Andrew más que enojado, salió dolido ¿cómo había podido salir con semejante estupidez? En cuanto salió al subterráneo, se arrepintió de dejarla atrás, sabía que ella no debía haber dicho lo que dijo, pero se había disculpado de inmediato, por lo que él no debió salir así, hubiera aceptado su disculpa y dejado el tema por la paz, sabía que ella no lo había dicho en serio, esa mujer era la única que podía hacerlo como quería, la única que podía hacer tuviera cambios de humor en cuestión de segundos, la única que amaría toda la vida, sonrió mientras negaba con la cabeza, definitivamente esa mujer lo había cambiado, pensaba regresar a buscarla, pero justo vio que el ascensor ya venía para abajo, así que mejor la esperaría ahí. Kaelyn corrió al ascensor para alcanzar a Andrew, no quería discutir con él, ella sabía que no debió mencionar a Max, ¿pero como iba a decir que no habría sexo? ¿Acaso se había vuelto loco? Estaba tan sumida en su guerra interna, que no notó en que piso el ascensor
Apenas llegaron a casa, Andrew la llevó hasta el comedor, Kaelyn había decidido que quería pizza, por lo que de camino a la casa pasaron por lo que su mujer quería comer. —¿No hay nadie en casa? — preguntó Kaelyn al ver todo en silencio y Nana no había ido a recibirlos. —No, de hecho acá siempre estaban de dos a tres veces por semana, no me gusta ver tanta gente en mi casa, solo Nana, pero, como ahora vives conmigo, no han podido tener libre, así que cuando nos fuimos una semana, le di a la servidumbre quince días para que descansen y Nana debe andar en super o en el cine, o en algún lugar, ella sabe que es libre de salir donde quiera sin decirme. — Kae lo miró con un brillo especial en los ojos, por lo que lo abrazó y lo besó. —Me encanta que pienses tanto en los demás, y el hecho de que yo viva aquí, cosa que aún no pasa — Andrew levantó una ceja al escucharla — No tengo problema de hacer mis propias cosas, hasta de cocinar para nosotros, Andrew, aunque mi familia es adinerada, m
Kaelyn había decidido darse un baño, en cuanto se levantó, la verdad se sentía descansada, y con muchas ganas de disfrutar a su hombre, ese que la tenía cada día más enamorada, su forma de ser, en cómo la trataba, como la cuidaba, la hacía sentir una mujer realmente perfecta y hermosa, sabía que no era perfecta, nunca había tenido problemas de baja autoestima, pero Andrew hacía que se sintiera una, especialmente e increíblemente hermosa. Busco un conjunto de lencería sexy, pero luego recordó que había comprado pijamas de encaje muy sexys cuando habían salido de compras, y la verdad no había estrenado muchas, por lo que uso uno, donde la parte de arriba era un bralettes negro de encaje, que iba a juego con un pequeño short de seda blanca con encaje negro, le gustó cómo se veía, antes de eso ponerse la pijama había humectado su piel con su crema favorita, coconut passion, su perfume era igual, había notado que Andrew le gustaba mucho, siempre aspiraba en su cuello, mientras dormían An
Kaelyn había dejado a Andrew en el aeropuerto, y luego se había ido a casa, Andrew le había dicho que se fuera a la casa de él, que ahora era de ambos, así él se sentiría más feliz y por supuesto ella lo complació, pero lo hizo por ella, porque podría sentirlo más de cerca, poder entrar a la habitación que compartían juntos oler su esencia, su perfume en toda la habitación, Kaelyn suspiró como si algo no estuviera bien, como si algo le faltara, en ese momento ella se dio cuenta de cuán enamorada estaba, él hombre no tenía ni tres horas de haberse ido y aún faltaba al menos 11 horas para poder hablar con él, quería verlo, aunque sea a través de una pantalla. Kaelyn miró el reloj que había en la mesita, eran las 6 de la tarde, miró a su alrededor y suspiró frustrada, buscó su celular y llamó a Callie. —Hola ricura, ¿cómo estás? — Kae sonrió al escucharla. —Hola cariño, ¿bien y tú? —Extrañándote, desde que estás enamorada del jefe, no te dejas ver — Kaelyn se carcajeó al oírla. —Cal
