Gracias por leerme, recuerda dar like si te gustó este capítulo y tu comentario.
━━━━━ ∙ʚ♡ɞ∙ ━━━━━Entre caricias y chocolates━━━━━ ∙ʚ♡ɞ∙ ━━━━━«¡¿De qué diablos habla este hombre?!», se preguntó. —¿Es que te has vuelto loco? —el asombro estaba en su voz. Pero Santino no le dio ninguna respuesta, se dispuso a acariciar su abertura femenina con sus labios. —¡Ahhh! —gimió de nuevoÉl atacó de nuevo el nudo de nervios, dándole golpecitos con su malvada y adiestrada lengua, los necesarios para hacerla estremecer. No había duda de que necesitaba más, porque de nuevo añadió dos dedos dentro de su ser, al mismo tiempo. —¡Oh, Santino! Se ponía cada vez más duro, al escuchar la manera que pronunciaba su nombre. Temía que su control desapareciera de golpe, y todavía no la tenía de la forma que quería y necesitaba: decadente. Estaba dispuesto a lograrlo, se consideraba un hombre paciente. Con la mano libre levantó uno de sus muslos, para ponerlo sobre su hombro. De esa forma podía profundizar sus caricias letales con la lengua, al mismo tiempo que lo hacía con sus d
━━━━━ ∙ʚ♡ɞ∙ ━━━━━Entre caricias y chocolates━━━━━ ∙ʚ♡ɞ∙ ━━━━━Gia no quería abrir los ojos, estaba muy a gusto en donde estaba. Sentía un delicioso calor en su espalda. Pensaba cambiar la posición, casi comenzaba a moverse perezosamente, pero se detuvo en seco cuando sintió que una mano sostenía de manera posesiva uno de sus pechos. Su respiración comenzó a agitarse; ya que a su mente llegaron algunos flashes de las imágenes de lo que había sucedido. Trató de mantenerse inmóvil, en ese instante mucho menos quería abrir los ojos. «¡YO LO SEDUJE!», fue lo único que se dijo de manera nerviosa. Los recuerdos llegaron uno tras otro, fue ella quien lo besó, fue ella quien le pidió ser follada hasta la muerte. Casi gimió de horror, cuando su cuerpo vibró. La imagen de apenas unas horas antes, toda somnolienta. Santino la había girado sobre sus manos y rodillas. Luego de dejar dulces besos regados por su cuello, la tomó desde atrás. Suspiró, porque por alguna extraña razón quería s
━━━━━ ∙ʚ♡ɞ∙ ━━━━━Entre caricias y chocolates━━━━━ ∙ʚ♡ɞ∙ ━━━━━Envuelta en aquella nube de pasión, acarició la longitud de la gran erección que se apoyaba sobre su vientre como una flecha. No pudo evitar dar un paso hacia atrás para observar detenidamente. Entre más se acercaba a ver, lo tocaba. Pues no aguantaba la tentación de hacerlo. Casi se corre ahí mismo cuando de los labios de Santino brotó un siseo. Estaba segura de que él estaba en la misma onda de necesidad que ella. Su vientre se contrajo una vez más, reclamando ser llenada por él. La intención de Santino era volverla completamente loca de lujuria, por esa razón empezó a acariciarla suavemente. Sus toques eran ligeros, los justos para volverla hambrienta por y para él. Y eso Gia lo sabía, lo más extraño era que estaba conforme con su actitud. Ella respondía de la misma forma que sentía sus dedos sobre su cuerpo. Era cierto que se sentía un poco torpe, puesto que nunca se había comportado de esa manera tan lanzada con
━━━━━ ∙ʚ♡ɞ∙ ━━━━━Entre caricias y chocolates━━━━━ ∙ʚ♡ɞ∙ ━━━━━De nuevo la besó, y con la mano la acariciaba desde sus pechos, pasando por su estómago, cuando llego a su bajo vientre. Gia no puedo evitar susurrar en sus labios su nombre, al mismo tiempo que se ponía de puntillas y arqueaba su cuerpo en busca de su toque. —No tienes idea de que lo que me hace verte de esta manera —pasó su lengua por su labio inferior—, saber que estás encendida de deseo por mí. Fue dejando un reguero de besos, mientras se deslizaba. Hasta quedar de rodillas, y poniendo la frente sobre su vientre. Puso las manos sobre sus caderas y las amasó. Luego con el dedo índice acarició su entrada femenina. Utilizó el dedo pulgar para comprobar su humedad, pues estaba tan resbaladiza, y Santino sabía que no era por el agua precisamente. De nuevo ella impulsó sus caderas. —Gía, si no te quedas quieta… —le iba a regañar. —Tú eres el culpable… solo tú —manifestó ella, volviéndose a impulsar. —No —respondi
