JAMÁS SABRÁS LA VERDAD

KELLEN

Pero como siempre, el pendejo de Adams tenía que cagarla abriendo su maldita boca. En verdad quería callarlo de un golpe, pero esa pelea, le pertenece a Tatyana; por ahora, ya nos tocará terminar lo que ella empiece.

—Yo no te causé ningún daño, tú accediste a hacer todo… —volvió a abofetearlo.

—¡No lo hiciste! —habló entre dientes—. Tú eres el causante de todas mis malditas desgracias, eres el causante de mis pesadillas, de mis peores días, de todo, absolutamente de todo, y te juro que te haré pagar por cada una de ellas —gritó.

—¿Cómo quieres empezar, Tatyana? —pregunté y ella sonrió malévolamente. Había visto muchas sonrisas de su parte, pero ninguna como estás— dime lo que necesitas para poder proporcionártelo—. Ella asintió.

—Únicamente necesito una navaja, preferentemente que no tenga filo, quiero que sienta cada corte, quiero que sufra mientras le corto la polla, quiero que sienta lo que es perder los más valioso que tiene, tal y como yo perdí mi dignidad como mujer —ase
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP