Definitivamente Miranda pago un costo muy alto...
Al día siguiente Miranda va a la mansión Ferrer a ver a su hijo, toca la puerta durante horas y no le abren—¡Déjenme ver a mi hijo!— Chilla, hasta que el chofer de la familia que le tenía mucha estima llega.—Señora, el señor dio órdenes explicitas de que no se le abra la puerta, si alguno desobedece quedamos sin empleo, lo siento mucho, la única forma que usted vea al niño es que hable con el.— Sugiere.— Gracias señor Homero.— Responde ella, con la voz temblorosa, no piensa darse por vencida, así ella acompañada por sus guardaespaldas llega a la empresa y abre la oficina de presidencia sin tocar, nadie se atreve a detenerla, quieran o no es una de las socias mayoritarias.Entra sin los guarda espaldas quiere hablar a solas con Darién.—Te estaba esperando ¿Dónde estabas?— Cuestiona descarado, cerrando la puerta con seguro.—Vengo de la mansión Ferrer y no se me permitió la entrada.— Le responde ella con la voz rota.—Lo intuí— Le responde el, relajado se ve mejor que nunca, el tiene
Miranda FerrerDurante todos estos años Miranda siempre soñó con estar de nuevo en los brazos de Darién, pero no de esta forma.Ella tiembla como una hoja, cuando Darién la besa, el tiene sentimientos encontrados por ella, quisiera odiarla con todas las fuerzas de su corazón, hacerle daño por haberlo separado de su hijo…Esta totalmente excitado y desea a Miranda como nunca deseo a otra mujer en su vida, sus manos recorren perezosas el cuerpo de Miranda como si quisiera grabar cada centímetro de su piel en su memoria.Hasta que escucha los gemidos de Miranda, y no son de placer, cuando se percata y observa el rostro de Miranda esta bañado en lagrimas.—No soy un maldito violador, vístete. — Ordena poniéndose de pie, y dándole la espalda para que ella no se dé cuenta de su excitación, se siente asqueroso y no puede seguir con lo que él estaba haciendo.—No, por favor, yo, yo necesito ver a mi hijo. — Suplica entre balbuceos Miranda, poniéndose de rodillas de nuevo y sujetándolo por las
Miranda Ferrer—A las seis de la tarde, Miranda llega escoltada a la Mansión Ferrer, su padre y dos de sus guardaespaldas la acompañan.Estruja sus manos de forma nerviosa—Todo saldrá bien, Darién es un hombre razonable. — Le dice su padre tratando de tranquilizarla.—Creo que quiere lastimarme. — Susurra ella, su padre ignora las condiciones que Darién esta imponiéndole.—No lo conoces. — Responde ella ya ante la puerta antes de tocar.—En todo caso, te está ofreciendo la oportunidad de estar con Alex, no importa como lo haga estoy seguro que tarde o temprano toda esa rabia que siente él se ira.Miranda respira profundo cuando el mayordomo le abre la puerta con una sonrisa hipócrita en la cara.—Buenas tardes señorita Hill, bienvenida. — Le saluda.—Gracias.— Responde ella, sin bajar la cara, el muy maldito la ignoro en la mañana cuando estuvo más de una hora tocando la puerta, por ordenes de Darién.Alma al verla entrar a la casa, hierve de la rabia desde las escaleras.— ¿Cómo te at
CENACuando Miranda está a punto de alcanzar el orgasmo Darién detiene los movimientos circulares de sus dedos y retira la mano lentamente.—Mas. — Suplica Miranda, contoneando la cadera, el placer que siente no la deja pensar con claridad, Darién sonríe al ver el estado en el que ella se encuentraSe siente orgulloso de haber causado todo eso en ella, aunque él está desesperado también por fundirse de nuevo con ella.— ¿Por qué te detienes?— Gimotea, el lame sus dedos húmedos y ella enrojece hasta la raíz del pelo.—Nos esperan para la cena. — Explica tranquilamente.Ella ve la hora y se sorprende, ¡son las ocho de la noche!Totalmente apenada intenta levantarse del regazo de Darién, pero entre la sujeta con firmeza del vientre y la besa, ella puede sentir lo duro que está debajo de ella y aunque no lo admita en voz alta también muere por sentirlo dentro de ella.Ella se separa tímidamente y esquiva la mirada del, el sonríe divertido ante el ataque de timidez de Miranda.Inmediatamen
