La última persona que quería ver. Estaba frente a mí. Me quede en shock no sabía que decir, mi mente estaba en blanco.
Creo que tuvo que hablarme como 100 beses, para salir de mi shock.
-Hola- le dije sin saber que decir.
-Hola- me contesto sonriente.
Fue algo dramático.
Me causo gracia y me reí de eso.
Había olvidado por que toque su puerta.
-Que se te ofrece- dijo el niño bonito que estaba frente a mí.
Ahí recién caí en cuenta que un no le decía el motivo por el que vine.
-seré tu vecina a partir de ahora. Vine por la puerta que está en medio de nuestros cuartos-
Me sonrió con malicia.
-La mantendré abierta. Será el paraíso verte caminar sin ropa en tu habitación-
Me puse roja y él se rio a carcajadas quería gritarle por tonto se calmó cuando le hablé.
-Diego Anghelo- le grite.
Paró de reír como si un botón de control remoto hubiera presionado.
Me toco reír a mí, fue muy gratificante ver la cara que puso.
Estaba serio, a él nunca le gusto su primer nombre. Por eso no había muchas personas que sabían que tenía otro nombre. Bueno creo que solo sus padres, hermanos y yo sabíamos de su nombre.
Yo lo descubrí de casualidad cuando éramos niños y desde ahí siempre lo he amenazado para que haga cosas por mí.
Ya no, nos reuníamos desde que empecé mi relación con Luan. Era muy celoso y siempre le hice caso a lo que decía. Pensándolo bien siempre fui una tonta.
-Bueno Dieguito Anghelo estoy aquí para hacer negocios-
-Primero, nadie de nuestros conocidos sabrá de esa puerta- le señale.
-Segundo, tú no sabes donde vivo y no me has visto desde la última vez que fui a la universidad ok-
Me miro con mala cara. Me reí y me fui de ahí. Pero antes de llegar a mi puerta él se acercó por detrás y me abraso.
-dime mi niña ¿por qué debería hacerte caso? Yo que ganaría-
Me dio un beso en mi cuello y me paralicé. No por sus palabras si no por el sentimiento que siempre está mi pecho cada vez que lo tengo cerca.
Él lo sabe y lo usa, para ponerme nerviosa.
Me voltee lentamente y lo tenía a centímetros de mí. Me hice la fuerte como si su cercanía no me afectara.
-Dieguito, sería hacer una obra de caridad a esta buena niña- hice un puchero.
Él se rio y se acercó a mi oído -no me convences mi niña-
Beso mi cuello otra vez, no le dije nada. Solo cerré los ojos, olvidando el mundo a mí alrededor. Mientras él con sus besos se hacía camino desde mi cuello hasta mis labios.
Se detuvo cerca de mis labios y me miro -Mi niña aun no me convences-
Me reí y el me apretó más a su cuerpo. Nuestros labios quedaron juntos le di un pico.
-Ya te convencí Dieguito-
-No-
Él muy sabido me beso otra vez.
Yo no me negué en ningún momento. Mañana me preocuparía por lo demás. Por ahora me sentía bien, creo que, ni con Luan me sentí así.
-Del 100% solo el 10% estoy convenció-
Me reí, él igual se río y empezó a besar mi cuello. Asiendo que se escaparan pequeños jadeos que el disfrutaba. Lo escuchaba reírse cada vez que se me salía un jadeo.
Me apretó más a él como si fuera posible y volvió a besarme. Sentí que me levanto y fuimos en dirección a su habitación.
-Mi cama seria mas cómoda- entre beses hablo y no me dejó contestar.
Entramos a su departamento cerró la puerta. Me alzo como princesa y me llevo a su cuarto.
Me sentí nerviosa yo nunca había estado con nadie más que con Luan. No estaba segura de hacer el amor con alguien más, él se dio cuenta de mis nervios. Lo sé por la forma en me miro.
Me dejo sobre la cama y se acomodó entre mis piernas.
Estando sobre mí siguió besándome mientras su mano izquierda se dirigió a mis caderas. Su otra mano se sostenida, para que no me aplastara con su peso.
Se detuvo -Mi niña eres hermosa- decía mientras besaba mi frente.
Me sentí como una adolescente en su primer beso. Me reí de mí misma.
El me hace sentir mucho con un solo rose.
-No me detendré- me susurro
Lo mire, me miro y sonrió. Sentí como una mano suya entra dentro de mi pantalón llegando a mi zona íntima y se me salió un jadeo.
Se acercó a mi oído y susurro.
-olvídate de todo. Mañana veremos que asemos mi niña-
Saco su mano y empezó a desabonar mi pantalón mientras me besaba. Sin darme cuenta estaba disfrutando de sus caricias como nunca lo hice en mi vida.
Me deje llevar como una niña, como él me decía. Ya mañana me preocupare por las cosas.
Hoy iría al cielo en los brazos de Dieguito.
