El dolor en mis piernas me hace despertarme. Las muevo un poco pero pronto descubro que es un error. Ahogo un quejido y miro hacia todas partes.
Bruno está dormido plácidamente a mi lado, su cuerpo completamente desnudo y una sábana que le cubre solo la mitad del cuerpo, es hermoso. Me acerco y le doy un beso en los labios sin llegar a despertarlo.
Voy en busca del baño, no sin antes ver el reloj, 01:32 pm, no puedo creer que hayamos dormido hasta esta hora, que buena mañana hemos tenido.
Camino a hurtadillas y con dolor. Miro mi reflejo en el espejo y puedo notar que estoy sonrojada. Instintivamente me sonrío y comienzo a lavar mi cara. Abro la llave de la ducha con agua exquisitamente caliente.
Mi cuerpo se relaja, esto calma un poco el dolor de mis caderas. Dolor que no molesta, en realidad me hace sentir muy bien pensar en lo que ha pasado anoche.
—¡VANESSA!— sus gritos rompen mi momen
Ya un poco más tranquila me encamino hacia la puerta del armario que Bruno dice ser mío. Las luces y el sin fin de ropa me dejan cegada de nuevo. Me dirijo hacia la mezclilla, tomo uno pantalón oscuro y una hermosa blusa de tirantes estampada, una chaqueta de cuero color camello y unas botas a juego.Me encuentro con un peinador con exactamente el tipo de maquillaje que utilizo, polvo compacto, sombras, todo idéntico. Creo que alguien me ha estado espiando.Salgo del armario ya cambiada y abro lentamente la puerta para asegurarme de que no haya nadie.Camino precavida buscando las escaleras, bajo poco a poco y no dejo de impresionarme con la casa enorme que tiene Bruno y para él solo.Voy en dirección a la que creo yo es la cocina, muero de hambre. Miro a Gina caminando de un lado a otro.—Hola— susurro y esta se vuelve a mí con una gran sonrisa.—Querida hola, siéntat
Camino del brazo de Alondra y pronto llegamos al palco asignado, me siento junto a ella y Tomás a un lado mío.—Si te sientes mal, dímelo—dice Tomás, asiento mientras trato de localizar en el campo a Bruno. Tienen diferentes artículos para el entrenamiento, hay muchos reporteros abajo y una parte de las gradas tiene afición.—¿Hace mucho que ha comenzado?— pregunto triste, Tomás asiente. Continúo buscando hasta que lo veo al fin, tiene mala cara—¿Él sabe algo?— pregunto y Tomás niega —Pero espera a que se entere, no querría ser ese idiota— me estremezco al pensar en lo que le podría hacer, aunque sé bien que tiene un pésimo carácter. Puedo observar que no tiene el control del balón y sus pases no son contundentes—Debe de estar así porque no te logro locali
Me despierto de golpe, busco el reloj de inmediato, las 6:30 am tengo que llegar a las 8 de la mañana a la escuela. Miro a Bruno que descansa plácidamente. Me levanto y camino hacia el baño. Me arreglo un poco, trato de que el golpe de ayer no sea tan notorio y voy a seleccionar algo de ropa.Pienso en cómo me ira en este primer día, ni siquiera he ido a comprar útiles escolares y las clases ya tienen 2 semanas de haber comenzado.Me desilusiono a mí misma, ¿qué rayos voy a hacer en esa escuela sin útiles?, no tengo ni un cuaderno, voy corriendo hacia mi bolsa y busco en mi cartera la tarjeta de débito que mi abuela había puesto a mi nombre, aquí debo de tener algo de dinero, suspiro y miro mi móvil, tengo un mensaje de Lucia:Al fin he llegado, te he extrañado millones, tenemos que vernos.L Sonrí
