El recibidor es enorme, aunque debido a las tonalidades de las paredes parecía un lugar oscuro hasta que unas bellas lámparas iluminaron el lugar de forma tenue.
—¿Quieres tomar algo?— pregunta y me limito a asentir mientras cruzamos a un bar que se encuentra entre la sala y el comedor.
Todos los muebles son oscuros, parece la casa del típico soltero a los 30. Tomo asiento en uno de los bancos del bar y mientras un hombre nos prepara algo.
—¿Te gusta? —que estúpida pregunta, me ve completamente embelesada y todavía se digna a recalcarlo en la cara
—Obviamente, es preciosa Bruno —no puede ocultar su satisfacción al tenerme impresionada. El joven de la barra pone frente a mí una suculenta margarita y mi boca se hace agua
—Gracias —él se inclina y nos deja solos—. Y bien, comienza tú.
—¿A qué? &m
Mis ojos se abren como platos al escuchar sus palabras. No puede ser…—¿Vanessa?— miro esos hermosos ojos café verdosos—Bruno yo…— su mirada cambia drásticamente. Creo que sabe lo que vendrá.—¿Tu?— tengo demasiado miedo a rechazarlo y que él se vaya, pero por Dios solo llevamos saliendo a penas hace unas semanas. Aunque él nunca ha dejado de parecer interesado en mi. ¿Pero qué diablos Vanessa? Concéntrate.—Bruno… ¿no crees que…?— su sonrisa desaparece. Mi corazón se achica y mi cuerpo comienza a temblar.Recuerdo el hecho de que me ha inscrito en una de las escuelas de arte más costosas de Madrid y la culpa me corrompe. Disipo mi mente, no puedes aceptar a algo que no estás segura solo por no decirle que no.—Vanessa, dilo— suspiro y tomo su
Bruno me mira sorprendido y después su mirada se vuelve más fuerte, sus cejas se juntan y toma de mi rostro besándome con más fuerza. Dios esto es demasiado, pierdo el control de mis extremidades, mis oídos se agudizan, puedo escuchar su respiración entrecortada. Me toma de nuevo entre sus brazos hasta recostarme con delicadeza en la cama y comienza a verme de arriba a abajo. Llevo su camisa deportiva, decido ponerme de pie para quitarla —¡NO!— su grito me hace sobresaltar y lo miro con los ojos bien abiertos, carraspea—. Yo voy a quitarla. Me vuelvo a sentar sin pensar, creo que se percató del susto. Se acerca rápidamente poniéndose de rodillas frente a mí y su cabeza está en mis piernas, me parece un gesto sumamente dulce, acaricio su cabello y paso a su cuello, masajeándolo lentamente, sus músculos se relajan. Se pone de pie y toma de mi mano invitándome. Comienza a deslizar por sobre mi cabeza la camisa, alborotando mi esponjado cabello. M
El dolor en mis piernas me hace despertarme. Las muevo un poco pero pronto descubro que es un error. Ahogo un quejido y miro hacia todas partes.Bruno está dormido plácidamente a mi lado, su cuerpo completamente desnudo y una sábana que le cubre solo la mitad del cuerpo, es hermoso. Me acerco y le doy un beso en los labios sin llegar a despertarlo.Voy en busca del baño, no sin antes ver el reloj, 01:32 pm, no puedo creer que hayamos dormido hasta esta hora, que buena mañana hemos tenido.Camino a hurtadillas y con dolor. Miro mi reflejo en el espejo y puedo notar que estoy sonrojada. Instintivamente me sonrío y comienzo a lavar mi cara. Abro la llave de la ducha con agua exquisitamente caliente.Mi cuerpo se relaja, esto calma un poco el dolor de mis caderas. Dolor que no molesta, en realidad me hace sentir muy bien pensar en lo que ha pasado anoche.—¡VANESSA!— sus gritos rompen mi momen
