Estoy sentado detrás de mi escritorio, rodeado por mis mejores hombres: Thane, Kaid, Ryker y Orion. La oficina está en silencio, solo interrumpido por el sonido de la lluvia que cae fuera. La tensión es palpable.— ¿Caballeros, comenzamos? —pregunto, intentando mantener la calma.Thane esta de muy mal humor porque esto ya lo vivio y penso que ya habia termino.— ¿Se sabe algo sobre los atacantes, Venco?— Todavía no —respondo, sacudiendo la cabeza—. Estamos investigando, pero no hay pistas claras.Kaid se levanta y comienza a caminar por la habitación.— Eso es lo que más me preocupa. No sabemos si se trata de una manada rival o de algo más.Ryker se cruza de brazos.— ¿Y qué hay de Morax? ¿Se ha encontrado algún rastro de él?— Nada —respondo, frunciendo el ceño—. Es como si se hubiera esfumado.Orion habla por primera vez, su voz baja y pensativa.— Recuerdo la traición de las manadas de hace años. ¿Crees que pueda estar relacionada con esto?— Es posible —asiento—. Las manadas que
Me siento confundida y emocionada al mismo tiempo. Acepto la cena que él ha preparado para mí, pero mi mente está llena de contradicciones. Él quiere conocerme, pero yo tengo que mentirle. No puedo revelar mi verdadera identidad, mi propósito aquí. Soy la última sobreviviente de la manada que él mismo destruyó, y ahora estoy aquí para vengarme.Mientras me siento frente a él, siento una mezcla de excitación y locura. Es irónico que él quiera conocerme, que quiera estar cerca de mí, sin saber que soy su enemiga. Me pregunto cómo puede ser tan ingenuo, cómo puede creer que puedo ser alguien más. Pero al mismo tiempo, siento una pizca de diversión ante la situación. Es como un juego, un juego del gato y le raton. Él cree que tiene el control, pero yo sé la verdad. Yo soy la que tiene el poder.Me mira con ojos curiosos, buscando conocerme mejor. Pero yo solo puedo sonreír y mentir.Estoy sentada frente a él, en una mesa llena de delicias culinarias y una botella de vino que brilla bajo la
Me encuentro contra la pared, besando a Venco con una pasión que me consume. Me pregunto sinceramente por qué este hombre, que debería inspirarme odio, me hace sentir de esta manera. En vez de repulsión, siento deseó. Es como si mi cuerpo traicionara mi mente.No pensé que el asesino de mi familia fuera este tipo de hombre. No pensé que tuviera este aspecto, que emanara tanto dominio y virilidad. Es un lobo, un depredador que me atrae con su calor y su fuerza.Trato de luchar contra los besos que me ponen la boca ardiendo, pero no puedo evitar seguir pegada a sus labios. Absorbo su virilidad, su sabor, su olor. Sus manos están en mis caderas, apretando mis carnes con una posesividad que me hace temblar.No entiendo por qué mi cuerpo responde de esta manera. No entiendo por qué quiero más. Pero no puedo negar la verdad: estoy atrapada en su abrazo, en su beso, en su mirada. Venco me devora con su boca, su lengua explorando cada rincón de mi boca. Me siento débil, vulnerable, pero al mi
Es el mismo hombre que me viene chantajeando.Estoy en mi habitación, rodeada de oscuridad. La luna llena brilla a través de la ventana, iluminando la figura de un hombre que se cierne sobre mí. Mi corazón late con fuerza, pero trato de controlarme.— ¿Qué es lo que quieres? —le pregunto, intentando mantener la calma.Él sonríe, su mirada glacial.— Tú ya lo sabes —dice—. O vas a afrontar las consecuencias.Se acerca a mí, y yo intento alejarme, pero él me sujeta del cuello y me estampa contra la puerta.— Quédate quieta —me ordena.— No me toques —le digo, intentando mantener la firmeza en mi voz.Él se ríe.— Nuestro Alfa lo hacía —dice.— ¿Qué es lo que realmente quieres? —le pregunto.Él me mira fijamente.— No aquí el que hace las preguntas soy yo —dice—. Necesito saber qué es lo que estás buscando.— No entiendo de qué hablas —le digo—. ¿Si tú me estás chantajeando?Él sonríe de nuevo.— Liberaste a uno de los lobos más peligrosos que ha existido, enemigos de tu prometido —dice—
