Nohemi hizo una sexta muesca en la pata de la cama, lo hacía todos los días al despertar. Durante ese tiempo solo pudo comer y dormir, lo que en cierto modo le sirvió para recuperar sus fuerzas.Al día siguiente de encontrarse con su captor regresó a la celda donde estaba el therion, esperaba estudiarlo, llevar un registro de sus alteraciones, no obstante, todas sus ideas de crear carboncillo para escribir en las paredes de su habitación, se esfumaron.El therion ya no estaba.Ya que no tenía más nada en qué ocupar su tiempo, intentó practicar los ejercicios que Camerina le enseñó, esperando poder proyectarse frente a Zeke y explicarle dónde estaba; quizás, con las pocas cosas que vio, él lograría encontrarla.Pero fue en vano, lo único que consiguió fue sentir el movimiento de su propio poder, mas no manifestó nada, sus sueños continuaron siendo ordinarios como de costumbre.Al final del sexto día el hombre volvió, esta vez se anunció de forma evidente, así que la pelirroja salió de
Darika elevó una ceja ante el cinismo de la pelirroja, pensó que tal vez su actitud se debía a las semanas de aislamiento que padeció, que más que asustarla la molestaron. También la hizo sentir incómoda su afirmación de que era una mujer que ella admiraba, después de todo, no era una celebridad como para tener fanáticos por todos lados. ―Nos ahorraremos tiempo si sabes quién soy, entonces ―dijo la morena con indiferencia. Tras ese comentario fue el turno de Nohemi de enarcar una ceja. ―Nunca esperé que prefirieses que Zeke muera a que esté con otra mujer ―habló con frialdad, mirándola a los ojos. ―Zeke no va a morir, ¡jamás dejaría que eso pasase! Zeke Karras es mi vínculo destinado, lo supe desde que lo vi la primera vez ―explicó Darika con calma―. Eres tú la interferencia, fuiste tú quien me lo robo. ―¿En serio? Porque hasta donde tengo entendido, no hay modo de que el therion cambie de pareja una vez que ha sentido el vínculo ―recalcó la pelirroja―. Si él estaba vinculado a t
Zeke estaba bajo mucha presión, y sorprendentemente no se debía a la ausencia de Nohemi si no a su propia familia, que preocupados por su condición, intentaron convencerlo de unirse a Darika.Exceptuando a Daria, el resto incluso quiso arrastrar a Camerina al plan de convencerlo, Calvin intentaba mantenerse al margen, pero Rose también se sumó a la tarea. Lo vigilaban de manera tan atenta que su vida diaria se volvió un infierno.―Eso que le pides a tu hijo es obsceno, Justine ―se quejó la mágissa, mirando a la mujer con desaprobación.―¿Entonces debo esperar sentada a ver si algún día logra encontrar a su basherte? ―se defendió ella con el rostro desfigurado de la preocupación―. Rezando para no verlo transformarse un día y que no vuelva más. ¿Has visto cómo está? Está al borde, cualquier cosa podría disparar una crisis.―No va a pasar ―aseguró Daria―. Si no fuese porque todos lo están fastidiando con lo de forzar su vínculo con Baagh y que abandone a su basherte, él estaría mucho mej
Aunque los Baagh eran un clan antiguo con una amplia historia y una gran riqueza, eso no significaba que su fortuna se basara solo en rutas de comercio; como todos los clanes, con el paso del tiempo se diversificaron a nuevos mercados, expandiendo su dominio a diversos nichos, compartiendo así negocios con otros clanes.―Señorita Baagh ―llamó apurado el asistente cuando entró en la oficina―, tiene que ver esto. ―Le tendió una tableta.Darika frunció el ceño cuando vio la pantalla, un gráfico se reflejaba en esta y una flecha roja comenzaba a titilar describiendo una caída notable.―¿Qué sucedió? ―inquirió dubitativa―. Hasta hace dos días este mercado estaba bien.―Son los Karras, señorita ―respondió el hombre―, retiraron el financiamiento, debido a eso, el valor de las acciones cayó.―¡¿Qué?! Eso es imposible…―Lamento decirlo, pero no es así… también… ―dudó un momento, luego soltó una exhalación―. El CEO Karras mandó un comunicado, de ahora en adelante, cada día, retirarán su apoyo f
