En la mañana siguiente, Nicole despierta con un brillo radiante en sus ojos, ansiosa por retomar su vida profesional con Alex. Volver a integrarse al equipo de Wealth Technology es el primer paso para adentrarse en el corazón del hombre que ama desde sus dieciocho años. Desde el instante en que lo vio por primera vez en la universidad, tuvo la certeza de que ningún otro hombre podría ocupar ese lugar especial en su corazón. Solo él, junto con la perspectiva de finalmente conquistarlo como el hombre de sus sueños, la hacen flotar en las nubes, dando inicio a su propio cuento de hadas. Al entrar en el comedor, Nicole destaca con su traje elegante y seductor, capturando inmediatamente la atención de Peter.– ¿Por qué toda esta producción? – Pregunta, mientras la observa con una sonrisa sorprendida en los labios.– Peter, en estos casi ocho meses que han pasado desde aquella noche, he estado reflexionando sobre cómo acercarme a Alex, y créeme, él mismo resolvió mi dilema al invitarme a tr
El tiempo siguió avanzando y Alex se mantuvo distante de Rebecca, observándola desde lejos mientras creaba obstáculos para los negocios de sus amigos. A medida que llegaba el mes de agosto, los recuerdos dolorosos lo atormentaban. El asalto que sufrió Rebecca estaba a punto de cumplir un año, y la frustración y la impotencia de Alex solo crecían, ya que aún no tenía pistas relevantes sobre lo ocurrido. Cargaba consigo el peso de no poder compartir con la mujer que ama toda la información que tenía.Mientras pasaba tiempo con Alex, Nicole constantemente creaba juegos de seducción, notando el interés que él manifestaba al observarla, un gesto que él nunca le había dirigido en el pasado. Con frecuencia, enviaba regalos a sí misma, como flores, chocolates y joyas, firmando en nombre de Peter, con la esperanza de provocar celos en Alex. Peter siempre la recogía al final del día.– Sr. Baker, sostenga el ascensor para mí, por favor. – Pide Nicole, caminando apresuradamente. Alex sonríe y ma
Después de la celebración del cumpleaños de Guilherme, todos retoman sus rutinas diarias. A medida que pasan los días, los negocios del grupo de amigos se vuelven cada vez más desafiantes. La frustración de Rebecca crece, ya que lo que inicialmente debía ser un asunto entre Alex y ella se ha convertido en un dilema que afecta a todos a su alrededor.– ¿Sabes lo que no entiendo, Susan? – Pregunta, deslizando la copa por sus labios. – ¿Por qué me pidió que regresara si no tiene la intención de mantener contacto conmigo? He perdido la cuenta de cuántas veces he llamado a la oficina de Wealth Technology, y la respuesta siempre es la misma: "Lo siento, Srta. Jenkins, el Sr. Baker es un hombre muy ocupado", y así sucesivamente. Estoy a punto de convertirme en una estatua en la puerta de aquel edificio. – Su desahogo arranca risas de Susan.– Rebecca, ¿por qué has estado llamándolo? – Pregunta Susan, mostrando su curiosidad.– No estoy segura. Utilizo como excusa todos estos problemas en los
La puerta se abre silenciosamente y Alex entra en la casa sin saludar a la empleada. Su corazón late descontrolado con cada paso, ansioso por encontrar la confirmación de sus deseos más profundos. Al entrar en la sala de estar, sus ojos se encuentran con los de Samantha. El teléfono móvil de ella cae de sus manos, causando un estruendo que resuena en el silencio de la habitación. Nerviosismo y miedo se reflejan en el rostro de ella.Alex recorre la sala con la mirada y al encontrar lo que lo trajo hasta allí, una avalancha de emociones lo inunda. Su corazón late tan fuerte que parece a punto de escapar de su pecho. En estado de shock, se lleva las manos a la boca, mientras las lágrimas de felicidad y alivio fluyen libremente por su rostro.Con las piernas temblorosas, resultado de la intensidad de la emoción y la sorpresa, se acerca lentamente a los dos pequeños ángeles, sentados en el suelo bajo el cuidado de una atenta niñera. Arrodillándose frente a ellos, Alex abraza a sus hijos,
A lo largo del día, Alex se sumergió profundamente en la compañía de sus hijos, irradiando alegría y felicidad en cada acción, desde alimentarlos hasta cuidar de su higiene y arrullarlos para el sueño. Cada pequeño gesto desencadenó una avalancha de emociones indescriptibles y en esos preciosos momentos con sus hijos, todas sus angustias y problemas parecían desvanecerse. Cuando finalmente los gemelos se durmieron, Alex se reunió con André y Samantha en la sala de estar para compartir un café.– ¿Cómo se las arregla Rebecca con todo esto? – Pregunta Alex mientras toma asiento a la mesa.– Ella se asegura de visitarnos con regularidad, al menos cinco veces por semana. Su rutina es agotadora, ya que viene directamente del trabajo y parte temprano en la mañana. Nos mudamos a Nueva York para facilitar las cosas para ella. De hecho, no había pasado una hora desde que se fue cuando llegaste. – Samantha responde con una sonrisa llena de cariño.– Lo sé, ¿quién crees que me trajo hasta aquí?