Miranda HillCuando Alex se duerme, Miranda va a arreglarse a su habitación, se toma dos copas de vino una tras otra casi sin respirarEsta nerviosa y a la vez ansiosa por lo que este punto de ocurrir entre Darién y ella, sabe que no está bien, que es un hombre casado, pero no puede evitar sentir deseos de mujer.Por mucho tiempo se privo de seguir sus instintos, renuncio a todo lo que sentía, solo por todos sus principios, jamás se ha visto a sí misma como la amante de nadie, ni siquiera como la amante del único hombre que ha amado en su vida.Mientras se baña siente un nudo en las entrañas—Tranquila. — Se regaña a sí misma, mientras se arregla frente al espejo.Es algo que quiere y no quiere a la vez ¡Todo es tan complicado para ella en ese momento!Respira profundo tratando de controlar el enjambre de mariposas en su estomago, mira su reloj y son las doce de la noche, sabe que Darién está molesto con ella, a él le disgusta esperar.A ella no le importa que este molesto, en algo al
Durante el desayuno Alma finge que no vio nada, ni sabe nada sobre el encuentro sexual de su esposo con Miranda.Miranda se sienta al lado de Alex, mientras que Alma lo hace al lado de Darién.—Cariño, hoy tengo consulta con el doctor que lleva el control de mi embarazo. — Comienza ella a contar.—Le diré al chofer que te lleve. — Responde indiferente.Me gustaría que fueses conmigo, para que escuches los latidos de su corazón, será algo muy hermoso, si no vas conmigo te vas a arrepentir. — Comienza ella a tratar de persuadirlo.—Tengo mucho trabajo. — Alega.—Darién, no puedes dejarme sola en este momento, yo no hice este bebe sola. — Le recrimina.—No comiences. — Le responde el, harto, no le gusta que ella intente manipularlo con el niño, el estará para su hijo cuando lo necesite.—Debes ir, no sabes de lo que te pierdes. — Le asegura Miranda, dejando a los esposos con la boca abierta.—No necesito tu ayuda. — Le responde Alma, molesta que Miranda se inmiscuya en asuntos que no le c
—Prisionero 3027, tiene una visita.— Le informan a Martha, abriendo las rejas de la puerta—¿Mi hijo?— Cuestiona emocionada.—Camine y lo averigua, por algo es que en estos meses que usted ha estado en prisión, no ha recibido visitas, aproveche el tiempo, solo tiene veinte minutos.— Informa el guardia.Martha es esposada al momento de salir de la celda, avanza en silencio a través de los pasillos oscuros y malolientes de la prisión.—¡Perra, m*****a, asesina!—Gritan desde su celda varias reclusas, la fama de Martha de viuda negra le presede, razón por la cual ella esta prácticamente aislada, corre el riesgo de que alguna de sus compañeras le haga daño.—¿tú?— Cuestiona sorprendida al ver la persona que esta esperándola con una amplia sonrisa.—Suegrita querida.— Responde Alma.—¿A que ha venido?— Cuestiona.—Te extraño.— Responde Alma.—Me abandonaste como todos, a mi no me engañas.— Responde Martha sentándose frente a la mujer de su hijo.—No podía venir antes, tengo un plan para saca
Darién FerrerPasan varios días después de esa llamada, aunque él no lo admita en voz alta, no puede evitar imaginar a su madre sufriendo, eso le duele profundamente.A veces queremos no sentir, sobre todo cuando sabemos que esa persona no merece nuestro amor, ni nuestro tiempo.— ¿Qué haces acá?— Cuestiona Miranda sorprendida de ver a Darien sentado en su silla en su oficina, mientras Marco organiza unos documentos con muy mala cara.—Esperándote, saliste a comer hace dos horas. — Le reprocha viendo el reloj.—Estaba con mi padre, sabes que esta no es la única empresa de la cual debo estar atenta. — Explica Miranda quitándose el abrigo, dejando ver su hermosa figura en un traje de dama color negro a la medida.—Te vez hermosa. — Dice acercándose a ella, sin importar que en la oficina esta otro hombre.—Gracias. — Responde nerviosa, se supone que su no relación sería algo de bajo perfil...Cuando él se acerca más ella retrocede, con vergüenza ante la presencia de Marco.— ¿Me tienes mie