Sintió suaves besos en todo su rostro, que siguieron por su cuello y más abajo, sus pezones se pusieron duros, en cuanto sintieron esa boca y esa lengua que tan buena era haciendo cualquier cosa, por instinto llevó sus manos al cabello de Andrew. —Despierta dormilona, que tenemos que irnos. —Mmm — dijo apenas en un susurro Kae, cuando Andrew volvió a llevarse el pecho derecho a la boca — Ahh… —Eres exquisita cariño, te juro que te haría el amor ahora mismo. —No me molestaría — dijo con voz ronca por estar recién levantada y excitada. Andrew gruñó al oírla. —No me hagas esto cariño, debemos irnos, y si te hago mía ahora no saldremos, y mi sorpresa se irá a la mierda. — Kaelyn abrió los ojos, y vio que el sol no había salido aún, por lo que frunció el ceño. —¿Qué hora se supone que es? —Son las cuatro de la mañana — Kaelyn lo miró como si estuviera loco. —¿Las cuatro de la mañana? ¿Acaso estás loco? Andrew, me dormí hace dos horas, no quiero levantarme, quiero seguir durmiendo —
Kaelyn estiró la mano para encontrar a Andrew, pero no encontró nada, por lo que frunció el ceño aún con los ojos cerrados y siguió tanteando la cama, y al sentir frío, supo que él tenía rato levantado, por lo que un rápido movimiento se sentó y miró a su alrededor, por un momento se sintió perdida, luego recordó que estaba en un avión y sonrió como tonta, Andrew era único, especial y perfecto, ¿cómo podía haber olvidado la fecha en que celebraban su noviazgo? Debía de hacer algo por él, y tenía que ser perfecto como él. Se levantó de la cama totalmente desnuda, y buscó entre sus cosas algo que ponerse, pero recordó que no sabía dónde diablos iban, decidió por darse un pequeño, baño, ahí en la alturas, y volverse a poner su ropa deportiva, una vez lista, decidió buscar a Andrew, pero la alarma en su celular la detuvo. Era una alarma para sus pastillas anticonceptivas, se dirigió a su maleta, y por más que buscó no las encontró. —Mierda, olvidé traerlas, y no creo que Nana supiera q
—¡Oh por Dios! — Kaelyn no podía dejar de gritar de la emoción. — Juro que deseaba venir un día acá, pero aún no había podido. —Lo sé cariño — Kaelyn levantó una ceja, sin quitar la sonrisa de su rostro. —¿Y cómo es que lo sabes? —preguntó acercándose más a él. —Porque me interesas de verdad Kaelyn, además que tengo la suerte que mi suegro sea como un segundo padre para mí y de que me quiera tanto, le pregunté los lugares que has visitado, y cuáles querías conocer, y esta isla estaba entre tu lista, que por cierto has viajado mucho, tenías una lista muy larga y ya casi no quedan lugares. — Kaelyn le dio un pequeño beso. —Me gusta cumplir mis sueños, mis metas, los lugares que quiero conocer no se iban a quedar en una simple hoja. — Andrew la abrazó con pertenencia. —Eres increíble, vamos.. — la tomó de la mano y la llevó hasta el auto que los esperaba. Andrew había reservado un todo incluido, en una villa privada de lujo, en Kuramathi maldice, la hermosa villa, tenía una TV de p
Andrew la miraba con tanto amor que no sabía si podía ser verdad, en cuanto llegaron al a la villa privada no se habían soltado la mano en ningún momento, ambos observaban el lugar con melancolía, era su última noche ahí, en ese paraíso dónde había estado como si fuera una luna de miel, en cuanto entraron Andrew besó su cabeza. —¿Quieres algo antes de sentarnos a hablar? — preguntó él, ella asintió. —Sí, ¿qué tal una copa de vino? — Andrew le sonrió. —Bien, lo traeré enseguida. — él se dirigió hacia la cocina para servir unas copas de vino, mientras ella se quitó los zapatos, para ponerse lo más cómoda posible. —Toma — Andrew cada vez se sentía más nervioso. —Gracias, Andrew, quiero que te relajes, ¿estás muy tenso, estás seguro que deseas hablar conmigo?. —Es difícil Kae, tengo muchos años cargando con este peso y por supuesto que deseo hablar contigo, pero no puedo evitar sentir que voy a perderte. —No lo harás, cariño, te lo prometo. — Andrew la besó, como siempre lo hacía,
