Miranda necesita desesperadamente despejar la mente y se dirige al único lugar donde puede hacerlo, la antigua academia de baile de su padre, es algo tarde pero esta confiada que su hijo está bien y necesita ese momento consigo misma a solas.Siente nostalgia al entrar a la sala de baile, enciende las luces del escenario y siente un escalofrió que recorre su columna vertebral, observa en todas direcciones, se siente observada.— ¿Hay alguien allí?— Cuestiona con la voz temblorosa y no obtiene respuesta.—Estoy loca. — Susurra y coloca la pista que necesita para comenzar su rutina, el baile siempre ha sido para ella, la forma de drenar el estrésEn este momento ella tiene todo lo que ha soñado, el hombre de sueños, un hijo precioso y sano, estabilidad…Pero ninguna mujer confía en ella, por haber destruido según ellos un hogar.Suspira de forma audible y comienza el baile, al principio sus movimientos no son como antes, pero poco a poco comienza a lograr el ritmo que necesita.De un mom
Miranda despierta en el quirófano, la luz es cegadora, el dolor de la pierna es intenso y cree que lo que está viviendo es una pesadilla de la cual despertara en cualquier momento.—¿Darién?— Susurra buscándolo con la mirada.—Todo estará bien, te prometo que haremos lo posible por salvar tu pierna.— Informa el médico.Cuando Miranda ve su pierna, comienza a gritar—Sédenla de inmediato.— Ordena el Médico, sujetándola con firmeza, ya que se quería levantar.—¡Suéltenme! ¡Mi pierna! ¡No!.— Chilla desesperada.En un momento deben sujetarla entre varias personas para poder sedarla—Es una tragedia.— Susurra una enfermera con lastima, viendo el traje de bailarina que está usando Miranda.—Señorita Smith, esto es nada, incluso si ella perdiese la pierna, lo único irremediable en esta vida es la muerte, deje de sentir lástima y haga lo que tiene que hacer.— Ordena el doctor con dureza.—Si señor.— Masculla ella entre dientes, mientras coloca la bandeja de medicamentos en el lugar que necesit
Miranda HillAbrir los ojos le cuesta, e inmediatamente cree estar en un sueño de un lado de la cama se encuentra su padre y del otro lado Darién.—¿Papa?— Susurra con voz raposa pensando que tal vez es una alucinación—Aquí estoy.— Responde el señor Hill sujetando su mano, esta temblando y eso le produce mucha ternura a Miranda.—Creí que ya no me querías.— Le responde ella con la voz quebrada.—Tú eres lo más importante que hay en mi vida ¿Cómo puedes pensar eso?— Pregunto el—Dijiste que no me querías ver de nuevo.— Le responde ella con un puchero, como una niña pequeña.—Teniendo tantas opciones, te quedaste con este bueno para nada, ni siquiera fue capaz de protegerte y ahora posiblemente nunca más….— Le responde viendo a Darién.—¿Nunca más?— Cuestiona Miranda con los ojos llenos de lágrimas, sabiendo perfectamente a lo que se refiere su padre.—Lo siento mucho, te juro que si pudiese regresar el tiempo y hacer las cosas bien contigo lo haría.— Le responde Darién que desde hace
Darién Ferrer—No creas que estoy feliz con la relación que tienes con mi hija. — Suelta el señor Hill, en el asiento de copiloto, mientras Darién conduce a toda velocidad.—Lo tengo claro, usted tampoco es de mi agrado, pero tratare de llevar la fiesta en paz por mi mujer. — Le responde Darién, sin quitar la vista del camino.—No sé qué clase de enfermedad mental tiene mi hija para fijarse en un tipo como tu. — Escupe Hill— ¿Quieres saberlo?— Cuestiona Darien con doble sentido.—Eres un idiota. — Le responde molesto, no puede creer que se atreva a burlarse de él en ese momento.—Lo he sido, he cometido muchos errores, pero voy a enmendarlos. — Le promete Darién, poniéndose serio y empuñando con fuerza real volante.—El daño que le hiciste a mi hija es irreparable, su reputación esta en el suelo por tu culpa. — Le responde el viejo.—También cometió sus errores, no ella no debió ocultar la existencia de mi hijo. — Le responde Darién.— ¡Ella viajo a decírtelo, y no la escuchaste!— Le
