Al entrar en el coche, Rebecca permanece pensativa, considerando cómo persuadir a Henrique para que guarde su secreto.– Sr. Henrique, ¿es correcto decir que te importo, verdad?– Sí, tengo un afecto por ti, como el de un padre hacia una hija.– Genial, entonces necesito pedirte que guardes mi secreto, ¿puede ser? Ya le confié esta información a Maria, y ella aceptó mantener el secreto. No se trata de algo inapropiado, pero sospecho que Alex no lo tomará bien.– Puedes confiar en mí, no revelaré nada.– Necesito que me lleves al Grupo Shaw, ya que empezaré a trabajar allá hoy. Sin embargo, soy consciente de que a Alex no le gustará, porque espera que me concentre en mis estudios.– Y tiene razón. Te sugiero que sigas ese camino. – Él expresa, intentando hacerla reconsiderar, ya que sabe que cuando Alex descubra esto, las cosas podrían complicarse para ella.– Lo entiendo, pero te pido, por favor, que prometas mantener esto en secreto, que no se lo contarás a nadie.– Puedes confiar en
Al día siguiente, Rebecca está cumpliendo con todas sus actividades, ansiosa por la noche que se acerca. Durante todo el día, está pendiente de su teléfono celular, esperando recibir una llamada o mensaje de Alex felicitándola por su cumpleaños. Al llegar a casa, apenas puede ocultar su frustración.– Rebecca, ¡esto llegó para ti! – Dice María, entregándole un paquete.– Gracias, María. – Ella toma el paquete y sube a su habitación, claramente desanimada.Al entrar a la habitación, se acomoda en la cama y desenvuelve el paquete, revelando un conjunto de joyas que forma parte de la nueva colección del grupo Shaw. Una sonrisa genuina aparece en su rostro mientras toma la tarjeta."Disfruta tu día. Feliz cumpleaños, mi esposa."Rebecca esboza una leve sonrisa al leer la tarjeta, pero la decepción por no haber recibido una llamada aún la acompaña. Decidida, se levanta y se dirige al baño para prepararse. Después de terminar, se enfrenta a su reflejo en el espejo, aprobando su apariencia c
Alex se queda inmóvil durante unos segundos, completamente atónito por la reacción inesperada de ella. A pesar de haber compartido besos con ella en otras ocasiones, simplemente no podía comprender el motivo detrás de esta nueva actitud. La frustración comienza a apoderarse de él, pero la determinación de buscar respuestas lo impulsa a seguirla.– Srta. Jenkins? – Él la llama, y en la parte superior de la escalera, Rebecca se detiene, mirándolo directamente.– ¿Qué quieres?– ¿Podrías bajar aquí, por favor?– No. Planeo ir a mi habitación.– Te lo ruego, Srta. Jenkins. – Él suplica de manera cortés, y Rebecca lo observa por un momento antes de finalmente ceder. Ella baja los escalones, deteniéndose frente a él.– ¿Qué necesitas ahora? – Él permanece en silencio durante unos minutos, reflexionando sobre qué decir. – Entonces, Sr. Baker, ¿qué es lo que realmente quieres?– Mis disculpas, Srta. Jenkins. Aseguro que no volverá a ocurrir. – Él dice, mirándola fijamente. Su mirada intensa i
El silencio se hace pesado entre ellos en ese momento. Alex mira fijamente a su abuelo, luchando por contener sus emociones.– ¿Cuándo me obligó a empezar a trabajar en esta maldita empresa a los 12 años? Nunca deseé formar parte de esto, nunca. Usted me obligó, y si hoy soy así, la culpa es suya y de todos los que estuvieron de acuerdo con esta idea insensata de poner a un niño a trabajar. Porque en ese momento, eso es exactamente lo que era: un niño. Su única oportunidad de destruirme fue en ese momento, cuando empecé. Debería haberlo hecho. Desde entonces, usted nunca tuvo la oportunidad de alcanzarme. Pasaron dos largos años teniendo que soportarlo, pero logré crear mi propio negocio justo debajo de su nariz. Fue porque en ese momento lo odié tanto que decidí quitarle el poder. Nunca seré como ustedes con mis hijos, porque ustedes fueron terribles.– Alex, por favor, no nos ofendas y respeta a tu abuelo – dice Ana, con lágrimas en los ojos.– Por favor, explique cómo lo crió, ya q
