¡Aqui estamos de nuevo en esta nueva historia! no olviden agregar a sus biblioteca y de comentar que es lo que le gusta de esta historia ¡besos!
—¡Suéltame animal!— Chilla Miranda cuando Darién la sube al auto a la fuerza, nadie interviene es el jefe.Los empleados que estaban en el estacionamiento se quedan atónitos por la forma en que se comporta Darién.—¡No eres una niña ya Miranda! ¡Compórtate!— Ordena Darién entre dientesDarién está acostumbrado a que hagan lo que él diga, cuando lo diga y como lo diga, por lo que esta lucha es algo nuevo para él.—No necesito nada de eso.— Responde ella intentando abrir la puerta, pero no puede, esta segura da por el propio conductor—Pero yo si lo necesito.— Le responde el, con los dientes apretados.—¿Qué diferencia hace? Para todos somos hermanos.— Continua discutiendo Miranda.Darién suelta una carcajada carente de gracia, Miranda yo nunca te he visto como una hermana, ¿recuerdas la forma en que hicimos el amor aquella vez?— Le pregunta el viéndola a los ojos.—No me digas esas cosas por favor.— Suplica ella con las mejillas rojas.—Recuerdo tus gemidos, lo rico que se sentía estar
La actitud de Miranda la delata, en su desesperación, volvió a la clínica y soborno a la doctora para que cambiara el resultado.—Señor efectivamente, su hermana regreso a la clínica y además por medio de las cámaras de seguridad podemos asegurar que le entrego una importante suma de dinero a la doctora para que cambiara el resultado. — Informa el espía que sigue el paso de Miranda.—Eso no cambia nada con respecto a la herencia, no comprendo porque hace todo esto. — Responde Darién para sí mismo.—Señor lo único que le puedo confirmar es que efectivamente ella no es su hermana biológica. — Le responde el investigador.—Gracias Díaz, no pierdas detalles de lo que ella hace. — Responde Darién y cuelga el teléfonoSu madre entra a la oficina sin tocar –Hijo, esa Miranda es una incompetente, ya se canso de la empresa hoy prácticamente no ha estado acá, aunque mejor así sus malas decisiones nos pueden llevar a la quiebra, ¡tenemos que sacarla de aquí como sea!— Chilla la señora.—Madre por
Darien FerrerDarién deberías ir a descansar, aquí no estamos haciendo nada. — Le sugiere a Darién su mejor amigo.La niega con su cabeza sin hacer contacto visual—No voy a separarme de ella. — Le responde con voz quebrada.—Pensé que ya habías olvidado eso, después de todo lo que ella te hizo. — Susurra su amigo, es a la única persona que le ha confiado lo que sentía por Miranda—Nooooo puedo dejarla sola, soy lo único que tiene. — Le responde el, limpiándose las lagrimas, hasta que levanta la vista y queda sin palabras al ver al señor Hill, con el rostro mojado por lagrimas en la recepciónComo un león furioso se levanta y pregunta — ¿Qué demonios haces tú aquí?, ¡Lárguese!—Ladra Darien, con el estomago revuelto de los celos.—No tengo tiempo para perder discutiendo contigo, estoy aquí por Miranda. — Le responde Hill, determinado.Nada ni nadie lo apartara de su hija en ese momento, pero Darién ignora ese parentesco por decisión de Miranda, ella nunca le perdonara que él se hubiese c
Cuando Miranda logra abrir los ojos, lo primero que ve frente a ella es a Alex, su pequeño hijo tomándole la mano.— ¿Mama?— Susurra el, emocionado.Miranda sonríe y tiene ganas de llorar –Hija no sabes lo preocupados que estábamos por ti. — Suelta con voz quebrada el padre de Miranda.— ¿Cuánto tiempo?— Cuestiona Miranda sin poder terminar la frase, pronunciar cada palabra es un calvario, siente que tuviese arena en la garganta.—Dos días. —Responde el señor—Mama te extrañe mucho. — Gimotea el pequeño Alex, abrazando a Miranda.—Ya todo está bien, solo me duele un poco la cabeza. — Le responde Miranda, respondiendo al abrazo que él le está dando.Ver a su hijo sufrir así por ella es muy doloroso para Miranda que sabe perfectamente lo que es vivir sin su mama.—Después que el niño se calma y se queda dormido un par de horas después de que Miranda despertara el señor Hill comienza a hablar de nuevo.—Tuve mucho miedo de perderte. — Confiesa su padre, el todo poderoso Ernesto Hill se v
