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—No juegues con mi paciencia ¿Cuándo piensas regresar? Quiero ver a mi hijo.— Reclama Darién a Miranda por teléfono.Miranda boquea de la incredulidad antes de responder—Hola Darién ¿como estas?——He estado mejor, no cambies el tema.— Le responde el estresado.—Te dije que tenía que resolver algo aquí primero, que regresaría en un mes, solo han pasado tres semanas.— Justifica Miranda—No juegues conmigo, si llegas a esconderte con mi hijo, te voy a encontrar aunque te escondas debajo de las piedras.— Le amenaza Darién.—Darién no quiero discutir contigo.— Suelta Miranda, sujetando el teléfono con fuerza excesiva.—No estamos discutiendo. —Responde el entre dientes, ella rueda los ojos—No ruedes los ojos.— La regaña conociendo cada uno de los gestos de ella.—No lo hago, no seas molesto yo te dije que te llevare a Alex en un mes, y yo cumplo mis promesas.— Le responde Miranda.—Yo también las cumplo.— Asegura el.—Bien, no me sigas llamando estoy ocupada.— Le responde ella y el inmed
Darién FerrerAunque trata de disimularlo, se encuentra muy ansioso, tiene varios meses sin ver a Miranda y a su hijo.— ¿Quiere una bebida?— Cuestiona la azafata, muy sonriente.—No gracias, así estoy bien...— Le responde Darien serio.Ella está intentando coquetearle—Si necesita algo no dude en llamarme, estoy para complacerlo. — Le Informa y se atreve a guiñarle el ojo.—Lo tendré en cuenta. — Responde Darién aburrido.Ella finge que se le cae algo y se inclina a recogerlo, dejando apreciar su redondo trasero a Darién.—Oh Dios soy tan torpe. — Se queja, buscando conversación, pero Darién la ignora y ve por la ventanillaElla se da cuenta de la falta de interés de Darién y se levanta frustrada, ninguno antes la había rechazado, piensa con verdadera tristeza que tal vez está perdiendo sus encantos.Son las siete de la noche cuando el avión llega a Inglaterra, y lo primero que pregunta a sus hombres es— ¿Dónde está Miranda?—Ella no tiene ni idea pero desde que Darién salió de la cárc
Miranda HillCuando Miranda vuelve a la mesa, ya Georges había ordenado por ella, pero eso no la iba a detener.—George, disculpa pero me tengo que retirar. — Le informa ella—Pero por lo menos come, ya que estamos acá, la comida esta deliciosa pruébala. — Suplica él.—Quisiera quedarme, pero no puedo, nos vemos mañana. — Le responde ella, besa la mejilla de su enamorado y se marcha apresurada.A George se le quita el hambre de inmediato, pero se queda en la mesa frustrada saca del bolsillo de su chaqueta una caja roja con un precioso anillo de Diamantes….Es observado por Darién, quien se pone furioso al ver las intensiones de George con Miranda, entonces decide dejarse ver.—Campbell, cuando tiempo.— Saluda con una sonrisa.—Ferrer.— Pronuncia George guardando rápidamente la caja.—¿Sabes porque se fue verdad?.— Cuestiona Darién, sorbiendo un pequeño trago de su copa.—Si intentas manipularla de nuevo…..— Empuña las manos George.—¿Crees que la estoy obligando?.— Interrumpe Darién so
—Te amo.— Susurra Darién, con los ojos conectados a los de Miranda, mientras hacen el amor.—También te amo.— Declara ella, sintiendo una conexión y una paz que solo la tuvieron la primera vez, cuando concibieron a Alex.—Nunca me volveré a separar de ti.— Asegura él, y comienza a besarla como si no hubiese mañana.Los ojos de Miranda se cristalizan, para ella eso es algo imposible, y cedió hoy a ese amor que la consume, solo porque no podía resistirse por más tiempo, ella lo deseaba.Después de pasar casi toda la noche entregados a su amor, sus deseos y sus pasiones, durmieron uno en brazos del otro…Jamás Miranda había experimentado tal dicha antes, dormir aspirando el olor de Darién es algo inigualable.Miranda despierta con los rayos del sol ingresando por un pequeño espacio de la ventana, sonríe al sentir el abrazo posesivo de Darién.—Al fin despiertas.— Susurra él, besando el lóbulo de la oreja.—Mmmmg.— Pronuncia estirándose un poco, tiene ganas de hacer pis, pero no se quiere