En el Pub Shaw, Rebecca disfruta de una animada reunión con sus amigos. A pesar de la tensión en el aire entre ella y André, él se aseguró de estar presente para felicitarla, y la mesa disfruta de un ambiente agradable y relajado. Sin embargo, la atmósfera se vuelve tensa con la llegada de Peter y Samantha.– Bueno, bueno, si no son nuestros viejos amigos. – Peter se acerca a la mesa con una sonrisa, tomándole la mano elegantemente a Samantha.– Becca, ¡feliz cumpleaños! Ven aquí, déjame darte un abrazo. – Samantha se acomoda graciosamente junto a ella y la abraza cariñosamente. – ¿Es todo lo que tu esposo mayor pudo proporcionar? Qué decadencia, primita. Él es mayor que tu padre, qué desagradable. Por cierto, incluso papá está decepcionado contigo. – Samantha susurra con sutileza en el oído de Rebecca. – Pero no te preocupes, en el futuro, podremos reservar salas VIP para celebrar con nuestros amigos. Peter comenzará a trabajar en el Grupo Shaw pronto, y la próxima primavera finalmen
Al cruzar el umbral de la sala VIP, un repentino silencio se apodera del ambiente y todas las miradas se dirigen hacia Alex, quien levanta una ceja con curiosidad.– Qué placer verte de nuevo, Sr. Murphy. Bienvenido de vuelta. – Dice, acercándose a Leandro; los dos comparten un abrazo. – ¿Cuánto tiempo ha pasado, verdad?– Mucho tiempo, Alex. Tiempo suficiente para que te vuelvas loco en mi ausencia.– Se necesitará más que algunas bebidas para soportarlo. – Alex responde con una sonrisa irónica, anticipando la conversación que está por venir.– La gente comentaba que te retiraste del grupo Shaw, ¿podrías explicármelo, Alex?– No fue exactamente una salida voluntaria, mi abuela me expulsó. Era algo que tarde o temprano iba a suceder, simplemente adelantó lo inevitable. Pero los motivos, ya los conoces, ¿verdad?– Joven Shaw, no puedo dejarte solo durante mucho tiempo, especialmente cuando tus acciones causan tanto revuelo.– Ya no se me permite usar ese apellido, así que tendrás que l
El ambiente en la mesa es extremadamente amigable, aunque Rebecca se siente incómoda en presencia de esos hombres, especialmente sabiendo que Alex está cerca. Ella creía que él había regresado a Nueva York.– Sra. Baker, ahora serás el centro de atención entre nosotros. Estuve fuera por un tiempo, y cuando regreso, ¿encuentro todo esto? No me malinterpreten, no me refiero al matrimonio, porque en algún momento eso iba a suceder. Estoy hablando de la encantadora escena que protagonizaron en público. Mi amigo nos lo contó, no puedo creerlo. Alex no tiene corazón, ni afecto, para el caso. – Todos en la mesa ríen.– Estoy completamente de acuerdo. – dice Marcelo.– ¿Estuvieron presentes en la boda? – pregunta Richard a los amigos de Rebecca.– De ninguna manera. Creo que deberían habernos brindado una noche de diversión, ¿no están de acuerdo? Nos privaron de una despedida de solteros, eso es imperdonable. – dice Susan, mientras Leandro mira a la hermosa dama que repitió lo que él dijo en
André observa a Rebecca y a Alex hasta que desaparecen de su vista.– ¡Son unos idiotas! – Exclama André, dirigiéndose a los hombres presentes.– Será mejor que te retires antes de arrepentirte. – Amenaza Ryan.– Vámonos, no necesitamos más problemas. – Dice Luan, llevando a André hacia la salida.Samantha se acerca, curiosa por saber qué pasó.– ¿Está todo bien aquí, caballeros? – Pregunta ella.– Sí, no hay de qué preocuparse. – Responde Ryan de manera cortés. Él, Leandro y Saulo se dirigen a la sala VIP. Samantha regresa a su mesa, frustrada por no haber encontrado a Rebecca y no tener respuestas sobre lo que ocurrió.– ¿Te divertiste a su costa, hermanita?– No la encontré. Parece que hubo una pelea. Vi a André, Luan y Marcelo hablando con algunos hombres desconocidos y después todos se fueron. Hubo un lío cerca de la mesa donde estaban.– Hombres desconocidos peleando con nuestros amigos. Debe ser culpa de Melissa. Ella siempre se mete en problemas por el fuego que siente. – Come