Ya un poco más tranquila me encamino hacia la puerta del armario que Bruno dice ser mío. Las luces y el sin fin de ropa me dejan cegada de nuevo. Me dirijo hacia la mezclilla, tomo uno pantalón oscuro y una hermosa blusa de tirantes estampada, una chaqueta de cuero color camello y unas botas a juego.Me encuentro con un peinador con exactamente el tipo de maquillaje que utilizo, polvo compacto, sombras, todo idéntico. Creo que alguien me ha estado espiando.Salgo del armario ya cambiada y abro lentamente la puerta para asegurarme de que no haya nadie.Camino precavida buscando las escaleras, bajo poco a poco y no dejo de impresionarme con la casa enorme que tiene Bruno y para él solo.Voy en dirección a la que creo yo es la cocina, muero de hambre. Miro a Gina caminando de un lado a otro.—Hola— susurro y esta se vuelve a mí con una gran sonrisa.—Querida hola, siéntat
Camino del brazo de Alondra y pronto llegamos al palco asignado, me siento junto a ella y Tomás a un lado mío.—Si te sientes mal, dímelo—dice Tomás, asiento mientras trato de localizar en el campo a Bruno. Tienen diferentes artículos para el entrenamiento, hay muchos reporteros abajo y una parte de las gradas tiene afición.—¿Hace mucho que ha comenzado?— pregunto triste, Tomás asiente. Continúo buscando hasta que lo veo al fin, tiene mala cara—¿Él sabe algo?— pregunto y Tomás niega —Pero espera a que se entere, no querría ser ese idiota— me estremezco al pensar en lo que le podría hacer, aunque sé bien que tiene un pésimo carácter. Puedo observar que no tiene el control del balón y sus pases no son contundentes—Debe de estar así porque no te logro locali
Me despierto de golpe, busco el reloj de inmediato, las 6:30 am tengo que llegar a las 8 de la mañana a la escuela. Miro a Bruno que descansa plácidamente. Me levanto y camino hacia el baño. Me arreglo un poco, trato de que el golpe de ayer no sea tan notorio y voy a seleccionar algo de ropa.Pienso en cómo me ira en este primer día, ni siquiera he ido a comprar útiles escolares y las clases ya tienen 2 semanas de haber comenzado.Me desilusiono a mí misma, ¿qué rayos voy a hacer en esa escuela sin útiles?, no tengo ni un cuaderno, voy corriendo hacia mi bolsa y busco en mi cartera la tarjeta de débito que mi abuela había puesto a mi nombre, aquí debo de tener algo de dinero, suspiro y miro mi móvil, tengo un mensaje de Lucia:Al fin he llegado, te he extrañado millones, tenemos que vernos.L Sonrí
Las clases han transcurrido satisfactoriamente, me he presentado con todos los profesores y parece no haber ningún problema con ellos. En este momento estoy en un pequeño descanso según indica mi horario. Voy hacia una pequeña cafetería que esta al fondo del edificio en medio de un hermoso jardín.—¿Qué se te ofrece linda?— me pregunta una amable mujer, y selecciono unas galletas de avena para almorzar. Busco un lugar donde sentarme y miro a lo lejos una banca.Tengo varios mensajes de Bruno preguntando qué tal va mi día, sonrío al leerlos y decido llamarlo, no suena dos veces cuando me contesta.—Hola nena— con un tono un poco sofocado.—¿Qué estás haciendo Bruno?— se escuchan las risas de Tomás a lo lejos.—Yo… estoy jugando… con— dice tomando grandes bocanadas de aire—. Jugam
Después de una deliciosa distracción trato de mover mi cuerpo que está debajo de este hombre gigantesco. Lucho por unos minutos hasta que por fin puedo liberarme sin despertarlo.Son las 6:00 pm y no he hecho ninguno de los pendientes que me han dejado en la escuela. Voy a mi closet que parece más una tienda y tomo algo cómodo para usar. Salgo de la habitación y recorro las habitaciones buscando donde poder concentrarme para hacer mis deberes. Encuentro una gran sala con un bonito escritorio de madera de cedro. Suspiro y saco los útiles de mi mochila, manos a la obra, pienso.●●●●●●Tiempo después llega Gina con una charola con galletas y un vaso de deliciosa leche, la recibo con una amplia sonrisa—Supuse que tenías hambre— y coloca la charola en la mesa, asiento—Muchas gracias, de hecho si— le dedico otra sonrisa y tomo una galleta<