Rebecca estaciona su auto frente a la imponente galería de Eduardo Walsh, un edificio en el que ella misma había contribuido en el pasado. Con una elegancia que no pasa desapercibida, baja del vehículo y entrega las llaves al valet antes de adentrarse en el espacio donde el esperado evento de la nueva colección de Walsh está en pleno apogeo. A medida que se mueve entre los presentes, su presencia exhala un carisma irresistible. Vestida con un deslumbrante vestido rojo, hábilmente diseñado para cerrarse al frente y revelar su espalda descubierta, se destaca como un ícono de sofisticación. Su cabello está cuidadosamente recogido en un elegante moño, resaltando su cuello y hombros, mientras el maquillaje realza sus ojos hipnotizantes. El toque final de elegancia es un conjunto de joyas de diamantes rosados, modeladas como alas de ángeles, un regalo de Eduardo concedido hace muchos años. En el centro de la multitud, su belleza y sofisticación brillan intensamente. – Mi amor, ¿la invitast
La galería de Walsh queda envuelta en un pesado silencio después de la salida de todos los invitados ilustres. A pesar de los esfuerzos por evitarlo, no pasa mucho tiempo antes de que todas las fotos de ese terrible momento estén estampadas en todos los periódicos, acompañadas de titulares sensacionalistas sobre las acusaciones hechas por Rebecca.En la oficina, Melissa recorre la sala de un lado a otro, con las dos manos presionando la cabeza, mientras su llanto es ininterrumpido. Los dolores causados por las bofetadas de Rebecca no son nada comparados con la angustia que su alma siente, imaginando la posibilidad de ser arrestada. Eduardo hace lo posible por calmarla.– Mi amor, podemos demandarla por esta agresión y por estas acusaciones infundadas. Esta mujer está claramente perturbada.– ¿Tuviste relaciones con ella, Eduardo? – Pregunta, secándose las lágrimas y mirándolo con una mirada penetrante.– Sí. – Responde, bajando la mirada, una sombra de remordimiento en sus ojos.– ¿Cu
Rebecca se entrega por completo a aquel momento mágico, permitiendo que la felicidad la envuelva profundamente. Consciente del silencio que reina en la habitación, cierra los ojos, fingiendo un sueño tranquilo, tratando de evitar cualquier confrontación que perturbe la magia del instante. Alex se levanta silenciosamente, devuelve el libro a la estantería y enciende el monitor de bebé.Se acerca a la cama de los niños y deposita besos en la frente de cada uno, levantando la barandilla junto a Nicolás. Camina por la habitación hasta alcanzar a Rebecca. Con la suavidad de quien maneja algo precioso, la toma en brazos y levanta con extrema precaución la barandilla que resguarda a Olga. Apaga la luz, dejando solo la iluminación de las lámparas de noche, y sale de la habitación con cuidado, cerrando la puerta suavemente para no perturbar el sueño de los niños. Al llegar a la habitación de la pareja, Alex arroja a Rebecca a la cama, desencadenando una risa espontánea en ella, revelando cuánt
En la mañana siguiente, Alex sonríe incluso antes de abrir los ojos, conmovido por la emoción de sus hijos que saltan sobre él, mientras Rebecca observa con los ojos brillando, irradiando toda su felicidad. La escena que tanto había soñado finalmente se materializa ante sus ojos, convirtiendo en realidad el deseo que tanto cultivó. Alex abre los ojos y saluda a sus hijos con una sonrisa cariñosa, abrazándolos y depositando besos afectuosos en sus frentes.– Buenos días, papá. – Dice Nicolás, radiante, continuando saltando en la cama.– Papá, papá, quiero jugar. – Murmura Olga, con un brillo de expectativa en los ojos, también saltando con entusiasmo en la cama.– ¿Morí y estoy en el cielo? – Pregunta Alex, sonriendo, mientras se acomoda en la cama y contempla a su familia. – Buenos días, mis amores.– Creo que no, mi amor, de lo contrario, yo también habría muerto. – Responde Rebecca, con una sonrisa que ilumina todo su rostro.– Ustedes son las cosas más adorables de este mundo. – Al
