Al fijar la mirada en la entrada, Alex se aleja abruptamente de María, avanzando hacia la puerta. En un acceso de furia, golpea al policía, derribándolo. Se agacha y recoge el arma.– No te acerques, quédate en el suelo, o te mato. – Ordena, apuntando el arma al policía. Luego, Alex vuelve la mirada hacia Nicole, que fue alcanzada en el hombro. Sin pensar, la empuja con fuerza contra la pared, manteniéndola inmovilizada. – Voy a matarte, Nicole, ya debería haberlo hecho. – Afirma, su mirada oscurecida por la rabia.– Mi amor, yo p...– No soy tu amor. – Afirma, interrumpiéndola con frialdad. – Te odio. – Vocifera, presionando el cañón del arma contra su cuello, mientras con la otra mano presiona la herida en su hombro.– ¡Ayyyy! – Grita, desesperada al sentir que Alex mete el dedo en su herida, una tortura cruel.– Alex, para con esto. – Suplica Ryan, intentando acercarse, sus ojos llenos de angustia ante la escena brutal.– No te acerques, Ryan, ninguno de ustedes, o morirán con ella
Aquellos pocos segundos de dolor se estiran como una eternidad ante los ojos de todos los presentes. Lo que resuena en el ambiente son los llantos profundos de amigos y familiares; la agonía de juicios equivocados los mantiene atrapados, empujándolos hacia un abismo de sufrimiento donde el perdón parece inalcanzable.– Tráigame un laringoscopio, un tubo endotraqueal y un ventilador mecánico. – Grita Richard desesperado, rompiendo el pesado silencio del entorno. – ¡Él tiene señal, tiene señal, escuché los latidos! – Afirma gritándole a una enfermera, inyectando un destello de esperanza para todos.La enfermera corre ágilmente y entrega todos los elementos solicitados a Richard, quien, con manos temblorosas, inicia el procedimiento en Alex. Otro médico, notando su nerviosismo, lo aparta y allí, en el suelo de la recepción, comienza el proceso de intubación en Alex. Al concluir el procedimiento, colocan a Alex en una camilla y corren hacia las salas de emergencia. A Richard se le prohíbe
Rebecca permanece durante horas, meciendo a sus bebés en brazos, compartiendo historias cariñosas sobre Alex y asegurándoles que todo estará bien. Preocupados, sus amigos finalmente la convencen de permitir que los niños descansen bajo el cuidado de Ana. Susan se acomoda junto a Rebecca, abrazándola fuertemente.– Yo lo habría perdonado antes si hubiera sabido que enfrentaríamos más desafíos. Todo fue culpa mía. No lo escuché, provoqué a aquella mujer y ¡mira en lo que resultó! – Exclama, con lágrimas corriendo. – Alex y yo nos reconciliamos el día que fui al grupo Wealth Technology y desde entonces vivimos esta vida doble. Si me hubiera ido antes, como él tantas veces suplicó, nada de esto estaría sucediendo. Ahora, el amor de mi vida está dormido, quizás en un sueño eterno. – Murmura, cargando el peso del arrepentimiento. – Soy una persona horrible, mis hijos no merecen una madre como yo, especialmente cuando Alex es infinitamente mejor que yo. Alex pasó años solo y aun en medio del
Rebeca permanece inmersa en sus pensamientos a lo largo del día, luchando contra la tristeza que se apoderó de su corazón, mientras se esfuerza por mantener la esperanza de que todo se resolverá de la mejor manera posible. A la mañana siguiente, al despertar, se sorprende por la presencia de todos sus amigos en la habitación, una sonrisa iluminando su rostro, especialmente al recordar el reconfortante sueño que tuvo.– Buenos días, princesa. – Saluda Susan, depositando un beso gentil en su frente, lo que resulta en una sonrisa agradecida de Rebeca.– Richard, ¿cuáles son las últimas noticias sobre Alex? – Pregunta, ansiosa, buscando información sobre el estado de su amado.– Desafortunadamente, su condición aún no ha mejorado. – Responde Richard, con una leve expresión de desánimo.– Pero va a estar bien, lo siento. Tuve un sueño con él y estoy segura de que Alex no me dejará. Volverá a mí, compartimos un amor demasiado fuerte para disiparse así. – Afirma, una sonrisa iluminando su ro
