Al llegar a la oficina de registro civil, se encontraron con María y Enrique parados frente al lugar. Rebecca sonríe animadamente al verlos.– Señorita Jenkins, estás aún más deslumbrante que cuando te fuiste. – Elogia María, claramente encantada.– ¡Ustedes vinieron! Qué maravillosa sorpresa. Les agradezco mucho por esto. – Expresa Rebecca, abrazándolos afectuosamente.– ¿Vamos? – Invita Alex, al notar a un hombre sonriéndole cerca de la puerta. – Agradezco haber hecho todo esto posible. – Alex expresa su gratitud al acercarse.– El placer fue mío, Sr. Baker. – Responde Jason Forks, un ex empleado del grupo Shaw, con una sonrisa amable.Guiados por Jason, entran a la sala donde el Juez de Paz ya los espera. Con un pago adicional, Alex garantizó que serían atendidos después del horario convencional. Reciben instrucciones concisas sobre el procedimiento y el juez comienza de inmediato la unión de los dos.– ¿Alex Baker, aceptas a Rebecca Jenkins Halgrave como tu legítima esposa?– Sí,
En la mañana siguiente, Alex observa atentamente mientras Rebecca desciende las escaleras, vistiendo el mismo vestido que llevaba al llegar a Massachusetts. Él revisa la hora en su reloj de pulsera y levanta una ceja, intrigado al verla levantarse tan temprano.– Necesitas hacer compras, Sra. Baker.– Buenos días para ti también. – Ella responde con un tono malhumorado.– ¿Te caíste de la cama?– No es el momento más adecuado para molestarme.– De veras, el hambre parece ponerte de mal humor. – Él provoca, esbozando una sonrisa sarcástica. – ¿Qué tal si me acompañas a tomar café?– No, gracias. Planeo tomar café en la mejor cafetería que existe, está cerca de la universidad.– De acuerdo, iré contigo. Necesitamos arreglar algunas cosas.– Está bien, podemos arreglar esos asuntos, pero solo después de mi café.– Como prefieras, Sra. Baker.Alex la guía hasta la puerta, tomando la llave del auto que está sobre la mesita en el recibidor. Rebecca, en un movimiento rápido, toma la llave de
Mientras regresan a la mansión, Rebecca parece pensativa, mientras Alex concentra su atención en el celular, ocupado con varias cuestiones para resolver. – Alex, ¿qué tienes en Nueva York? – Pregunta Rebecca, rompiendo el silencio. – Asuntos profesionales. – ¿Tenías la intención de decírmelo? – Estaba intentando hacerlo, pero estás actuando como una adolescente. No es fácil lidiar contigo de esta manera. – Rebecca suelta una risa. – Entonces, ¿no tienes idea de cuándo volverás? – Esta vez, no. Estimo que llevará de dos a cuatro semanas. Tengo una carga de trabajo considerable que atender. Rebecca apenas puede ocultar su decepción, ya que no tenía planes de quedarse sola, especialmente en su cumpleaños. Basándose en el tiempo que Alex mencionó, es bastante probable que él no esté presente en la fecha. Sin embargo, encuentra cierto consuelo al recordar que sus clases comenzarán al día siguiente. Mientras echa un vistazo a Alex, se siente intrigada. Desde su llegada, él ha estado a
Al final de la tarde, Rebecca finalmente regresa a casa. Al vislumbrar la imponencia de la casa, un suspiro escapa de sus labios, acompañado por un vacío profundo que la afecta. Cruzando el vestíbulo, entra en la sala de estar y se encuentra con un hombre de elegancia marcada, erguido en postura. Sus ojos la recorren de los pies a la cabeza, como si la estuviera juzgando en silencio.– Buenas tardes, Sra. Baker. Es un placer conocerla. Soy Ryan Foster, abogado del Sr. Baker. – Él extiende la mano y Rebecca la aprieta con firmeza. – Estoy aquí para entregarle esto y recoger su firma. Son los detalles bancarios de su cuenta, así como los límites tanto de la cuenta como de las tarjetas.– ¿Qué es todo esto? ¿Alex ha perdido el juicio? ¿Por qué esta cantidad exorbitante? – Pregunta al ver un saldo de 10 millones de dólares.– Son órdenes de él, Sra. Baker. Le sugiero que hable directamente con él.– Entonces, ¿usted es su abogado? Mucho gusto, Sr. Foster. Soy Rebecca Jenkins.– El honor e
