Zeke estaba sentado tras su escritorio mirando inexpresivo el monitor de la computadora, en el que una vez más se repetía las grabaciones de las cámaras de vigilancia de la clínica. Tres días habían pasado desde la desaparición de Nohemi Lund y ellos no tenían ni una sola pista todavía. En efecto, una enfermera se llevó a la pelirroja hasta el cuarto de tomografías y entró en este; quince minutos después la movían de nuevo a la camilla y salían de la sala, entrando a un punto ciego de la red de cámaras. No obstante, después de eso, no aparecían de nuevo en el pasillo, tampoco volvían a la sala anterior, era como si se hubiese esfumado en el aire. No fue difícil descubrir que habían alterado el video, pero fue solo en esa zona; el resto de las cámaras de todo el edificio estaban bien y en ninguna de ellas apareció la pelirroja. ―¿Dónde estás? ―preguntó en voz baja, estudiando las imágenes de todas las salidas, esperando encontrar la más leve pista. Aunque sabía que Nohemi estaba bi
Nohemi despertó una vez más, sedienta, con dolor de cabeza, desorientada y bastante cabreada.Ya no era cuestión de saber que estaba en peligro, la furia la invadía debido a la forma tan ruda en que fue tratada. Atrás quedó el miedo, tal vez era porque no tenía fuerzas; no obstante, cierta determinación se apoderó de la pelirroja cuando decidió que no iba a ceder ante las demandas del cretino de Novikov.Se sintió sofocada, el calor húmedo la envolvía dificultando su respiración; con mucho esfuerzo se enderezó, examinó su entorno y descubrió que se encontraba en una habitación sencilla, la cama en la que reposaba se alineaba a la pared que poseía la única ventana y en medio de la estancia, estaba una mesa de madera con una silla.Miró la comida encima de la mesa, arroz, pollo, sopa; incluso un bol lleno de frutas tropicales.―Al menos no pretenden matarme de hambre ―musitó con sarcasmo.Sus piernas soportaron su peso y llegó a la mesa sin caerse. Lo primero que hizo fue saciar su sed,
―Tú no eres el CEO Novikov ―soltó Nohemi de inmediato.El hombre levantó una ceja, su gesto inquisitivo lo hizo ver más atractivo de lo que era, afianzado con la sonrisa burlona y de medio lado que surcó sus labios al notar la confusión en sus ojos.―No, no soy el señor Novikov ―respondió tras unos minutos.Los chillidos del therion volvieron a inundar el lugar, llamando la atención de la pelirroja; una vez pasada la primera impresión, y sabiendo que se hallaba encadenado, la curiosidad científica le ganó la partida. Lo más impactante era notar que, a pesar de las obvias marcas animalescas, como el pelaje, la cola y la forma del rostro, o incluso la estructura física, aún conservaba un aspecto humano imposible de obviar.¿Eso era lo que intentaban controlar en la Corporación Karras?Se suponía que el Supresor Th buscaba controlar los cambios físicos, según la explicación de Charles, si ellos conseguían que se evitaran los desbalances hormonales causados por la transformación, en teorí
Una semana después de la desaparición de Nohemi aún no tenían pistas concretas de su ubicación. Aunque todas las sospechas apuntaban a un único culpable, la evidencia se desvanecía en medio de la nada, pues solo pudieron descubrir que la enfermera que se llevó a la pelirroja era, de hecho, una mercenaria profesional, y su equipo se especializaba en abducciones. ―Confirmen posiciones.Zeke escuchó la voz en el auricular y apretó las mandíbulas. Por suerte, se encontraba estable, el vínculo entre Nohemi y él le dejaba saber que no estaba mal, ni en peligro inminente.Una vez su espía le confirmó que Novikov iba a viajar fuera de Rusia para firmar la adquisición de acciones de un negocio de tecnología, decidieron moverse. Después de comprobar que la comitiva de vehículos en los que viajaba Tyoma y su gente abandonaba París para residenciarse en un antiguo palacio a las afueras de la ciudad, Zeke montó una emboscada.Los tres autos viajaban a una velocidad constante por la carretera, a e