Cuando llega a la mansión Ferrer hay más de veinte vehículos pertenecientes a la policía rodeando el lugar.El entra sin pedir permiso cuando más de veinte detectives suben las escaleras apuntando con sus armas como si su madre fuese una criminal de alta peligrosidad.—¿Qué payasada es esta?— pregunta el, pretendiendo subir también.—Cálmate, esto es solo una confusión.— Susurra casi sin aliento Alma, que es incondicional para su esposo, así el ni siquiera voltee a verla.—Señor si obstruye el operativo, tendremos que detenerlo.— Le responde un detective que está cerca de él,Ve a Miranda en principio de las escaleras arriba –Nunca te voy a perdonar esta injusticia, podías hacerme a mí lo que quisieras, pero con mi madre no debiste meterte.—Miranda lo mira con indiferencia, sabía que reaccionaria de esa forma, su madre siempre fue muy importante para él.—Haz lo que quiera.— Le responde ella entrando a la habitación donde están el ama de Llaves con la señora Ferrer planeando más cosas
El día del juicio, Miranda se presenta de la mano de su padre y se sienta en la parte asignada a la parte acusatoria, ¡casi sola!Ese día Darién dio el día libre a todos los empleados para que fuesen a apoyar a su madre, está confiado con una sonrisa de que su madre se irá con el ese mismo día.Miranda y Darién conectan miradas, en los ojos de Darién solo hay odio hacia Miranda, cuando entra la madre de Darién cojeando por una paliza que recibió en prisión el tiembla de la rabia.La señora está en muy malas condiciones, no está acostumbrada a la vida dura dentro de la cárcel, ella está acostumbrada a que le hagan todo, y allí debe valerse por sí misma.—Miranda sonríe al verla y la señora Ferrer niega con la cabeza—Eres la peor persona del mundo, después de todo lo que hizo mi familia por ti, te tratamos como una hija.— Dice con voz quebrada.—Las personas que están presentes en el juicio comienzan a decirle cosas horribles a Miranda, ella tiene ganas de llorar pero contiene las lágrim
Esa noche, Darién no puede dormir, pensando en todo lo que estuvo dispuesto a sacrificar por Miranda y la forma en que ella le pago, ¡no solo se fue con otro hombre, se atrevió a tener un hijo con él!—¿Quién está allí?… Cuestiona Alma asustada cuando alguien entra a su habitación.—Soy yo.— Le responde Darién un poco tomado.—¿Qué necesitas?— Cuestiona ella poniéndose de pie.—A ti.— Le responde él, el trato acaba de terminar, quiere que su matrimonio sea real, su esposa ha estado para él en las buenas y las malas.—¿Estás seguro? Después de esto no habrá vuelta atrás.— Asegura ella, con un nudo en la garganta.—Nunca estuve más seguro en toda mi vida.— Responde y la besa con dureza, con toda la rabia que siente por Miranda.Alma responde de forma apasionada a la petición de su marido, después de tres años de matrimonio, finalmente está a punto de consumar su matrimonio.Darién no puede sentir nada, su masculinidad no quiere funcionar, y para que lo haga cierra los ojos y evoca a Mir
— ¿Qué es lo que buscas con todo esto?— Pregunta el con el ceño fruncido soltándola—Quiero irme lejos, ya obtuve la justicia que buscaba. — Suelta sincera.— ¡Justicia! ¿De qué justicia hablas? ¡Mi madre es inocente!— Grita el, con los ojos llenos de lagrimas.—No lo es, yo recuerdo ahora todo, eso no podría quedarse así, no tienes idea de todo el daño que me hizo tu madre, que nos hizo. — Le responde ella.— ¿Qué vas a inventar ahora?— Cuestiona el con las manos echas puño, para el todo lo que sale de la boca de Miranda es mentira.—¡No es ningún invento, la noche que estuvimos juntos, tu madre y tu padre discutieron muy fuerte, ella le acuso de infiel.— Le responde Miranda con la mirada perdida, reviviendo dentro de ella ese momento de nuevo.— ¿Y qué? Eso no es ningún pecado. — Le aclara el, burlándose de lo que ella dice, para él no tiene importancia.—Ella insistía que yo era una bastarda hija de un amorío entre tu padre y mi madre, por eso me fui, sentí que lo que habíamos hec