Miranda se encuentra devastada, a pesar que logro todo lo que venía a buscar, no puede soportar la idea de que Darién la odie de la forma en que lo hace, puede recordar la forma en que gritaba cosas en su contra y se le escapan las lagrimas.—Mama.— Susurra el bebe acurrucado en sus brazos, mirándola directo a los ojos con amor e inocencia, sacándola de sus tétricos pensamientos.Miranda sabe que nunca podrá olvidar a Darién, tiene su mini copia frente a ella—¿Dime?.— Responde ella, tratando de recomponerse.—Hamble.—Ella sonríe y responde.—Tu siempre tienes hambre——¡Comel, comel!— Exige el, bajando de la cama y empujándola hacia la cocina.Christian es tan dominante como su padre,¡ lo peor que tiene un abuelo que le cumple todos su caprichos!—Está bien ¿Qué quieres comer?.— Pregunta ella con dulzura, caminando junto a él, tiene tres años y no le gusta que lo carguen ni lo traten como un bebe.Darién por su parte recorre su habitación como un león enjaulado con emociones encontr
Darien FerrerApenas ella se retira el llama a su investigador y sin saludar Ordena.— Quiero que averigüe todo sobre ese Alex que sale con Miranda.——Si señor.— Responde somnoliento el investigador viendo la hora en su mesa de noche, se muerde la lengua para no mandar al diablo a su jefe.—Quiero esa información temprano.— Exige intransigente Darién.—Como usted ordene.— Responde el hombre poniéndose de pie.Cuando cuelga la esposa le pregunta—¿A dónde crees que vas?.——A trabajar mujer.— Le responde el pobre hombre vistiéndose.—¡No soy ninguna estúpida! , de aquí tu no sales a esta hora.— Le responde ella celosa——¡Bien, no voy! Dejo que el señor Ferrer me despida, aquí sobra el dinero.— Responde el con sarcasmo y con las manos en la cintura.—¿Ese hombre cree que no tienes vida propia.— Se queja ella, comprendiendo que su marido esta tan frustrado como ella.—Si no lo hago, busca a alguien más que lo haga, no podemos darnos el lujo de perder este trabajo, la universidad de nuestra
Como tu desees, pero recuerda una cosa, la única culpable de toda esta situación eres tu.— Le responde Darién sujetando con fuerza excesiva de la las muñecas a Miranda para que no pueda seguir golpeándolo—Déjame decirte todo la verdad.—Suplica ella.—El tiempo de hablar termino.— Le responde el, da media vuelta y se marcha, el corazón de Miranda tiembla de miedo, la determinación que vio en los ojos de Darién fue demasiado para ella.—Yo creí que éramos hermanos.— Gimotea viéndose al espejo, a su mente vuelven en esos momentos todo lo que vivió al descubrir que estaba embarazada, ¡Intento matarse! Si no fuese porque su padre estaba allí, su hijo ni siquiera llega a existir.—Trata de recomponer su aspecto en el baño, enfrentarse a Darién no es fácil para ella, cada vez que discuten su corazón se rompe en mas pedazos.—Cuando vuelve a la mesa el padre sonriente le pregunta ¿Por qué tardaste tanto?——Vámonos, no quiero seguir aquí.— Gimotea.—¿Sucedió algo malo? ¿Te sientes mal?— Cuest
Darién presenta las pruebas de que desconocía la existencia de su hijo y que además Miranda pretendía marcharse del país pasando por encima de sus derechos.Se siente seguro narrando todo, el fue bien asesorado por su abogado, no hay forma que el juez beneficie a Miranda esta vez.—Darién te juro que lastimarte no fue mi intensión, todo lo que hice fue por el beneficio de Christian. — Confiesa ella, pero Darién ni siquiera voltea a verla.—No me quites a mi hijo, el es lo mas importante en mi vida— Suplica poniéndose de rodillas ante él.—Señora Hill conténgase por favor, la justicia hará lo mejor para su hijo. — Le responde el juez.— ¡Lo mejor para mi hijo es que este conmigo!— Le responde ella, con el rostro bañado en lágrimas.—Señora usted procedió de forma incorrecta, no solo le negó al señor Ferrer el derecho de conocer a su hijo, usted le negó a su hijo el derecho de conocer a su padre, usted no es quien para determinar nada.— Le responde el Juez.—Señorita Hill, debe guardar l
Al día siguiente Miranda va a la mansión Ferrer a ver a su hijo, toca la puerta durante horas y no le abren—¡Déjenme ver a mi hijo!— Chilla, hasta que el chofer de la familia que le tenía mucha estima llega.—Señora, el señor dio órdenes explicitas de que no se le abra la puerta, si alguno desobedece quedamos sin empleo, lo siento mucho, la única forma que usted vea al niño es que hable con el.— Sugiere.— Gracias señor Homero.— Responde ella, con la voz temblorosa, no piensa darse por vencida, así ella acompañada por sus guardaespaldas llega a la empresa y abre la oficina de presidencia sin tocar, nadie se atreve a detenerla, quieran o no es una de las socias mayoritarias.Entra sin los guarda espaldas quiere hablar a solas con Darién.—Te estaba esperando ¿Dónde estabas?— Cuestiona descarado, cerrando la puerta con seguro.—Vengo de la mansión Ferrer y no se me permitió la entrada.— Le responde ella con la voz rota.—Lo intuí— Le responde el, relajado se ve mejor que nunca, el tiene
Miranda FerrerDurante todos estos años Miranda siempre soñó con estar de nuevo en los brazos de Darién, pero no de esta forma.Ella tiembla como una hoja, cuando Darién la besa, el tiene sentimientos encontrados por ella, quisiera odiarla con todas las fuerzas de su corazón, hacerle daño por haberlo separado de su hijo…Esta totalmente excitado y desea a Miranda como nunca deseo a otra mujer en su vida, sus manos recorren perezosas el cuerpo de Miranda como si quisiera grabar cada centímetro de su piel en su memoria.Hasta que escucha los gemidos de Miranda, y no son de placer, cuando se percata y observa el rostro de Miranda esta bañado en lagrimas.—No soy un maldito violador, vístete. — Ordena poniéndose de pie, y dándole la espalda para que ella no se dé cuenta de su excitación, se siente asqueroso y no puede seguir con lo que él estaba haciendo.—No, por favor, yo, yo necesito ver a mi hijo. — Suplica entre balbuceos Miranda, poniéndose de rodillas de nuevo y sujetándolo por las
Miranda Ferrer—A las seis de la tarde, Miranda llega escoltada a la Mansión Ferrer, su padre y dos de sus guardaespaldas la acompañan.Estruja sus manos de forma nerviosa—Todo saldrá bien, Darién es un hombre razonable. — Le dice su padre tratando de tranquilizarla.—Creo que quiere lastimarme. — Susurra ella, su padre ignora las condiciones que Darién esta imponiéndole.—No lo conoces. — Responde ella ya ante la puerta antes de tocar.—En todo caso, te está ofreciendo la oportunidad de estar con Alex, no importa como lo haga estoy seguro que tarde o temprano toda esa rabia que siente él se ira.Miranda respira profundo cuando el mayordomo le abre la puerta con una sonrisa hipócrita en la cara.—Buenas tardes señorita Hill, bienvenida. — Le saluda.—Gracias.— Responde ella, sin bajar la cara, el muy maldito la ignoro en la mañana cuando estuvo más de una hora tocando la puerta, por ordenes de Darién.Alma al verla entrar a la casa, hierve de la rabia desde las escaleras.— ¿Cómo te at
CENACuando Miranda está a punto de alcanzar el orgasmo Darién detiene los movimientos circulares de sus dedos y retira la mano lentamente.—Mas. — Suplica Miranda, contoneando la cadera, el placer que siente no la deja pensar con claridad, Darién sonríe al ver el estado en el que ella se encuentraSe siente orgulloso de haber causado todo eso en ella, aunque él está desesperado también por fundirse de nuevo con ella.— ¿Por qué te detienes?— Gimotea, el lame sus dedos húmedos y ella enrojece hasta la raíz del pelo.—Nos esperan para la cena. — Explica tranquilamente.Ella ve la hora y se sorprende, ¡son las ocho de la noche!Totalmente apenada intenta levantarse del regazo de Darién, pero entre la sujeta con firmeza del vientre y la besa, ella puede sentir lo duro que está debajo de ella y aunque no lo admita en voz alta también muere por sentirlo dentro de ella.Ella se separa tímidamente y esquiva la mirada del, el sonríe divertido ante el ataque de timidez de Miranda.Inmediatamen