En la casa de Nicole, Peter está sentado en el sofá, observando atentamente el brote de ella. Era un escenario que se había repetido innumerables veces, siempre que las cosas se salían de su control. Sin embargo, había aprendido que lo mejor era mantener distancia, evitando convertirse en blanco de su furia. Desde los primeros días a su lado, Peter entendió lo desequilibrada que podía ser Nicole y que la obediencia a sus órdenes era la mejor estrategia para evitar las severas consecuencias que ella y su familia podrían imponer. Con un palo de golf, Nicole descargaba devastadores golpes en el enorme televisor de la sala, desahogando su frustración en cada golpe.– Explícame esto, Peter. ¿Cómo seis hombres, seis, dejaron escapar a aquella idiota? – Pregunta, su voz resonando entre los escombros de la sala.– Por lo que entendí, cuando Natan llegó, solo uno de ellos estaba en el apartamento. – Responde, observando a Nicole destrozar el televisor y rezando para que, esta vez, su furia no
Rebecca pasó aquella noche en vela, sus pensamientos completamente tumultuados, y el dolor que su cuerpo soportaba era solo una sombra frente a la tormenta emocional que la asolaba. En el silencio sofocante de la habitación, finalmente toma la decisión que había estado rechazando en los últimos días. Con las manos acariciando su vientre, lágrimas corriendo sin control desde sus ojos, sabe que ya no puede posponer lo que debe hacer. Cuando Richard entra en la habitación para examinarla, se sorprende al ver a Rebecca vestida y con la mirada perdida, sentada en la cama.– Tardaste hoy. – Comenta, observándolo con ojos distantes. – ¿A dónde debo ir? – Pregunta, apartando la mirada hacia el suelo.– ¿De qué estás hablando? – Pregunta, confundido y preocupado.– ¿No han estado diciéndome toda la semana que debería irme? ¡Estoy lista para eso! ¿Cuál es mi destino? – Pregunta, con una mirada que esconde una mezcla de emociones incomprensibles.– No lo sé, Ryan estaba cuidando de todo. Estará
En la mañana siguiente, Alex es despertado por un dolor de cabeza palpitante, un recordatorio implacable de la noche anterior, una noche vacía y dolorosa donde la bebida solo amplificó su soledad. Se levanta del sofá, se sienta y observa una vez más la pequeña caja en la mesa. Sus manos encuentran su rostro y suelta suspiros profundos, enfrentando la dura realidad que lo rodea.Decidido a no perder más tiempo, Alex reúne sus pertenencias entregados por el abogado y carga su teléfono. Al acercarse a la mesa, sus ojos son atraídos una vez más hacia los zapatitos blancos, una vista que lo abruma con una tristeza desgarradora. Con las manos temblorosas, toma el sobre que descansa junto a la caja y se sienta en el suelo, recostado en el sofá, listo para sumergirse en la lectura de la carta. La tristeza lo envuelve de manera inflexible, como una sombra que no lo deja escapar, una presencia angustiante en su vida solitaria." Hola, papá, estábamos esperándote para decirte que en mamá ahora l
Después de aquella tarde, Alex esperó pacientemente la confirmación de sus sospechas, manteniéndose inmerso en sus negocios y utilizando su habilidad y dedicación para devolver al grupo Wealth al tope del mercado financiero. Mientras tanto, Rebecca pasaba cada vez más tiempo aislada, solo en compañía de sus hijos, ya que Susan había regresado a su propia casa. Las visitas de amigos se volvieron raras, ya que todos compartían el temor de que Alex estuviera monitoreando sus movimientos.Un mes después, Alex pone en práctica su plan. Durante la noche, toca el timbre de la casa de Ryan y entra tan pronto como se abre la puerta, encontrando a todos sus amigos reunidos en el comedor.– ¿Dónde está ella? – Pregunta, sorprendiéndolos. – ¿Dónde han escondido a Rebecca?– Alex, sal de mi casa ahora. Enfermo, ¿quién te crees que eres? Sal de inmediato. – Ordena Ryan, levantándose, su voz temblorosa por una mezcla de sentimientos.– ¿Por qué demonios saldría? ¿Dónde está ella, Ryan? ¿Qué están tr