A medida que los días avanzan, el corazón de Rebecca permanece destrozado. Aferrándose a la esperanza de una resolución, encuentra refugio en los raros momentos de serenidad con sus hijos en la habitación del hospital, sus momentos de paz en medio de la tormenta diaria. Después de un mes desde el fatídico acontecimiento que los sumergió en una ola de sufrimiento, Rebecca es liberada para regresar a casa. Aunque Alex todavía está en la unidad de cuidados intensivos, a ella le dan permiso para permanecer a su lado.Al entrar en la habitación y encontrarse con el hombre que siempre irradió fuerza, ahora envuelto en fragilidad, conectado a una compleja red de aparatos, las lágrimas fluyen y ella se acerca lentamente a la cama. Sentándose en la silla junto a él, sostiene con ternura su mano, apoya la cabeza en su pecho, capturando los delicados latidos del corazón que, aunque debilitado, aún late con la promesa de vida. Con la mano libre, acaricia suavemente el rostro dormido del hombre al
Después del enfrentamiento, Rebecca intentó revertir la decisión de la justicia, pero fue derrotada en todas las instancias. Su corazón se hundió en la amargura y la tristeza la envolvió como una sombra. El odio se convirtió en su sórdido compañero, llevándola a restringir severamente el contacto de los gemelos con la familia de Alex. Sabía que no debería involucrar a los niños en este asunto, pero quería que Ana y los demás sintieran el sufrimiento que ella estaba experimentando. En este período oscuro, Rebecca se dedicó por completo a Alex, valorando cada minuto a su lado. Las palabras de Ana resonaban incesantemente en su mente, especialmente cuando veía a los hijos solo durante las visitas organizadas por María.A medida que los días avanzaban, su corazón parecía romperse un poco más en cada momento. En enero, en el cumpleaños de Alex, ella está en la habitación con los hijos. Aunque Alex no responda, entonan un emotivo "feliz cumpleaños", mientras las lágrimas caen de los ojos de
Al día siguiente, Richard decidió darle algunos días a los amigos para que pudieran visitar a Alex antes de la llegada de la fecha límite. En la mañana nublada, la habitación estaba llena de amigos, cada uno llevando consigo sus arrepentimientos y la tristeza se reflejaba en las miradas de todos. Rebecca, inmersa en sus pensamientos, contemplaba el paisaje fuera de la ventana, totalmente ajena a las conversaciones que resonaban en la habitación.– Observando el paisaje afuera, inevitablemente, recuerdo una característica distintiva de Alex. – Susurra, capturando la atención de todos. – Solía ponerse así, frente a la ventana, en momentos de irritación o cuando necesitaba reflexionar. A veces, permanecía en esa postura durante horas. Me encantaba observarlo, abrazarlo por detrás y simplemente perderme en aquel momento, absorbiendo la tranquilidad del mundo exterior. En algunas ocasiones, veo a Olga y Nicolás replicando ese comportamiento, son tan parecidos a su padre. Alex no mintió al
Al regresar al hospital, Rebecca decidió llevar a sus hijos todos los días para que aprovecharan al máximo el tiempo en la presencia de Alex, asegurando que su memoria nunca se borrara. Observar a los pequeños divirtiéndose en la habitación y, en algunos momentos, intercambiando palabras cariñosas con su padre, palabras que, lamentablemente, no recibían respuesta, apretaban el corazón de Rebecca. En ciertos momentos, una sonrisa aparecía en su rostro al imaginar cuánto Alex la reprendería por romper la rutina de los niños. Cada nuevo día, un fragmento se retiraba de su corazón. El ambiente estaba envuelto en una mezcla de alegría y melancolía, mientras la familia se sumergía en momentos que parecían eternos, creando recuerdos preciosos destinados a resistir al tiempo.Después de dos semanas del cumpleaños de Alex, el calendario adquiere un carácter sombrío, transformándose en una dolorosa cuenta regresiva de lo que está por venir. Inmersa en sus pensamientos, Rebecca observa el paisaj