―¿Así que mi preciosa pelirroja despareció?

La voz de Artyom estaba cargada de ironía y satisfacción, la imagen de Zeke Karras sumido en la desesperación le causaba deleite.

Solo era cuestión de tiempo encontrar el rastro de Nohemi, y él iba a poner todos los recursos de los que disponía para esa tarea.

Él sería quien la encontraría primero.

―Sí, señor ―respondió Irina―. Según nuestro informante, la familia Karras se encuentra preocupada porque la doctora Lund no ha dado señales de vida.

―¿Cómo desapareció? ¿Le sucedió algo? ―preguntó preocupado, recordando que Nohemi había partido hacía casi un mes a la isla de Circe. El pánico lo invadió, frunció el ceño, esperando que su secretaria respondiera―. Prepárate de inmediato, da la orden para partir a esa maldita isla con un escuadrón de búsqueda.

―Eso es lo más extraño, señor ―lo cortó la mujer―. La doctora Lund no desapareció en la isla. Nuestro espía mencionó que la doctora estaba de vuelta, algo sucedió en la mansión del clan, que hiz