Tal y como lo prometió Zeke, cada día uno de los negocios en los que participaba la familia Baagh fue desplomándose. Darika pasó las siguientes noches planificando el futuro inmediato para aguantar el impacto de las pérdidas.Aunque Volva le quitó toda esperanza, ella no se dejaría derrotar tan fácilmente; no por nada era una de las mujeres menores de treinta más exitosas del mundo; Darika Baagh era una genio en los negocios, y todo eso no era más que un revés que se arreglaría una vez se vinculara con Zeke.La morena era tenaz, inteligente, ambiciosa e indetenible, por eso su padre la había escogido a ella para dirigir el clan de cara al mundo humano.―Si la inútil de Volva no quiere hacerlo, solo tendré que encontrar a otra persona que lo haga ―musitó, removiendo el vaso con whisky―. Todo el mundo tiene un precio, Volva no es la única mágissa que se ha ido por la magia prohibida.Sin embargo, una semana después, el clan fue citado.―Señorita Baagh… ―la voz débil y asustada del secre
―¡Zeke! ―llamó Darika con indignación.Ella salió corriendo detrás de él después de que el impacto inicial de su declaración pasó. Las cosas no podían terminar de ese modo.«Si hablo con él, si logro que me escuche, entonces él se dará cuenta…» pensó con desesperación.En el fondo la morena sabía que solo se estaba engañando, sin embargo, no podía aceptar ese resultado.―¡Por favor, Zeke! ―rogó de nuevo, consiguiendo que se detuviera finalmente.El hombre de cabellos castaños y ojos gélidos como témpanos de hielo, se giró para encararla; los haces dorados del sol cayeron sobre él, bañándolo de un aura magnifica, como si fuese un rey que ha bajado de su trono para concederles una gracia.Darika siempre lo admiró, desde jóvenes él fue la existencia que siempre quiso alcanzar.―Si no vienes a decirme dónde puedo ir a recoger a mi basherte…―¡No! ―chilló ella, perdiendo los estribos―. ¿Por qué? ¿Por qué tenías que romper nuestro compromiso? ¡Yo te he estado esperando todos estos años! Per
Zeke caminaba de un lado a otro en el hangar privado, esperando el arribo del vuelo que traía de regreso a Nohemi.―Si no está aquí al amanecer…Daria soltó una risita.―Cálmate, hermano mayor, ya el piloto te dijo que estaban en el aire ―le recordó―. Solo es cuestión de tiempo, ten paciencia.―Debí ir directo a Chennai cuando salimos de Esparta ―se quejó él.―¿Y comenzar una guerra entre clanes de una vez? ―preguntó Aren con frialdad.―Nosotros no la empezamos ―intervino Daria―, fue la perra loca de Darika quien inició todo esto…―Las mujeres son aterradoras ―musitó su hermano menor.―Como no tienes idea ―asintió la mujer.Apenas se bajaron del avión cuando regresaron de Grecia se encontraron con la respuesta del patriarca Baagh; no solo pidió disculpas por la atrocidad cometida por su hija menor, sino que también garantizó que ya todo estaba listo para mandarla de regreso. La decisión fue tomada durante el momento en que ellos estaban reunidos.Fue el propio Darion quien cuadró todo
―¿Esta es tu habitación? ―preguntó ella para romper el silencio, lo cierto era que extrañaba los ruidos comunes del día a día. Él asintió.―Nuestra habitación ―corrigió Zeke, atrayéndola a su cuerpo; ella descansó su cabeza sobre el hombro masculino―. De hecho, es un ala completa. La mansión está dividida en cuatro alas, en una viven mis padres y en las otras vivimos Daria, Aren y yo. Tenemos entrada independiente, igual que todo lo demás, ya sabes: cocina y todo eso.»Realmente, esta mansión es el centro del complejo donde vive la mayoría del clan, Calvin y Rose viven bastante cerca.Volvieron a quedarse en silencio, era como si las palabras hubiesen decidido abandonar sus cerebros. Tampoco necesitaban decirse nada, en ese momento lo único que querían era estar así, uno cerca del otro.Veinte minutos después, Zeke le propuso darse un baño, cambiarse de ropa y descansar. Solo entonces fue que Nohemi notó los signos en el atractivo rostro de él; las ojeras oscuras que empezaban a ser n