BREENSentí cómo todo mi mundo se caía a pedazos, y mi estómago se retorció al saber que todo estaba perdido. Ya no hay escapatoria, Stan es leal a su jefe y, por supuesto, jamás aceptará ayudarnos. Sin embargo, sus palabras nos sorprendieron.—Los sacaré ahora mismo de aquí, Hugges sabrá qué hacer. Acosta me pidió llevarte hasta este punto —, señaló el punto en un mapa, del cual, no tenía la menor idea—. De ahí en adelante, él se hará cargo de ti.—Pero ¿qué pasará con Acosta? ¿Él estará bien?—Él sabrá arreglárselas, solo quedan seis hombres, pero sinceramente, dudo que puedan con él —se burló.—¿Y tú? Cuando Daniel sepa que lo traicionaste, ¿qué es lo que te hará? —pregunté. Estos hombres prácticamente están dando su vida por mí, lo menos que puedo hacer es agradecerles.—No te preocupes por mí, Breen, yo me uniré a las filas de Brennan, una vez que todo esto termine. Estoy seguro de que, de Chaim, no quedará ni el polvo.Una vez que llegamos al punto donde Stan tenía que dejarnos,
DANIELNo debí haber confiado en nadie, debí haber hecho todo yo mismo, sin la ayuda de los que consideré mis aliados. Ahora me doy cuenta lo equivocado que estaba. Cuando nos encontrábamos de camino hacia el hangar, nos emboscaron rápidamente. Varios autos negros nos impidieron el paso, debido a lo que ya tenía planeado. No me preocupe demasiado, aunque pueden también perseguir el auto donde se encuentra Breen, pero sé que mis hombres la ayudarán. Esperé un momento dentro de mi auto, no quiero darles la ventaja de hacerles ver que me tienen en sus manos.Como nadie bajaba de los autos, tuve que hacerlo yo primero, pero antes, me comuniqué con mis hombres para que me cuidaran la espalda, en cuanto mis pies tocaron el asfalto las puertas de todos los autos se abrieron y todos los hombres que venían dentro de cada uno, bajaron, obviamente nos superaban en número, pero no dejaré de luchar hasta irme de aquí, porque Breen me espera.De los últimos dos autos, se bajaron en total seis homb
KELLENCuando le pedí ayuda a Alexander King, obviamente no se negó. Me debía un favor demasiado grande, cuando lo ayudé con algunas armas, para salvar a su hermana de manos de un jodido cabrón, así que, aunque no quisiera hacerlo, tenía que saldar su deuda. Clark, uno de sus socios y amigo, fue el que nos ayudó a entrar al sistema de Chaim. Tengo que admitir que es un maldito genio.Por eso nos dimos cuenta de que Breen ya sabía todo, sobre todos y cada uno de ellos, incluso los muy pendejos, se atrevieron a decirle algunas cosas el día que se reunieron y el cabrón de Chaim, lo permitió. Ahí mismo, nos dimos cuenta de que Hugges y Stan, ayudarían a Breen. Sin duda alguna, sabe cómo ganarse a las personas.Además de que Acosta nos pasaba los informes, nos pudimos enterar de muchas cosas más. Clark intervino el móvil de Chaim, por si surgía cualquier imprevisto, pero por suerte no lo hubo.King nos propuso esperarlo sobre la carretera donde pasarían los autos que los llevaban al hangar
ADAMFinalmente, llegó la hora de hacerlos pagar. Ahora mismo me encuentro con una sierra en mi mano, y los ojos bien abiertos de Hoyt, al no saber qué parte de su cuerpo es la que perderá primero.—Dime, Hoyt, qué parte de tu cuerpo quieres perder primero, porque puede que no la uses, pero la vas a extrañar, eso sí que te lo aseguro, dime —camine lentamente hacia él—. ¿Quieres que empiece con un dedo del pie o un dedo de la mano?—No, por favor, no lo hagas, te diré todo lo que sé —miré a Kellen, quien parecía estar aburrido de escuchar las mismas palabras—. Les diré todo lo que sé, pero por favor no lo hagan.—Bien, habla —anunció Kellen con impaciencia.—Lo haré, si prometen que… —Lo callé, dándole un golpe en el rostro.—Tú no estás en posición de exigir una mierda, si no vas a hablar no lo hagas, pero no nos hagas perder el tiempo —miré a Acosta, quien se encontraba con nosotros dentro. Con una simple mirada le pedí que le sostuviera el brazo— no creo que de ahora en adelante vay