La idea es que el Guardia mate a Venco.No sé cómo lo voy a conseguir, pero debo hacer tiempo hasta que él decida o busque la manera de acabar con la vida de mi peor enemigo antes de que nos casemos y descubran quién soy yo realmente. Me siento un poco nerviosa al pensar en esto, pero sé que es lo mejor para mí y para mi futuro. Venco es un obstáculo que debo eliminar si quiero alcanzar mis objetivos. Y el Guardia es el único que puede ayudarme a hacerlo.La madre de Venco se sienta en el sofá de la sala de la mansión, rodeada de sus ayudantes y de mí. Ella comienza a explicar cómo se organizan los juegos de la Regencia.—Los juegos de la Regencia se llaman "La Caza del Lobo Plateado" —dice. —Es una tradición muy antigua en nuestra manada, y es un honor muy grande ser elegido para participar en los juegos.Me interesa todo esto, sinceramente me parece demasiado atractivo.—¿Cómo se eligen los participantes? —pregunto.La madre de Venco sonríe.—El libro de la Regencia —dice, abriendo
Acomodo el trasero en el borde de la Fuente de la Serpiente, rodeada de la oscuridad de la noche. El cielo está estrellado, y la luna llena brilla con una luz suave y plateada. Me recuesto hacia atrás, apoyando mis manos en el borde de la fuente, y dejo que mi mirada se pierda en el cielo.Recuerdo una noche similar, hace muchos años, cuando mi padre me llevó a un lugar parecido a este. Me habló de lo que significa ser un rey, un Alfa, y de las responsabilidades que conlleva. Me dijo que un verdadero líder debe ser justo, sabio y valiente, y que siempre debe poner el bienestar de su manada por encima de todo.Me acuerdo de cómo me miró, con orgullo y amor en sus ojos. Me dijo que yo era una gran princesa, hermosa y valiente, y que un día sería una gran reina. Me sentí tan orgullosa y feliz en ese momento, sabiendo que mi padre creía en mí.Pero ahora, mientras estoy sentada en el borde de la fuente, no puedo evitar sentir un dolor profundo en mi corazón. Mi padre ya no está conmigo, y
— ¿Qué haces aquí? —pregunto, volviéndome hacia la figura que se acerca.Es Venco, un hombre que no esperaba encontrar aquí. Me mira con una sonrisa irónica y me responde:— No, quién hace las preguntas soy yo. Tú, ¿qué haces aquí?Me siento un poco incómoda, pero trato de mantener la calma.— Solo estaba paseando —digo, sonriendo ligeramente—. No esperaba encontrar a nadie aquí.Venco me mira durante un momento, su rostro indeciso. Luego, su expresión cambia, y me mira con una mezcla de curiosidad y desafío.— ¿Estás paseando? —pregunta Venco, su voz ligeramente irónica.Me vuelvo hacia él, sintiendo una ligera incomodidad.— Sí —respondo, sonriendo ligeramente—. Me gusta caminar por aquí.Venco me mira con curiosidad, su rostro iluminado por la luna.— Tiene algo de raro —dice, su voz llena de escepticismo—. ¿Cómo llegaste aquí?Me siento un poco incómoda, pero trato de mantener la calma.— ¿Qué es esto, un interrogatorio? —pregunto, sonriendo ligeramente.Venco se ríe suavemente y
Sus labios se posan sobre los míos, y un beso apasionado y profundo nos envuelve. Su boca es cálida y suave, y su aliento es fresco y embriagador.Me encantan, no puedo negarlo, me fascina como me besa.Mi corazón late con rapidez, y mi cuerpo se estremece de placer. Sus brazos me rodean, y me atrae hacia él, profundizando el beso. Su lengua explora mi boca, y yo respondo con igual pasión. El mundo a nuestro alrededor desaparece, y solo quedamos nosotros dos, perdidos en el beso. El tiempo se detiene, y todo lo que importa es el momento presente, el beso que compartimos.Pero de repente, recuerdo mis intenciones, y me doy cuenta de que debo mantener la distancia. Me separo de él, y lo miro con una sonrisa.—Recuerda que vamos despacio —le digo, tratando de sonar firme pero también suave.Venco sonríe y se detiene, su mirada aún llena de deseo.—Es verdad —dice—, pero es que contigo se me hace muy difícil.Se tira a mi lado y quedamos los dos viendo hacia el techo.—No creas que voy a