Las clases han transcurrido satisfactoriamente, me he presentado con todos los profesores y parece no haber ningún problema con ellos. En este momento estoy en un pequeño descanso según indica mi horario. Voy hacia una pequeña cafetería que esta al fondo del edificio en medio de un hermoso jardín.—¿Qué se te ofrece linda?— me pregunta una amable mujer, y selecciono unas galletas de avena para almorzar. Busco un lugar donde sentarme y miro a lo lejos una banca.Tengo varios mensajes de Bruno preguntando qué tal va mi día, sonrío al leerlos y decido llamarlo, no suena dos veces cuando me contesta.—Hola nena— con un tono un poco sofocado.—¿Qué estás haciendo Bruno?— se escuchan las risas de Tomás a lo lejos.—Yo… estoy jugando… con— dice tomando grandes bocanadas de aire—. Jugam
Después de una deliciosa distracción trato de mover mi cuerpo que está debajo de este hombre gigantesco. Lucho por unos minutos hasta que por fin puedo liberarme sin despertarlo.Son las 6:00 pm y no he hecho ninguno de los pendientes que me han dejado en la escuela. Voy a mi closet que parece más una tienda y tomo algo cómodo para usar. Salgo de la habitación y recorro las habitaciones buscando donde poder concentrarme para hacer mis deberes. Encuentro una gran sala con un bonito escritorio de madera de cedro. Suspiro y saco los útiles de mi mochila, manos a la obra, pienso.●●●●●●Tiempo después llega Gina con una charola con galletas y un vaso de deliciosa leche, la recibo con una amplia sonrisa—Supuse que tenías hambre— y coloca la charola en la mesa, asiento—Muchas gracias, de hecho si— le dedico otra sonrisa y tomo una galleta<
Siento que todo da vueltas a mí alrededor, Hernández cierra la puerta. Estoy de vuelta en mi apartamento.—Vanessa si hay algo que pueda hacer…— escucho el susurro de su grave voz pero no me animo a mirarlo, siento vergüenza y pena por mí.Niego con la cabeza y camino a mi cuarto, repaso una y otra vez la situación que acabo de vivir, Bruno, con dos rubias, su clavícula y cuello marcado con besos, aprieto los ojos, están inundados de lágrimas.Me hago un ovillo en mi cama, la que ahora parece muy amplia. ¿Cómo pude haber sido tan tonta para pensar que conmigo él tendría suficiente?, ¿Qué ya no necesitaría de ninguna otra mujer?No sé cuando tiempo pasa hasta que escucho como alguien entra a mi habitación.—Vanessa —y pronto sus largos brazos me cubren, reconozco su voz, es Tomás—. Lo voy a
Me duele la cabeza. No siento mi cuerpo ¿Qué ha pasado?, respiro entrecortado. Abro mis ojos pero sigue siendo oscuro. Trato de moverme pero estoy sujeta a algo.—Vaya, ya has despertado— encienden la luz y me dejan ciega. Mis ojos tardan en acostumbrarse, puedo visualizar a un hombre obeso y calvo, usa traje negro a rayas y muchos anillos.—¿Qué?— digo en un susurro—¡¿Pero que estás sorda?!— grita y eso hace que la cabeza duela más.—No, ¿Qué ha pasado?— repito con esfuerzo y repaso mi cuerpo. Estoy atada de pies y manos a una silla.—Pues ¿Qué va a pasar?— pregunta burlón, comienza a acercarse a mí y el pánico me inunda.—¡SUÉLTEME! — grito y un fuerte impacto me dobla la cabeza, me ha golpeado, Dios, me ha golpeado. Un fuerte flash me ciega de nuevo, p
Abren la puerta y rechina escandalosamente, me tiran bruscamente en un colchón y salen sin más. Me aseguro de que nadie pueda verme, muevo mis manos hacia los lados para reavivar la circulación y me espanto al mirarlas, están cubiertas de sangre debido a los cortes que el plástico hizo. Trato de ignorar el impacto y saco el móvil, tecleo el número de Lucía, es el único que me sé. No hay respuesta…—Por favor, contesta— susurro mientras vuelvo a llamar pero no obtengo respuesta. Escucho pasos acercándose al cuarto donde estoy, llamo de nuevo pero no puedo concluir y escondo el celular entre la cama y la pared. Abren la puerta, reconozco al hombre que me ha golpeado y un sujeto que parece ser su hijo.—Te hemos cambiado de residencia, por lo menos hasta que nos llegue el pago— dice entre risas—. Para que no te aburras he traído a mi hijo…Tr&aacu