Miranda FerrerAl día siguiente de la operación, Darién y el señor Álvaro llegan a primera hora juntos, Miranda a despertado y tiene miedo de que hayan hecho una locura de la que puedan arrepentirse.—Buenos días amor. — Saluda Darién con un ramo de rosas en las manos.—Por favor dime que no lo mataste. — Suplica Miranda.—Desafortunadamente no pudimos hacerlo, porque llego la policía. — Le responde su padre, apenas Darién abre la boca.— ¡Gracias a Dios!— Exclama Miranda— ¡Miranda ese desgraciado casi te mata, merecía morir!— Ladra Darien.—Se que todas las pruebas están en su contra, pero algo dentro de mí, me dice que él no sería capaz de hacerme daño. — Le defiende Miranda tocando su pecho.—No puedo creer que lo defiendas. — Se queja Darién incrédulo Está seguro de que cuando Miranda se entere de que jamás podrá volver a bailar no va a pensar lo mismo.—Por lo menos le jodimos una pierna. — Suelta el padre de Miranda, tomando asiento tranquilo, parece que tuviese nervios de acer
Miranda Ferrer—¡Estoy aburrida todo el día en la casa sin hacer nada!— Se queja Miranda durante la cena.—Sabes que el doctor ordeno reposo absoluto, para que te recuperes lo más rápido posible.— Le responde su padre.—No soporto, estar encerrada, ¡siento que me estoy volviendo loca!— Continua.—A partir de mañana, podremos comenzar los preparativos de nuestra boda.— Le responde Darién, tomando su mano y besándola.—¿Tan pronto?, digo, mira no podre caminar en un buen tiempo.— Le explica ella.—Miranda nuestro hijo va a cumplir cuatro años en un mes, ¿Te parece apresurado?— Se burla Darien.—Creo por primera vez que el tiene razón, no pueden seguir viviendo de esa forma.— Le responde el señor Hill—¿Qué es casarse?— Cuestiona Alex con inocencia,—Es algo que hacen cuando las personas se aman.— le trata de explica Miranda——¿Entonces nos vamos a casar?— Cuestiona el niño con inocencia.Y todos en la mesa comienzan a reír, Miranda siempre soñó casarse con Darién, esa conversación le c
Miranda Hill—Señora, la diseñadora ya esta acá. — le informa una de las servicios de la casa a Miranda, que desde que despertó está ansiosa con la idea de escoger su vestido.—Súbala, de inmediato. —Ordena Miranda, sonriendo como una niña, hace más de una hora que Darién se fue al trabajo y trata de ponerse de pie usando las muletas.—Buenos días, ¿Puedo pasar?— Cuestiona la mujer en el umbral de la puerta.—Adelante. — Responde Miranda, incomoda con la forma en que la mujer la mura de arriba abajo sin disimular la mala cara.—Soy Vivian Daniel, supongo que me conoces. — le dice a Miranda—Me gusta mucho tu trabajo, tengo varios vestidos tuyos. — le responde Miranda, tratando de ser amable.—No puedo creer que Darién cambiara a Alma por una mujer como tu. — le dice a Miranda, haciéndola boquear de la indignación.— ¿A qué has venido si eres la amiga de Alma?— Cuestiona Miranda molesta.—Solo vine a decirte en la cara, lo que nadie se atreve, ¿Cómo puedes verte en el espejo después de
Darien Ferrer—Señor, lamento informarle que dejaron en libertad a Marcos, por falta de pruebas en su contra. — Explica el abogado.— ¿Cómo demonios ocurrió eso?— Ladra Darien poniéndose de pie tan rápido que su silla cae haciendo un ruido espantoso.—Lo siento señor, el demostró que no fue. — Le responde el abogado sudando frio, no es fácil trabajar para Darién Ferrer.—Maldita sea, el tiene algo que ver, lo sé. — Suelta temblando de rabia.—Lo tenemos vigilado, cualquier movimiento en falso, lo atraparemos. — Le dice el abogado.—No es necesario, aquí estoy. — Suelta Marco entrando con una muleta.— ¿Quién demonios te dejo entrar Desgraciado?— Suelra Darién, intentando golpearlo, pero su guardaespaldas se lo impide.—Señor, por favor se puede meter en problemas. — Advierte.—No voy a presentar cargos en tu contra, porque si alguien llega a meterse con la mujer que amo también haría lo mismo. — Le responde Marcos dejando sin palabras a Darién por un momento.— ¿Qué haces aquí? ¿Aca