De un momento a otro estaba completamente desnuda al igual que a él. Empecé a ponerme nerviosa. No quería seguir. Me sentía abrumada.
El sentimiento que despertaba en mí, me daba un poco de miedo. Se supone que debería estar llorando y quizá como todo adolescente, queriéndome cortar las venas.
Pero no, yo estaba desnuda recibiendo caricias no aptas, para cardiacos. Mi corazón estaba acelerado. Me sentía de una manera…
No podría describirlo. Era tan fascinante como aterrador un sentimiento difícil de describir con palabras.
Quería salir corriendo de ahí sentía que estaba bien y mal, eso me confundía. Él se di cuenta de la pelea que tenía conmigo misma.
-Es demasiado tarde, para detenerse-
Sabía que detenernos en la situación en la que estábamos era algo imposible. Pero estaba confundida y eso me ponía de malas.
Seguía perdida en mis pensamientos cuando sentí que entro algo en mí y grite un poco fuerte. Me tomo por sorpresa, no me lo esperaba.
Empezó a acariciarme, para que me calmará. Despacio empezó a moverse y me perdí entre sus caricias sintiendo como su calor se unía a mí.
No sé cuántos beses hicimos el amor.
Solo sé, que hoy sábado a las 3pm de la tarde aún no quiero levantarme de la cama de Dieguito. Me duele hasta los pelos y es que no era virgen de lo contrario no me levantada en una semana.
Desde la cama sin querer moverme lo vi parado frente a mí riéndose.
-De verdad eres una niña ni una noche aguantaste esperare a que te críes-
Pienso para mí, cuanto más creceré.
Él me rogaba que coma algo. Yo solo quiero dormir y que nadie me tocara ni que hablara ya que hasta la bulla hace que duela el cuerpo.
-Cállate que duele todo-
Él se rio
-Tú pedias más-
El muy descarado lo dijo como si hablara del clima, el cual estaba muy frio
-yo no recuerdo nada de eso. Tampoco recuerdo quien soy y eso me dio risa siempre ase que me olvide de las cosas hasta de mí.
Él se preocupó y me cargo hasta la ducha. -Te llevare a que te atiendan. Discúlpame, creo que fui un poco brusco, pero tu querías seguir- lo último lo dijo riendo no sabía si molestar o reír por su descaro. -No pongas esa cara. Lo ciento mi niña, ya no me burlare- decía una cosa, pero hacia otra. Según el serio, pero seguía riéndose. Después de que saliéramos de la ducha. Me llevo a mi cuarto en sus brazos suerte no había nadie por el pasillo, serio muy vergonzoso de lo contrario. Seco mi cuerpo y me vistió. Después me llevo a una clínica privada, donde atendía el doctor que usa su familia. Me sentí más segura de que no se esparcieran noticias. El doctor se veía ya mayor. -Buenas tardes tomen asiento. Díganme en que los puedo ayudar - dijo el doctor amablemente. Yo no quería decir nada estaba avergonzada. Maldecí a Diego por traerme y no solo comprar unas pastillas en la farmacia para el dolor. Diego sin vergüenza alguno le dijo todo a
Al día siguiente Dieguito me despertó. Lo mire con mala cara pues él tenía una sonrisa de burla en el rostro. Me mostro el relej que estaba en la mesita de noche. Era a la 1:00 de la tarde. Me quede helada, había dormido demasiado. No sé por qué cuando él está cerca siempre duermo demás, pero esto era demasiado. -Eres una pastilla de dormir muy efectiva- hizo una mueca que me causo risa. -Seguro tu cuerpo aún está cansado y estas recuperando energías- lo dijo un poco serio aunque a mí me causaba gracia su cara. -Mi niña ya viste la hora verdad _ hice mala cara a eso. -Así que debes saber que tienes que comer y tomar la medicina que te dio el doctor Cleid. -ya sé, no me lo recuerdes- le conteste molesta. Quería seguir durmiendo. Me levante de la cama de muy mala gana y pase por su lado empujándolo. Lo escuche reírse a carcajadas. Al llegar a la cocina busque algo de comer. Encontré yogurt en la refrigeradora
Siempre me ha gustado levantarme temprano y como si mi cuerpo fuera reloj, desperté a la 5:30am. Me dispuse a ver que ropa me pondría, luego fui a la ducha. Cuando termine de alistarme Diego estaba terminando de hacer el desayuno. -Feliz cumpleaños mi niña- me felicito mientras me daba los buenos días. Después de muchos besos se fue a duchar ya para las 7:00am los dos estábamos listos. Terminamos el desayuno y dejando todo en orden. Salimos directo a nuestros coches y hacer nuestras cosas con la promesa de encontrarse a la salida de la universidad. Al llegar a la universidad fui directo a donde sería la reunión, 15 minutos después la reunión. -Alumnos buenos días. Se les ha reunido hoy, para informales que se ha hecho convenios con algunas empresas extranjeras- -Ellos nos piden que los mejores alumnos vallan a hacer prácticas en sus empresas. -Pero antes de eso evaluarán varios aspectos y para ello la universidad abrirá