Andrew la miraba aterrado, ella le había dicho que no iba a dejarlo, pero su mirada parecía que sí lo iba hacer. —No puedo creer por todo lo que pasó ella, fue algo muy cruel e injusto, acabaron con seres inocentes, Andrew, te amo, cariño, y eso no va a cambiar, pero, simplemente no puedo imaginar a ese hombre del que me hablas, eres tan diferente que aún me cuesta creerlo, pero, creo que Declan tiene más la culpa que tu. —él frunció el ceño. — si no hubiera insistido puede que siguieras con ella, o puede que no, pero estuviera viva, él no debía haberle pegado para sacarle el bebé, eso es muy cruel y despreciable, se que no querías que ella acabará así, también eres culpable Andrew, por seguirle el juego a tu hermano, pero haces la diferencia en que en los años que estuvieron la trataste con cariño, pero igual de puto por serle infiel, cariño, tienes cosas buenas y cosas malas, en cambio Declan solo jugó con ella, no la respetó, ni la quiso, la humilló y acabó con su vida, además que
Andrew iba para la oficina de Chase, habían llegado ayer por la tarde, y hoy muy temprano se habían incorporado al trabajo, odio tener que venir a trabajar y no poder estar con Kaelyn todo el día riendo, conversando, haciendo el amor. Cierto trabajaban juntos, pero, Kae era una mujer muy profesional, y aunque habían tenido sexo en la oficina, no era igual, a cuando estaban fuera del trabajo. En cuanto llegó a la oficina de Chase, saludó a la secretaria con un buenos días y entró sin tocar, siempre había sido así la confianza entre ambos. —Vaya, pero si es el hombre que nunca se iba a enamorar — Chase bromeó al verlo, recordando las palabras que Andrew le repitió más de una vez. —No había conocido a tu hija, así que no creía en el amor, ella me hace ver el mundo diferente, ella es la mujer de mi vida. — Chase sonrió al escucharlo, y ver cómo sus ojos brillaban, ¿cómo no pensó antes, en que estos dos serían el uno para el otro? —Me alegra oírte hablar así, en especial ver el amor qu
—Eso no puede ser cierto... —Tengo dos meses de embarazo, cuándo quieras puedes hacer una prueba de paternidad. — la seguridad con la que hablaba hizo temblar a Andrew, no podía ser verdad, él ni siquiera recordaba haber tenido sexo ella. —¿Qué quieres? ¿Millones? ¿Una casa? — la mirada de Alba no le gustó. —No quiero nada eso, quiero casarme contigo. —Jamás haría algo así, nunca. — Alba se levantó muy tranquila de su asiento. —Bien, no hay problema. — Andrew la miró confundido. —¿En serio? —Sí, porque mañana mismo voy a deshacerme de él — dijo tocando su vientre, Andrew sintió pánico. —No, no puedes hacer eso, Alba por favor, no me hagas esto, deja que te haga un examen para saber si es mío y luego decidimos qué hacer. — Alba lo miró con una sonrisa triunfal, Declan tenía razón. —Te doy una semana para que sepas que hacer, ya sabes cuál es mi condición, y todavía no puedes hacer una prueba, así que lo lamento por ti. — Andrew se levantó furioso. —No pienses que me vas a ha
En cuanto Susy llegó a presidencia, le extrañó no ver a Kaelyn, ella siempre estaba con una hermosa sonrisa atendiendo a los demás, ¿estaría en el baño? ¿O en la oficina del papasito del presidente? Sabía que Andrew no estaba porque ella lo había visto salir, por lo que sin importarle a ser descubierta se dirigió a la oficina de uno de los hombres más hermosos de la tierra. Abrió la puerta y asomó su cabeza, no pensaba entrar ahí. —Kaelyn, ¿estás ahí? — cómo no obtuvo respuesta cerró la puerta y mirando para los lados decidió ir a buscarla a los baños, en cuanto se encaminó hasta ahí vio un cuerpo desmayado en el piso, al ver que eran Kae corrió hasta llegar a ella y trató de animarla, pero nada la hacía reaccionar. Asustada, Susy llamó a dos de los oficiales, para que subieran ayudarla, porque sola no iba a poder cargarla, en cuestión de minutos llegaron y Susy dio órdenes de que la llevarán a la oficina y la acostara en el sillón que ahí tenía el jefe. Llena de nervios buscó el