En cuanto llegaron al bar, Kaelyn y Callie gritaron de emoción al oír la música, ellas levantaron las manos y bailaban al son de la música, mientras caminaban a la zona VIP, Connor sonreía al verlas, eran preciosas y locas, pero una locura encantadora. En cuanto llegaron a su mesa de siempre se sorprendieron de ver a Max y Karina, casi haciéndolo en la mesa, al final ellos no los habían llamado, así que la verdad si que fue una sorpresa. Connor se aclaró divertido la garganta, haciendo que la pareja se separara extrañados, porque no esperaban a nadie, pero al ver a sus amigos, Max se sintió morir, en cuanto vio a Kaelyn, él seguía pensando en que en algún momento podría tener una oportunidad con ella, pero mientras esa oportunidad llegaba disfrutaba su vida sexual. —Vaya que sorpresa — dijo Max levantándose para saludar a sus dos mejores amigas, Karina también se levantó y los saludos, la verdad, les caía muy bien las chicas. —Sí, decidimos salir a disfrutar un rato, de hecho al l
Andrew, empezó su reunión dos horas después de haber llegado, y como se lo dijo su padre era una gran inversión, ya que el Jeque quería cinco aviones grandes comerciales, tres Jet privados. Era una venta donde ganarían muchos millones. —¿Qué tal son sus trenes? — Andrew sonrió. —Tremblay Gold Corporation, es la mejor empresa en Canadá, le aseguro que los trenes que hacemos son los mejores, creo que por algo nos contrato. —Tiene razón, me dijeron que eran los mejores, y he visto los trabajos que han hecho, y son grandiosos, ¿en cuanto estaría todo hecho?—Eso tardaría alrededor de 6 a 8 meses. — el hombre asintió. —Bien, el lunes por la tarde, quiero tener el contrato hecho, y les daré la mitad del dinero.—¿Hasta el lunes? — Andrew quería firmar ya e irse, pero el hombre había cambiado de parecer y quiso más de lo que decía el viejo contrato. —¿Hay algún problema? —Andrew negó con la cabeza, sabía que tenía que comportarse como un profesional. —No, ninguno, el lunes será. —Que
Kaelyn tragó en seco al ver cómo Andrew quedaba desnudo de la cintura para arriba, ese hombre la tenía loca. Era tan hermoso, sus ojos esa sonrisa, tan sensual que tenía. —Eres perfecto — dijo mirando su el torso desnudo de su hombre. — pero deberíamos hacerlo por una webcam. Kaelyn cortó la llamada y fue directo a su computadora, donde de inmediato prendió su cámara y su computadora, casi de inmediato una llamada entrante de Andrew apareció en la computadora y ella la aceptó con una sonrisa. —¿Qué tal si me dejas ver tu perfección? —Kaelyn sonrió al escucharlo y se quitó la toalla, que envolvía su cuerpo quedando completamente desnuda delante de él. —Diablos Kaelyn, eres simplemente deliciosa. — ella recostó su espalda al respaldo de la cama, mientras ella se abría de piernas para que Andrew pudiera ver todo su esplendor. — desearía estar ahí en este momento, pasar mi lengua por toda esa fruta tan deliciosa que tienes. — Kaelyn se pasó la mano muy suavemente por su vagina. En es
Andrew caminaba por la gran mansión del Jeque, todo a su alrededor gritaba dinero, los hombres y mujeres tenían trajes de miles de dólares, los hombres eran apuestos y las mujeres muy hermosas ¿es que acaso salían todos de un catálogo? —Hola, ¿Estás perdido? — una voz sensual llegó detrás de él, por lo que se giró suavemente, una hermosa rubia, con un cuerpo de infarto lo miraba con una hermosa sonrisa, estaba enamorado, pero no ciego. —Hola, no, solo observo el lugar — dijo educando. —¿De dónde eres?, tienes una voz muy sexy — Andrew sonrió al oírla. —Soy canadiense. —Vaya, yo he ido varias veces a Canadá, es un lugar hermoso. — Andrew asintió. — ¿Has venido solo? — la mujer se acercó a él muy lentamente, hasta quedar a pocos centímetros de él. —Sí — la mujer le sonrió, y colocó ambos brazos en su pecho. —¿Quieres que te haga compañía? — Andrew le sonrió derritiendo a la rubia, con esa sonrisa tan hermosa. —No, estoy muy bien solo — le dijo quitando las manos de su pecho, sua