Miranda y Darién solo quieren vivir su felicidad, finalmente después de tantas cosas, de tantas intrigas, de tantas mentiras…Porque aunque Darién cometió sus errores todos fueron consecuencias de varios malentendidos.El señor Hill, espera a su hija en el aeropuerto, está muy dichoso de ver de nuevo a su hija y a su nieto.No puede disimular la felicidad, una sonrisa perenne está instalada en su rostro, sus empleados están felices por él, que desde que descubrió que tiene una hija, vive una vida diferente,Alex es el primero en ver a su abuelo y sale corriendo a abrazarlo—¡No corras, te puedes caer!.— Grita Miranda.—¡Campeón!.— Grita el abuelo alzándolo en los brazos, ellos son uña y mugre todo ese tiempo separados los hizo sufrir mucho.—¡Te extrañe!.— Confiesa el niño abrazando a su abuelito y comienza a llorar, ni cuando vio a su propia madre reacciono de esa forma.—No más que yo.— Le responde el viejo, con la voz quebrada, hasta que ve la figura de Darién de pie al lado de su h
Miranda HillCuando suben a la habitación, Darién se encuentra cachondo, El se encuentra completo en este momento, tiene todo lo quien ha deseado en su vida y no se arrepiente de nada…En el caso de Miranda las cosas son diferente.—Te deseo.— Susurra estrechándola en sus brazos, y besándole en el cuello.—Darién, por favor ahora no.— Responde ella—¿Es en serio?, después de todas las cosas que hemos pasado ¿me rechazas?.— Cuestiona el incrédulo, jamás una mujer lo había recházaselo antes, no esperaba que la mujer que amaba fuese la primera.—No todo es sexo.— Se justifica ella.—Pero si es importante, para mí lo es.— le responde el, sentándose al borde de la cama frustrado.—No me siento bien.— Le responde Miranda—¿te duele algo?.— Cuestiona el, es tan practico que no comprende que es la situación en si lo que la incomoda a ella.—No puedo hacerlo, me siento mal, mi padre no quiere ni verme.— Le aclara ella.—Miranda madura de una vez por todas, no puedes complacer a todo el mundo, n
Miranda HillAl siguiente día en la empresa, nadie se atreve a hacerle un desaire de frente a Miranda, pero los ojos no mienten son el espejo del alma y en todos ellos ella puede percibir el desprecio.Se encierra a trabajar desde temprano en la oficina, hasta que Alma entra sin tocar.—¿Te parece bien lo que hiciste? .— Pregunta de forma atropellada con la voz quebrada, mientras su asistente intenta sujetarla.—Señora no vale la pena, que usted se rebaje a pelear con esta mujer.— Murmura la asistenteMiranda tenía tiempo sin ver de frente a Alma, tiene la barriga prominente y se ve demacrada.—Señora Alma, trate de calmarse por el bien del bebe.— le dice Marcos que la ve muy alterada.——No me calmo nada, ¡yo no le tengo miedo a esta zorra! Y que se atreva a hacer algo en mi contra que la vida no le va a alcanzar para pagarlo.— Grita.—Alma sal ahora mismo de mi oficina, si no quieres que llame a seguridad.— Ordena Miranda, tratando de permanecer estoica.—Llama a quien te dé la gana,
AlmaVer salir a Darién y a Miranda de la empresa, tomados de la mano y felices, hace que Alma arda de la furia.— ¡Arruine mi cuerpo con un embarazo por él y no le importo!, nada de lo que he hecho por él en todo este tiempo es suficiente. —Gimotea ella.—Pero tú quieres seguir allí, mendingando afecto. — Le responde Marco con las manos hechas puño.—Mira quien lo dice, tú que lames el piso por dónde camina esa zorra. —Le responde ella entre dientes.—Solo hago mi trabajo, ya no tengo interés en ella, Alma ¿Por qué no intentamos ser felices con nuestro hijo?— Cuestiona elAlma suelta una sonora carcajada carente de gracia—Por favor mírate, eres un pobre emplea ducho de esta empresa, ¿Qué le digo a mi papa? Te presento a tu yerno el asistente de Miranda Hill. — Le responde ella limpiándose las lágrimas.— ¿Qué tiene de malo ser un asistente?— Le cuestiona el.—A la maldita la desheredaron y no importa, Darién le dará todos los lujos a los que ella está acostumbrada ¿Qué puedes darme t