━━━━━ ∙ʚ♡ɞ∙ ━━━━━Entre caricias y chocolates━━━━━ ∙ʚ♡ɞ∙ ━━━━━Habían pasado cinco días, después de aquella noche, entre risas, alcohol, caricias y sexo, Gia y Santino había expresado todo lo que sentían, y habían decidido intentarlo una vez más. Prometieron, durante lo que quedaba del viaje, no recordar el inicio de su relación, ya que ambos pensaban que lo mejor era terminar de pasar la página en cuanto a ese evento. Gia se sentía completamente diferente, se sentía completa. No quedaba rastro de aquella chica melancólica, que se sentaba en el balcón de su apartamento en New York a mirar el atardecer, acompañada de una botella de vino. Añorando desesperadamente ser envuelta por los brazos y el calor de su esposo. Por su parte, Santino en los tres años de ausencia de Gia. De manera forzosa se había obligado a respirar profundo de nuevo, cuadrar los hombros y salir adelante. Pues estaba acostumbrado a que le faltara el aire cuando estaba al lado de ella. Se había dedicado a exp
━━━━━ ∙ʚ♡ɞ∙ ━━━━━Entre caricias y chocolates━━━━━ ∙ʚ♡ɞ∙ ━━━━━—Sí, tienes toda la razón —jugueteó con las manos por el nerviosismo—. Hay una oportunidad para mí, que a muchas personas les gustaría tener. Santino aguardaba silencio, no quería interrumpirla. Necesitaba que se expresara, su corazón le pedía a gritos que lo escogiera.—Antes de venir a casa, mi jefe me hizo una propuesta —Gia se aclaró la garganta, y lo miró de manera nerviosa—. Porque él va a abandonar el puesto, y quería que yo fuese su reemplazo. —Está bien, comprendo —él se pasó la mano por la cabeza, síntoma de la exasperación—. En realidad, es una buena noticia, y me alegro por eso. Sus palabras no eran vacías, además de sentir alegría por ella, sentía orgullo. Entendía perfectamente la situación. —Santino… —dijo su nombre, relamiéndose los labios y poniendo las dos manos sobre la suya, apretándolo—. Trabajé muy duro para lograr llegar a donde estoy —negó con la cabeza—. Ser como tú dices, la niña de una
━━━━━ ∙ʚ♡ɞ∙ ━━━━━Entre caricias y chocolates━━━━━ ∙ʚ♡ɞ∙ ━━━━━La última vez que Gia estuvo montada en un avión le dolió la cabeza de tanto pensar si la decisión que había tomado era la correcta, lo cierto era que hasta el momento no se había arrepentido. Los momentos vividos con Santino, no los cambiaría por nada del mundo. Su pecho ya no dolía por el vacío de no estar a su lado. Su corazón y cada célula de su cuerpo le gritaba que estaba dónde, y con quién debía estar. Recostó la cabeza sobre la ventanilla, cerró los ojos, suspiró profundamente y se aferró al brazo de su esposo en el instante que el avión despegó. —No quiero imaginar como fue tu vuelo desde New York —Santino soltó una risita, pues eran más de seis horas de vuelo y al parecer a Gia una hora la estaba matando.—¡¿Te habían dicho que no eres para nada divertido?! —expresó ella abriendo los ojos de golpe, sintiendo que ya el avión estaba estabilizado en el aire.—No sabía que le tenías miedo a los aviones —él se
━━━━━ ∙ʚ♡ɞ∙ ━━━━━Entre caricias y chocolates━━━━━ ∙ʚ♡ɞ∙ ━━━━━ Gia no le dio oportunidad a que se negara, comenzó a quitarse la ropa de manera rápida en frente de él. Para cuando llegó a la puerta del cuarto de baño, ya estaba como Dios la trajo al mundo. Se detuvo en medio del marco y se giró, poniendo las manos a cada lado. —¿Te quedarás ahí? —cuestionó, ladeando la cabeza, y sonriéndole de manera sensual— ¿No piensas acompañarme? Santino alzó la vista, al mismo tiempo que pasaba una de sus manos por la cabeza y se relamía los labios. —En este preciso momento… —caminó hasta ella en dos zancadas, pasándose el polo por arriba de la cabeza, y tirándolo sin mirar al suelo— Tengo otros planes en mente —le guiñó un ojo. Segundos después observó como las mejillas de la mujer que tenía en frente se ruborizaban. Para él era la más hermosa, al punto de no tener comparación con nadie, y menos desnuda. «¡Dios! ¡Cuanto la amo!» Gia no esperó mucho tiempo, cuando él se detuvo para q