Al final de la noche, Rebecca se encuentra acostada en la cama, inmersa en sus pensamientos. Siente un gran deseo de compartir su día con Alex. Tomando su celular, intenta llamarlo varias veces, pero él la ignora. Desanimada, Rebecca se rinde y pronto recibe un mensaje de él."Por favor, llama solo en caso de emergencia, Rebecca. Buenas noches, mi esposa.""Es una situación de emergencia, esposo. Necesito contarte sobre mi día, por favor." – Alex sonríe al leer el mensaje y, aunque es consciente de que la conversación podría distraerlo, decide llamarla.– Entonces, Sra. Baker, ¿cómo estás? – Dice cuando ella responde. – Cuéntame sobre tu día.– Estoy completamente exhausta, porque, como sabes, tuve que despertarme muy temprano hoy.– Me sorprendió verte despierta. Después de todo, mis recuerdos de Seattle son de ti quejándote siempre cuando tienes que levantarte temprano.– Parece que estamos en la misma situación, Alex. Confieso que me sorprendes. Me pregunto dónde ha ido a parar el
Al entrar en el coche, Rebecca permanece pensativa, considerando cómo persuadir a Henrique para que guarde su secreto.– Sr. Henrique, ¿es correcto decir que te importo, verdad?– Sí, tengo un afecto por ti, como el de un padre hacia una hija.– Genial, entonces necesito pedirte que guardes mi secreto, ¿puede ser? Ya le confié esta información a Maria, y ella aceptó mantener el secreto. No se trata de algo inapropiado, pero sospecho que Alex no lo tomará bien.– Puedes confiar en mí, no revelaré nada.– Necesito que me lleves al Grupo Shaw, ya que empezaré a trabajar allá hoy. Sin embargo, soy consciente de que a Alex no le gustará, porque espera que me concentre en mis estudios.– Y tiene razón. Te sugiero que sigas ese camino. – Él expresa, intentando hacerla reconsiderar, ya que sabe que cuando Alex descubra esto, las cosas podrían complicarse para ella.– Lo entiendo, pero te pido, por favor, que prometas mantener esto en secreto, que no se lo contarás a nadie.– Puedes confiar en
Al día siguiente, Rebecca está cumpliendo con todas sus actividades, ansiosa por la noche que se acerca. Durante todo el día, está pendiente de su teléfono celular, esperando recibir una llamada o mensaje de Alex felicitándola por su cumpleaños. Al llegar a casa, apenas puede ocultar su frustración.– Rebecca, ¡esto llegó para ti! – Dice María, entregándole un paquete.– Gracias, María. – Ella toma el paquete y sube a su habitación, claramente desanimada.Al entrar a la habitación, se acomoda en la cama y desenvuelve el paquete, revelando un conjunto de joyas que forma parte de la nueva colección del grupo Shaw. Una sonrisa genuina aparece en su rostro mientras toma la tarjeta."Disfruta tu día. Feliz cumpleaños, mi esposa."Rebecca esboza una leve sonrisa al leer la tarjeta, pero la decepción por no haber recibido una llamada aún la acompaña. Decidida, se levanta y se dirige al baño para prepararse. Después de terminar, se enfrenta a su reflejo en el espejo, aprobando su apariencia c
Alex se queda inmóvil durante unos segundos, completamente atónito por la reacción inesperada de ella. A pesar de haber compartido besos con ella en otras ocasiones, simplemente no podía comprender el motivo detrás de esta nueva actitud. La frustración comienza a apoderarse de él, pero la determinación de buscar respuestas lo impulsa a seguirla.– Srta. Jenkins? – Él la llama, y en la parte superior de la escalera, Rebecca se detiene, mirándolo directamente.– ¿Qué quieres?– ¿Podrías bajar aquí, por favor?– No. Planeo ir a mi habitación.– Te lo ruego, Srta. Jenkins. – Él suplica de manera cortés, y Rebecca lo observa por un momento antes de finalmente ceder. Ella baja los escalones, deteniéndose frente a él.– ¿Qué necesitas ahora? – Él permanece en silencio durante unos minutos, reflexionando sobre qué decir. – Entonces, Sr. Baker, ¿qué es lo que realmente quieres?– Mis disculpas, Srta. Jenkins. Aseguro que no volverá a ocurrir. – Él dice, mirándola fijamente. Su mirada intensa i