos idiotas! – Exclama André, dirigiéndose a los hombres presentes.– Será mejor que te retires antes de arrepentirte. – Amenaza Ryan.– Vámonos, no necesitamos más problemas. – Dice Luan, llevando a André hacia la salida.Samantha se acerca, curiosa por saber qué pasó.– ¿Está todo bien aquí, caballeros? – Pregunta ella.– Sí, no hay de qué preocuparse. – Responde Ryan de manera cortés. Él, Leandro y Saulo se dirigen a la sala VIP. Samantha regresa a su mesa, frustrada por no haber encontrado a Rebecca y no tener respuestas sobre lo que ocurrió.– ¿Te divertiste a su costa, hermanita?– No la encontré. Parece que hubo una pelea. Vi a André, Luan y Marcelo hablando con algunos hombres desconocidos y después todos se fueron. Hubo un lío cerca de la mesa donde estaban.– Hombres desconocidos peleando con nuestros amigos. Debe ser culpa de Melissa. Ella siempre se mete en problemas por el fuego que siente. – Come
En la mañana siguiente, Rebecca es la primera en despertar. Abre los ojos y siente que su cabeza da vueltas. Pronto se da cuenta de que está acostada en el pecho de Alex. Asustada, da un pequeño salto de la cama, despertándolo. Alex la mira y, avergonzada, ella cubre sus pechos con las manos.– ¿Cuál es el problema ahora, Rebecca? – le pregunta, cerrando los ojos nuevamente. – Está en la silla, ¿qué estás buscando? – le dice, sentándose en la cama.– ¿Qué hice? – se pregunta en voz baja, tomando su camisa y vistiéndola.– Fuiste increíble anoche, Rebecca. Podemos hacerlo más veces. – Alex nota la incomodidad de ella, especialmente al ver sus mejillas sonrojadas. – ¿Te gustó a ti también? – pregunta, decidido a jugar con eso. Ella aparta la mirada, ocultando su vergüenza. – Déjame adivinar, no recuerdas muy bien nuestra noche, ¿verdad? Pero puedo afirmar que te gustó, tus gemidos en mis oídos lo confirmaron. – dice, con una sonrisa maliciosa.– Idiota. – exclama ella, tomando una almoh
Los amigos de Alex decidieron no involucrarse en esa situación, dejándolo solo, como él había pedido.– Disculpe, Sr. O'Donnell. ¿Le importaría si me siento unos minutos? Estoy un poco cansado hoy, tuve una noche difícil, como ambos pudieron notar.– Siéntase libre, joven – respondió Magno.– Sólo quería un día tranquilo, pero ya que no puede esperar, Sr. O'Donnel, empecemos. ¿Qué tal si damos nuestro primer paso en este juego? - Dice irónicamente, haciendo una llamada a la oficina de finanzas del grupo Wealth. - Buenas tardes, señora Denver -Mantiene la mirada fija en Magno, observando su reacción-. - Necesito que haga algo por mí. Estoy interesado en colaborar con un grupo muy especial. Por favor, identifique las principales empresas con las que el grupo Post O'Donnell mantiene relaciones comerciales y gestione la adquisición de las más importantes.– ¿Para cuándo lo necesita, Sr. Baker? – Preguntó Charlotte.– Inmediatamente.– Voy a contactar al equipo de adquisiciones y al depart
Las familias mantienen un ambiente amigable mientras almuerzan, sin preocuparse por las acciones de Alex. Desde que comenzaron a negociar con el grupo Shaw, no ven razones para temer ninguna amenaza por parte de él.– Hola. – Dice Magno al contestar.– Sr. O'Donnell, buenas tardes. Lamento la molestia causada por mi nieto. Permítanme compensarlos por sus acciones. Disfruten tranquilamente con sus familias. Me encargaré de enseñar a Alex a respetar a sus mayores. Vengan a mi oficina a las 7 de la noche. – Nicolás cuelga sin esperar respuestas.Mientras tanto, en casa, Rebecca está inquieta, explorando todas las dependencias de la casa y observando cada detalle. Entra en la habitación de Alex y se ríe al recordar algunos momentos de la noche anterior.– Debo dejar de beber. – Murmura, riendo. – ¿Qué estoy haciendo aquí? – Se pregunta, dándose cuenta de que no debería estar allí. Examina la habitación con mirada atenta y se acerca al escritorio, notando un globo de nieve encima de él. –
Alex se siente aburrido mientras escucha las conversaciones aleatorias de sus amigos. Su mente divaga, recordando la noche anterior, y no puede evitar pensar que preferiría estar en compañía de ella.– Alex. – Llama Sophia. – Alex, ¿estás bien? – Pregunta de nuevo.– ¿Qué? – Pregunta, volviendo en sí. – ¿Qué quieres, Sophia?– Vamos a hablar sobre nuestro asunto.– Claro, ¿ya fijaste la fecha para la prueba de ADN?– En realidad, Alex, sería más apropiado que hablemos en privado.– ¿Por qué? Si probablemente todos aquí ya saben que estás embarazada. ¿O vas a decir que no se lo contaste?– Y tú, ¿se lo contaste a ellos? No me juzgues.– En realidad, solo confirmé, ¡fue Ryan quien lo contó! Pero eso no importa. ¿Cuándo haremos la prueba de ADN?– No lo voy a hacer, Alex. Puede ser peligroso para mi bebé. Ya tienes mis resultados médicos. Si realmente no quieres involucrarte en esto, está bien, pero no te permitiré acercarte cuando nazca.– Esa no es la única razón por la que estás evita
Rebecca está al borde de la piscina, conversando animadamente con sus amigas.– ¿Cuánto tiempo tienes que mantener el brazo inmovilizado?? – Pregunta Rebecca.– Creo que, como máximo, dos semanas. Fue solo una luxación. No te preocupes, amiga. – Responde Susan, con una sonrisa tranquilizadora.– ¿Fui yo quien causó la pelea, verdad? – Pregunta, desanimada. – No recuerdo mucho.– Sí, fuiste tú, amiga. Le contaste a tu esposo que André te llamó acompañante de lujo. – Responde Melissa.– André es un idiota, pero no debería haber provocado todo esto. Por mi culpa, la gente resultó herida.– Amiga, no te culpes tanto. Fue solo un accidente. Estábamos todos fuera de control por la bebida. – Dice, consolándola.– ¿Y cómo está él?– Luan dijo que se está recuperando, tiene algunas heridas. Regresaron a Seattle esta mañana. Pronto olvidaremos esta historia.– No, Mel, no será así. Estaba en la habitación de Alex y vi en su computadora un archivo completo sobre André. Sea lo que sea lo que teng