Por la mañana siguiente, al despertar, Rebecca tomó la decisión de viajar a Nueva York y quedarse con los gemelos. En aquel momento, deseaba que todo lo que había sucedido fuera una terrible pesadilla y que su familia estuviera reunida de nuevo, pero esa realidad parecía tan lejana e inalcanzable.Mientras tanto, Alex aprovechó los momentos en los que Rebecca estaba con los niños para reorganizar su vida. Compró un apartamento cerca de la casa de Samantha y André, asegurándose de estar siempre a un paso de los gemelos. Después de una semana, finalmente llevó a los niños a vivir con él y dedicó todo su tiempo y atención a ellos. Sincronizó su rutina con la de Rebecca, de modo que cuando ella los visitaba, los gemelos estaban en la casa de Samantha y André, manteniendo las apariencias de la rutina que ella conocía. Después de un mes en esta nueva dinámica, Alex finalmente regresó a Boston.– Me alegra que hayas vuelto, te he extrañado mucho. – Dice Nicole al entrar en la oficina, sonrie
Después de perder de vista a Rebecca, Alex lucha por contener el deseo de correr tras ella, abrazar y besar a la mujer que todavía ocupa un lugar en su corazón, a pesar de la inmensa distancia que los separa. Con determinación, vacía de un solo trago la dosis de whisky que había estado mirando durante largos minutos, se levanta y abandona el restaurante, llevando consigo el peso de las miradas perspicaces de sus amigos, que lo observan con preocupación.– ¿Iría tras ella? – pregunta Sebastian, curioso.– Dudo, Sebastian. Alex no ha mostrado interés en eso en los últimos años, y no veo motivo para creer que hará algo diferente ahora. – Responde Richard, con un pesar sutil en su voz.Alex camina hacia el estacionamiento, sus pasos sincronizados con los latidos acelerados de su corazón, mientras sus recuerdos de Rebecca parecen materializarse ante sus ojos. Las fotos de los gemelos en su celular sirven como un vínculo invisible entre ellos. Al acercarse a su coche, levanta la mirada y se
Rebecca conduce sin rumbo, recordando cada detalle del encuentro con Alex. Él tiene el don de confundirla aún más. Cuando se da cuenta, su coche está estacionado frente a su edificio. Una sonrisa irónica escapa, consciente de su propia locura por estar allí. Sin dudarlo, entra en el edificio y, al llegar al ático, camina de un lado a otro frente a la puerta.– Rebecca, aún tienes tiempo, puedes irte. – Murmura para sí misma. – ¿Qué estoy haciendo? Dios mío, estoy completamente loca. – Se queja, deteniéndose frente a la puerta y tocando el timbre. Cuando Alex finalmente abre, entra y su cuerpo choca contra el suyo.– ¿Qué crees que estás haciendo? – Le pregunta él, sorprendido.– Te pregunto lo mismo. – Responde con enojo. – ¿Crees que puedes hacer esto siempre que quieras y luego irte como si nada hubiera pasado? ¿Por qué diablos siempre me confundes? – Pregunta, irritada, viéndolo cerrar la puerta. – ¿Quién te crees que eres? – Pregunta, acercándose y empujándolo contra la puerta.– R