Diego me miro y le contesto a mi primo con cara juguetona. -Aunque pensándolo bien mejor que tu, no está- - ¿Dónde se encuentra? quiero conocer a la persona valiente que se casó con un diablo como tu ja ja ja- -Mi ángel está dentro de la casa- -No se diga más, vamos adentro necesito conocerlo. Además, me muero de hambre mamá sheshi- Anghelo pedía comida con la mirada a mi madre. Mamá sonrió y se adelantó. Mientras nosotros reíamos y la seguíamos a dentro de la casa. Ya dentro de la casa, Santiago el esposo de Calec, se acercó a él. Diego miraba cada gesto con cara de diversión. -Angelito- diego se refirió a Santiago. Santiago lo miro -Dime como es que te casaste con este. Ya sé, te drogo- La cara de Santiago era una interrogación, estaría pensando quien ese que le habla con tanta confianza. La cara que tenían los tres, era digna de retratar. -Cariño no le agás caso est
La llamada de Anghelo me dejo un mal sabor. Luan estaba loco para decir tremenda mentira. Tenía que hacer algo. Fui a casa de mis padres. Para cuando llegue, a mi padre ya le había llegado la notica. Estaba molesto. -Tamry, Andrés me llamo hace un momento. Quiere que te cases con Luan lo antes posible, para evitar rumores- estaba molesta, Luan había metido hasta nuestra familia -Eso lo más tonto que escuchado padre. A santo de que debería casarme con Luan- papá estaba molesto. Seguro le había dicho que vivía con Luan. -Dime hija estas embarazada. Andrés dice que tú y Luan aún se han seguido viendo- -Es ridículo padre, al estar embarazada de Luan ya se me estaría notando. No me visto con él. Acepto que me ha llamado hasta el cansancio, pero le he cortado no quiero tener que ver nada con él y usted sabe el motivo padre- -Lo se hija, pero hay que demostrar que no estas embarazada porque si no esto se volverá un pro
El médico me miro otra vez y vuelve la vista a la pantalla. - ¡Qué le pasa a mi bebe! - estaba desesperada. - Si están bien- estaba algo atontado el doctor - ¡Qué! – había escuchado bien eran bebes, cuantos eran, que el doctor tenía una cara un poco boba que hasta risa me causo. - Si señorita usted espera cuatro bebe- El doctor más calmado dio la noticia como sin nada. Todos los demás pusieron diferentes muecas en su cara. Me dieron risa, pero después de que entendí de lo que el medico dijo mire mal a Anghelo. El solo, me miro y sonrió. No pude evitar ver la cara de mis padres preocupados. Tanto ellos como yo misma sabía que este embarazo sería complicado. Saliendo de la clínica, Anghelo y yo nos dirigimos a los departamentos teníamos clases en la tarde, además no habíamos comido y fuimos por el camino viendo algo para comer. -Antes de sepáranos de mis padres - Hija le diré a A
Los hermanos de Anghelo se quedaron sorprendidos ante lo que dijo el mellizo menor, sus padres estaban en trance querían decir algo y no les salía nada. -Hijo eso es verdad, tú eres el padre de los bebes de Tamary- dijo el padre de Anghelo -si padre, por eso vine hablar con ustedes. Quiero que nos permitas vivir aquí durante su embarazo, nos preocupa que su embarazo se complique como el de su madre y sería un problema si ella se encuentra sola, además, puede que sea de mayor riesgo ya que son cuatro. Aunque el doctor Snich dice que su embarazo esta normal, pero aún tenemos que tomar precauciones. Hoy nos enteramos y también la revisaron. -No creen que son muy jóvenes hay tantos métodos para cuidarse. Pero bueno ya está, felicidades si necesitan algo ya sabes dónde encontrarme. Me retiro tengo algunas cosas que arreglar, padre, madre con su permiso mañana vengo a almorzar cuídense y felicidades. Tamary, cuida de mis sobrinos- me dijo Joshi y se retiró.
Lo que dijo Joseelo, no me sorprendió mucho, tenía una idea de por qué había elegido al niño, pero aun así quería escucharlo.-Dime porque elegiste al niño- antes de contestar me miro y acaricio mi mejilla-Mi niña, la niña tenía cara de creída hija de papi y el niño se veía elegante una persona bien educada- me reí ante su comentario-Y por qué no se lo explicaste a tu hermano--Pues mi niña- Dijo mirándome a mí y a sus hermanos que estaban sentados frente nosotros-No me preguntaron por qué había elegido al niño solo asumieron que era gay. Tengo por hermanos, unos tontos-- Hey, no tenemos la culpa de tus gustos tan extraños. La niña estaba hermosa- Steven se defendía sin poder conseguirlo -hermosa es mi niña dijo mientras besaba mi mejilla,