Alex regresa al hotel y ve a Rebecca acostada en la cama, solo con una bata. Parece estar dormitando. Él va al baño y vuelve con un secador de pelo, se sienta a su lado y comienza suavemente a secar su cabello.– ¿Qué estás haciendo, Sr. Baker? – Pregunta al despertar, sintiendo la caricia del viento cálido en su cabello.– Estoy secando tu cabello. Como mencioné antes, no es bueno dormir con él mojado.– No necesitas preocuparte por eso, por favor, no es necesario.– No estamos negociando, solo quédate quieta. – Dice mientras sigue secándole el cabello.– ¿Ya lo has hecho antes? – Pregunta ella, observándolo.– Por supuesto, la noche en que te recogí en el pub. – Alex sonríe al ver cómo sus mejillas se ruborizan. – ¿Cómo te sientes ahora?– Me siento mucho mejor. Un baño caliente siempre me relaja. – Cierra los ojos, sintiéndose cuidada en ese momento. – Por cierto, ¿dónde estabas, Sr. Baker?– Fui a arreglar unos asuntos. Nuestro vuelo está previsto para las 6 de la mañana. Debido a
Al entrar en las instalaciones del Grupo Shaw, Alex entra a la sala de reuniones y es recibido por las miradas expectantes de sus familiares.– Mira quién está aquí, el señor Alex Baker, pensábamos que no vendrías. – Comenta Ryan.– No me perdería esto por nada. No puedo esperar para ver la expresión de decepción en sus caras después del anuncio.– Puedes seguir soñando, querido amigo. Nuestra propuesta es excelente. No podrás superarnos.– En lo que respecta al aspecto financiero, eso es cierto. Sin embargo, estoy seguro de que negocié mejor. – Concluye Alex, acomodándose en su asiento.Las principales empresas del país están atentas a esta transacción, que llevó meses finalizar. Cualquiera de los principales grupos interesados en el Grupo Technology Ci&t, al concretar esta compra, se convertirá en la empresa más influyente de la nación. La magnitud de esta transacción ha llevado a todos a apostar por el Grupo Shaw como favorito. Sin embargo, si la compra no se concreta, habrá grande
Alex regresa a su casa cerca de la hora acordada con Rebecca. Al entrar a la sala, encuentra a Maria y Henrique inmersos en una animada conversación sobre los cambios que están por venir.– Entonces, ¿cómo fue con ella? – Pregunta Alex, curioso.– La Srta. Jenkins es realmente encantadora, Alex. Estoy seguro de que te hará muy feliz. – Responde Henrique, con una sonrisa.– ¿Les importaría ser los testigos de nuestra boda?Al observar el brillo en los ojos de Maria, es evidente la emoción que siente, después de todo, ella considera a Alex como su propio hijo.– Claro, querido. – responde Maria, con entusiasmo palpable.– Alex, ¡la oficina del registro civil cierra pronto! ¿Crees que llegaremos a tiempo?– Un amigo me hizo un favor, así que el tiempo no será un problema. Nos encontramos a las 5h en la oficina del registro.En su habitación, Rebecca se observa en el espejo. A pesar de considerar este matrimonio como un acuerdo, no deja de arreglarse meticulosamente para el momento. Ha el
Alex observa a Rebecca, notando que parece distante, perdida en sus pensamientos. Sus ojos reflejan una profunda indecisión mientras ella cuestiona internamente si la elección que está haciendo es realmente lo mejor para su vida.– Entonces, señorita Jenkins, ¿falta algo más? ¿Quizás un ramo? – pregunta Alex, trayéndola de vuelta a la realidad. – Además, ¿hay algún otro detalle que desees para la boda?– Solo el ramo, gracias. – Responde Rebecca de manera sucinta.– ¿Hay algún problema, señorita Jenkins?– No es nada, todo está bien. Es solo que no puedo entender por qué esto es necesario. Gastaste una cantidad considerable en el anillo de compromiso, pero nuestro matrimonio parece reducirse a un acuerdo comercial.– Rebecca, no te preocupes. El dinero no es una preocupación para mí. Nos quedan dos años de contrato y, como futura señora Baker, sólo tendrás acceso a lo mejor. Mira a tu alrededor, soy un hombre de negocios y nunca permitiría que te conformaras con productos inferiores.