Después de la divulgación del audio por Alex, la noticia se difunde rápidamente a través de los medios de comunicación. El grupo Wealth Technology se llena de reporteros ansiosos por cubrir los eventos más recientes que involucran al CEO del Grupo. Cuando Alex se acerca al edificio, agradece silenciosamente por no tener que enfrentar el asedio de los periodistas en la entrada principal, optando por acceder al edificio a través del estacionamiento. Mientras avanza hacia su oficina, se da cuenta de la cantidad de guardias de seguridad que trabajan en la recepción, haciendo lo posible para mantener a los reporteros fuera. Al entrar en su oficina, su humor ya está considerablemente afectado. Sin embargo, su irritación crece exponencialmente al encontrarse con Nicole ocupando su silla.– ¿Qué estás haciendo aquí? – Inquiere, observando el rostro de Nicole, que parece aún más hinchado que el día anterior. Con una expresión seria, Nicole lo mira, luchando por contener su enojo. Su furia se t
En la mañana siguiente, Rebecca se reúne con los amigos y al llegar, inmediatamente percibe que los ánimos están exaltados, principalmente los de Richard, que marcha de un lado para el otro en la sala de estar, murmurando cosas sin sentido.– Nunca más nos hagas pasar por esto, Rebecca. ¡Estábamos todos extremadamente preocupados por ti! – Exclama Leandro, envolviéndola en un abrazo reconfortante.– Lo sé, discúlpenme. Necesitaba tiempo lejos de todo esto. Samantha olvidó avisarles que estaba allá, ella me dijo que intentaron ponerse en contacto. – Responde, observando las expresiones preocupadas de todos. – Pero, ¿qué está pasando aquí?– ¿Qué crees? ¡Lee! – Resopla Richard, entregando el celular a Rebecca. Sus ojos se fijan en la pantalla, avistando un correo electrónico, su curiosidad aguzada."Dr. Miller, es con extrema satisfacción que informo que ahora soy el propietario del complejo hospitalario Miller. Estoy ansioso por colaborar contigo. Como probablemente hayas escuchado, es
Con pasos firmes, Alex camina hacia su oficina, su mirada indecifrable. Al pasar por Nicole, ella lo agarra del brazo, pero en un movimiento brusco, él se libera y entra en la sala, cerrando la puerta con fuerza, dejándola aturdida. Todos los empleados observan mientras ella entra en la sala, su mirada transmitiendo una mezcla de sentimientos confusos. Nicole se acerca e intenta abrazarlo, pero él sujeta sus manos y la aleja con determinación.– No me toques. – Grita, apartándose de ella. – Te dije que esto iba a suceder.– Alex, mi amor, perdóname.– Ni hablar de perdonar. Te elegí para estar a mi lado porque eres una mujer racional e inteligente. No fue solo tu belleza lo que me atrajo, fue el conjunto. ¿Y qué haces? Te comportas como una adolescente, peleando con aquella idiota de Rebecca.– Lo sé, me dejé llevar. Pero fui allá para hablar civilizadamente y ella me agredió. – Murmura, entre lágrimas, intentando abrazarlo nuevamente, pero siendo empujada.– No quiero más esto, estoy
Rebecca, aturdida por la repentina actitud de Alex, se debate frenéticamente en la cama, en un intento desesperado por liberarse de las ataduras. El deseo que antes la consumía es reemplazado por una ola de rabia.– ¡Alex, no hagas esto! – Grita, su voz resonando de indignación. – ¡Basta de esta estúpida broma!Sin embargo, sus súplicas son recibidas solo por el silencio ensordecedor que llena el apartamento. Rebecca, incrédula, se convence de que realmente se ha ido. Deja de debatirse y suelta un suspiro, tratando de calmarse. Al analizar la situación, una risa nerviosa la envuelve mientras observa las ataduras y se da cuenta de que la ligadura en su brazo derecho está más suelta.– Ah, Alex, vas a pagar por esto. – Susurra, moviendo la mano derecha hasta liberarse.Con agilidad, desata la mano de las ataduras y replica el proceso en las demás. Poniéndose de pie, recorre el apartamento en busca de Alex, decidida a confirmar si realmente tuvo la audacia de dejarla atada a la cama. Ent