En aquel momento, la mirada azul de Alex se transformó en una oscuridad profunda. Suspira, fijando las cámaras, y, a pesar del nerviosismo que lo envuelve, mantiene la compostura con maestría. Sus ojos exhalan un frío que eriza la columna de todos, dejando una sensación desconcertante en el aire.– Buenas tardes a todos. – Inicia la conferencia con voz firme y autoritaria. – Casi ocho meses han pasado desde esa noche que cambió mi vida por completo, una noche en la que ni siquiera estaba en Boston. Pasé casi cuatro meses tras las rejas, mi imperio sufrió un colapso y vi un exceso de dinero escurrirse entre mis dedos. Reconstruir lo que se perdió fue un viaje arduo, pero ahora que las piezas están en su lugar, es hora de abordar el tema principal. Esta conferencia está dedicada por completo a la mujer que convirtió mi mundo en un caos. Todo lo que hice a lo largo de los años fue amarla, pero ahora me veo arrastrado a un proceso en el que se me acusa de conspirar para el asesinato de mi
Algunos días después, Rebecca regresó a Seattle, enfrentando uno de los momentos más difíciles de su vida. Una parte de su corazón clama que algo está mal, mientras que las amenazas públicas de Alex la hacen temer. Incluso si eso significa seguir mintiendo sobre la existencia de los hijos, su lado racional prevalece. Ella suspira, con el corazón latiendo fuerte, y toca el timbre.– ¿Qué haces aquí? – Pregunta Samantha, sorprendida al abrir la puerta.– Sé que mi rostro es el último que quieres ver, pero no tengo a dónde más ir. – Dice Rebecca, con los ojos llorosos, conteniendo las lágrimas.– Por favor, entra. – Samantha abre la puerta más ampliamente, dando espacio para que Rebecca entre. – Rosa, haz café para nosotras.– Samantha, sé que no merezco tu perdón por lo que pasó en el pasado y solo quiero disculparme por todo...– No fuiste tú quien lo hizo, fue él. – Interrumpe, su expresión mostrando compasión. – No necesitas disculparte por sus errores.– No fue Alex, la decisión fue
En Boston, Alex está profundamente concentrado en la revisión de algunos contratos cuando la puerta de la oficina se abre de golpe. Sus ojos se levantan para encontrarse con Ryan, quien cierra la puerta decididamente y se sienta frente a Alex.– No es contigo con quien quiero hablar. – Afirma Alex, manteniendo su mirada inquebrantable.– Pero yo quiero hablar contigo, así que te quedarás tranquilo y me escucharás. – Advierte Ryan, provocando una risa sarcástica de Alex.– Tu estupidez me divierte, mira bien, Ryan, vamos a usar las palabras de la esposa psicópata tuya. – Dice con una sonrisa cínica. Ryan aprieta los puños, luchando por contener su ira.– Ni se te ocurra decir...– No he terminado. – Interrumpe, lanzando una mirada desafiante. – Así que, quédate callado, tu voz me irrita. Según tu adorable esposa, ¿mejor así? – Pregunta con tono burlón. – Estás invadiendo mi oficina. La ley estará de mi lado si decido matarte. Pero hoy es tu día de suerte, estoy relativamente de buen hu
En la mañana siguiente, Nicole despierta con un brillo radiante en sus ojos, ansiosa por retomar su vida profesional con Alex. Volver a integrarse al equipo de Wealth Technology es el primer paso para adentrarse en el corazón del hombre que ama desde sus dieciocho años. Desde el instante en que lo vio por primera vez en la universidad, tuvo la certeza de que ningún otro hombre podría ocupar ese lugar especial en su corazón. Solo él, junto con la perspectiva de finalmente conquistarlo como el hombre de sus sueños, la hacen flotar en las nubes, dando inicio a su propio cuento de hadas. Al entrar en el comedor, Nicole destaca con su traje elegante y seductor, capturando inmediatamente la atención de Peter.– ¿Por qué toda esta producción? – Pregunta, mientras la observa con una sonrisa sorprendida en los labios.– Peter, en estos casi ocho meses que han pasado desde aquella noche, he estado reflexionando sobre cómo acercarme a Alex, y créeme, él mismo resolvió mi dilema al invitarme a tr