Al llegar a la oficina de registro civil, se encontraron con María y Enrique parados frente al lugar. Rebecca sonríe animadamente al verlos.– Señorita Jenkins, estás aún más deslumbrante que cuando te fuiste. – Elogia María, claramente encantada.– ¡Ustedes vinieron! Qué maravillosa sorpresa. Les agradezco mucho por esto. – Expresa Rebecca, abrazándolos afectuosamente.– ¿Vamos? – Invita Alex, al notar a un hombre sonriéndole cerca de la puerta. – Agradezco haber hecho todo esto posible. – Alex expresa su gratitud al acercarse.– El placer fue mío, Sr. Baker. – Responde Jason Forks, un ex empleado del grupo Shaw, con una sonrisa amable.Guiados por Jason, entran a la sala donde el Juez de Paz ya los espera. Con un pago adicional, Alex garantizó que serían atendidos después del horario convencional. Reciben instrucciones concisas sobre el procedimiento y el juez comienza de inmediato la unión de los dos.– ¿Alex Baker, aceptas a Rebecca Jenkins Halgrave como tu legítima esposa?– Sí,
En la mañana siguiente, Alex observa atentamente mientras Rebecca desciende las escaleras, vistiendo el mismo vestido que llevaba al llegar a Massachusetts. Él revisa la hora en su reloj de pulsera y levanta una ceja, intrigado al verla levantarse tan temprano.– Necesitas hacer compras, Sra. Baker.– Buenos días para ti también. – Ella responde con un tono malhumorado.– ¿Te caíste de la cama?– No es el momento más adecuado para molestarme.– De veras, el hambre parece ponerte de mal humor. – Él provoca, esbozando una sonrisa sarcástica. – ¿Qué tal si me acompañas a tomar café?– No, gracias. Planeo tomar café en la mejor cafetería que existe, está cerca de la universidad.– De acuerdo, iré contigo. Necesitamos arreglar algunas cosas.– Está bien, podemos arreglar esos asuntos, pero solo después de mi café.– Como prefieras, Sra. Baker.Alex la guía hasta la puerta, tomando la llave del auto que está sobre la mesita en el recibidor. Rebecca, en un movimiento rápido, toma la llave de
Mientras regresan a la mansión, Rebecca parece pensativa, mientras Alex concentra su atención en el celular, ocupado con varias cuestiones para resolver. – Alex, ¿qué tienes en Nueva York? – Pregunta Rebecca, rompiendo el silencio. – Asuntos profesionales. – ¿Tenías la intención de decírmelo? – Estaba intentando hacerlo, pero estás actuando como una adolescente. No es fácil lidiar contigo de esta manera. – Rebecca suelta una risa. – Entonces, ¿no tienes idea de cuándo volverás? – Esta vez, no. Estimo que llevará de dos a cuatro semanas. Tengo una carga de trabajo considerable que atender. Rebecca apenas puede ocultar su decepción, ya que no tenía planes de quedarse sola, especialmente en su cumpleaños. Basándose en el tiempo que Alex mencionó, es bastante probable que él no esté presente en la fecha. Sin embargo, encuentra cierto consuelo al recordar que sus clases comenzarán al día siguiente. Mientras echa un vistazo a Alex, se siente intrigada. Desde su llegada, él ha estado a
Al final de la tarde, Rebecca finalmente regresa a casa. Al vislumbrar la imponencia de la casa, un suspiro escapa de sus labios, acompañado por un vacío profundo que la afecta. Cruzando el vestíbulo, entra en la sala de estar y se encuentra con un hombre de elegancia marcada, erguido en postura. Sus ojos la recorren de los pies a la cabeza, como si la estuviera juzgando en silencio.– Buenas tardes, Sra. Baker. Es un placer conocerla. Soy Ryan Foster, abogado del Sr. Baker. – Él extiende la mano y Rebecca la aprieta con firmeza. – Estoy aquí para entregarle esto y recoger su firma. Son los detalles bancarios de su cuenta, así como los límites tanto de la cuenta como de las tarjetas.– ¿Qué es todo esto? ¿Alex ha perdido el juicio? ¿Por qué esta cantidad exorbitante? – Pregunta al ver un saldo de 10 millones de dólares.– Son órdenes de él, Sra. Baker. Le sugiero que hable directamente con él.– Entonces, ¿usted es su abogado? Mucho gusto, Sr. Foster. Soy Rebecca Jenkins.– El honor e