Nohemi hizo una sexta muesca en la pata de la cama, lo hacía todos los días al despertar. Durante ese tiempo solo pudo comer y dormir, lo que en cierto modo le sirvió para recuperar sus fuerzas.Al día siguiente de encontrarse con su captor regresó a la celda donde estaba el therion, esperaba estudiarlo, llevar un registro de sus alteraciones, no obstante, todas sus ideas de crear carboncillo para escribir en las paredes de su habitación, se esfumaron.El therion ya no estaba.Ya que no tenía más nada en qué ocupar su tiempo, intentó practicar los ejercicios que Camerina le enseñó, esperando poder proyectarse frente a Zeke y explicarle dónde estaba; quizás, con las pocas cosas que vio, él lograría encontrarla.Pero fue en vano, lo único que consiguió fue sentir el movimiento de su propio poder, mas no manifestó nada, sus sueños continuaron siendo ordinarios como de costumbre.Al final del sexto día el hombre volvió, esta vez se anunció de forma evidente, así que la pelirroja salió de
Darika elevó una ceja ante el cinismo de la pelirroja, pensó que tal vez su actitud se debía a las semanas de aislamiento que padeció, que más que asustarla la molestaron. También la hizo sentir incómoda su afirmación de que era una mujer que ella admiraba, después de todo, no era una celebridad como para tener fanáticos por todos lados. ―Nos ahorraremos tiempo si sabes quién soy, entonces ―dijo la morena con indiferencia. Tras ese comentario fue el turno de Nohemi de enarcar una ceja. ―Nunca esperé que prefirieses que Zeke muera a que esté con otra mujer ―habló con frialdad, mirándola a los ojos. ―Zeke no va a morir, ¡jamás dejaría que eso pasase! Zeke Karras es mi vínculo destinado, lo supe desde que lo vi la primera vez ―explicó Darika con calma―. Eres tú la interferencia, fuiste tú quien me lo robo. ―¿En serio? Porque hasta donde tengo entendido, no hay modo de que el therion cambie de pareja una vez que ha sentido el vínculo ―recalcó la pelirroja―. Si él estaba vinculado a t
Zeke estaba bajo mucha presión, y sorprendentemente no se debía a la ausencia de Nohemi si no a su propia familia, que preocupados por su condición, intentaron convencerlo de unirse a Darika.Exceptuando a Daria, el resto incluso quiso arrastrar a Camerina al plan de convencerlo, Calvin intentaba mantenerse al margen, pero Rose también se sumó a la tarea. Lo vigilaban de manera tan atenta que su vida diaria se volvió un infierno.―Eso que le pides a tu hijo es obsceno, Justine ―se quejó la mágissa, mirando a la mujer con desaprobación.―¿Entonces debo esperar sentada a ver si algún día logra encontrar a su basherte? ―se defendió ella con el rostro desfigurado de la preocupación―. Rezando para no verlo transformarse un día y que no vuelva más. ¿Has visto cómo está? Está al borde, cualquier cosa podría disparar una crisis.―No va a pasar ―aseguró Daria―. Si no fuese porque todos lo están fastidiando con lo de forzar su vínculo con Baagh y que abandone a su basherte, él estaría mucho mej
Aunque los Baagh eran un clan antiguo con una amplia historia y una gran riqueza, eso no significaba que su fortuna se basara solo en rutas de comercio; como todos los clanes, con el paso del tiempo se diversificaron a nuevos mercados, expandiendo su dominio a diversos nichos, compartiendo así negocios con otros clanes.―Señorita Baagh ―llamó apurado el asistente cuando entró en la oficina―, tiene que ver esto. ―Le tendió una tableta.Darika frunció el ceño cuando vio la pantalla, un gráfico se reflejaba en esta y una flecha roja comenzaba a titilar describiendo una caída notable.―¿Qué sucedió? ―inquirió dubitativa―. Hasta hace dos días este mercado estaba bien.―Son los Karras, señorita ―respondió el hombre―, retiraron el financiamiento, debido a eso, el valor de las acciones cayó.―¡¿Qué?! Eso es imposible…―Lamento decirlo, pero no es así… también… ―dudó un momento, luego soltó una exhalación―. El CEO Karras mandó un comunicado, de ahora en adelante, cada día, retirarán su apoyo f