KELLENPero como siempre, el pendejo de Adams tenía que cagarla abriendo su maldita boca. En verdad quería callarlo de un golpe, pero esa pelea, le pertenece a Tatyana; por ahora, ya nos tocará terminar lo que ella empiece.—Yo no te causé ningún daño, tú accediste a hacer todo… —volvió a abofetearlo.—¡No lo hiciste! —habló entre dientes—. Tú eres el causante de todas mis malditas desgracias, eres el causante de mis pesadillas, de mis peores días, de todo, absolutamente de todo, y te juro que te haré pagar por cada una de ellas —gritó.—¿Cómo quieres empezar, Tatyana? —pregunté y ella sonrió malévolamente. Había visto muchas sonrisas de su parte, pero ninguna como estás— dime lo que necesitas para poder proporcionártelo—. Ella asintió.—Únicamente necesito una navaja, preferentemente que no tenga filo, quiero que sienta cada corte, quiero que sufra mientras le corto la polla, quiero que sienta lo que es perder los más valioso que tiene, tal y como yo perdí mi dignidad como mujer —ase
BREENLa noche en que cambió mi vida por completo aún no logró superarla por completo. He aprendido a lidiar con ese suceso, más no he podido olvidarlo y ser feliz. Tengo muchos demonios que aún me siguen persiguiendo y temo que, debido a ello, me quedaré sola por el resto de mi vida.10 años antes…Me encontraba más feliz que nunca. Una etapa de mi vida estaba por concluir y otra por comenzar. Aunque mi mejor amiga, Amina y yo, tomaríamos rumbos distintos, ambas sabíamos que nunca nada podría separarnos. Eso, en realidad, es lo que al menos yo pensaba, pero todo estaba por tomar un rumbo bastante trágico en nuestras vidas. Estaba terminándome de arreglar para salir a una fiesta junto a ella. Amina ya me esperaba en el taxi, así que me despedí de mis padres y salí a su encuentro.—Déjame decirte, que esta noche te ves espectacular —bromeo Amina. —Sabes que solo voy a divertirme, no me interesa conquistar a nadie. Aún no me siento preparada —Amina puso los ojos en blanco.—Eres una a
ADAMA diario, me encuentro pensando en cada cosa que les haré a los hijos de puta que abusaron de mi hermana. No hay día que no lo haga, sé que disfrutaré hacerles pagar cada lágrima que derramó y que sigue derramando.Además, cuento con el apoyo y la ayuda de un gran hombre, llamado Kellen Brennan, que en poco tiempo se convirtió no solo en un socio, sino en un gran amigo y hermano. Él, al igual que yo, se encuentra en la misma situación. Desea venganza.10 años antes…Escuché cómo se cerraba la puerta de un auto. Supuse que se trataba de Breen, quien no tenía idea de que me encontraba en casa, para acompañarla el día de mañana en su gran día.Ella daría un pequeño discurso para su generación y, aunque le mentí, diciéndole que no podía acompañarla, sé que rápidamente se le pasaría el enojo al saber que era una pequeña mentira.Abrí la puerta de golpe con una enorme sonrisa en el rostro, pero esta rápidamente desapareció al ver el estado en que se encontraba.Su rostro magullado con e
BREENAmina se encontraba frente a mí, con la mirada perdida y su cuerpo cubierto por sangre. Ella me pedía que la ayudara, pero yo no podía hacer nada. Mientras intentaba hacerlo, sentía cómo se le iba la vida cada vez más rápido.Aquellos hombres se encontraban detrás de ella, tocándola mientras yo solo miraba. Trataba de moverme, pero ese hombre, me sostenía con una fuerza descomunal y me hablaba al oído. Describiéndome lo que le estaban haciendo a ella, con una risa siniestra.—No me dejes morir —fueron sus últimas palabras, antes de cerrar los ojos para siempre.Desperté dando un grito de agonía, con lágrimas en los ojos y completamente bañada en sudor, me senté en medio de la cama, prendí la lámpara de noche y subí mis rodillas hasta que tocaron mi pecho, mi cabeza colgaba entre ellas y abracé mis piernas con mis brazos, imágenes de aquella noche fatídica, mezcladas con el sueño que acababa de tener, no hacía más que agravar toda mi situación.Hacía bastante tiempo, que no soñaba