Ana Sofía respiró profundo ante la petición de su hermano, no era tonta para no darse cuenta de que su cambio de actitud era solo por interés y temporal, una vez que lo ayudara seguiría siendo la misma persona desagradable de siempre, sin embargo, también era cierto que ella había trabajado mucho por la empresa de su familia, y era inevitable que le preocupara su futuro. Iba a responder cuando de nuevo escuchó a su hermano.—Por favor, Ana Sofía, si cancelan esos contratos mis ingresos disminuirán drásticamente, tengo serios conflictos con Solángela, si a los ya existentes, les sumo esto, voy a perder mi matrimonio —habló su hermano en tono suplicante. Ana Sofía no pudo evitar emitir un bufido, porque si fuese por las palabras de su hermano estaría muy lejos de convencerla, todo lo contrario, le quitaban cualquier deseo de ayudarlo, porque para nadie era un secreto la clase de arpía que era esa mujer, porque a pesar de tener talento para las negociaciones, cuando ella cerraba un buen
Cuando Erasmo la vio salir, dejó de burlarse y supo que debía detenerla, porque de lo contrario estaría en grandes problemas y cuando su padre regresara y se diera cuenta de la crisis que se desató en la empresa a menos de cuarenta y ocho horas de su ausencia, iba a arder Troya, salió corriendo detrás de ella, y la sostuvo por el brazo para evitar que se fuera.—Discúlpame hermanita, por favor no te vayas… —tragó grueso, mientras le rogaba que no se fuera—. Solo me causó mucha risa el hecho de que pensaras que Benjamín podría ser la persona que te ayudó, no diré nada más en contra de él, pero no me dejes solo en esto.Ana Sofía sintió cierta satisfacción al verlo rogando, y no quería ceder de manera tan fácil a su petición, por eso trató de evadir hacerlo y le resultó.—¿Por qué me necesitas a mí? Tú eres un hombre muy competente, deberías ir hasta la sucursal de CSG en esta ciudad, pedir una entrevista con el gerente regional, y plantearle tu situación, seguramente revisará el caso,
El pequeño Alejandro, la miró con seriedad, como si no le gustara lo que estaba haciendo Liana, entretanto, Ana Sofía se quedó viendo a la mujer con sospecha, por un momento los engranajes de su cerebro empezaron a activarse, incluso mil escenarios pasaron por su cabeza y múltiples preguntas, «¿Cómo conoce a Alejandro? ¿Por qué le habla con tanta confianza?», luego recordó que había llevado a Benjamín a la casa y algunas dudas se despejaron.—Señorita Liana, ¿Qué tema de conversación tendríamos nosotras? —interrogó Ana Sofía con sospecha.—Disculpe, no crea que existe alguna mala intención, solo quería hacerme su amiga, como Benjamín es mi amigo —respondió ella con aparente tranquilidad—. Por cierto, ayer lo vi en Wollemia, en el velorio del abuelo de los Grey ¿No le dijo nada? —inquirió.—¿Qué amistad puede tener usted con mi marido si no son del mismo círculo? Él es solo un hombre corriente, que se dedica a estar en la casa y hacer oficios del hogar, que aprendió jardinería y cuidad
Ante el silencio de Ana Sofía, los otros siguieron hablando en la mesa y despreciando a Benjamín.—Espero que no creas en él ¿Qué capacidad va a tener un hombre de su posición en traer a una eminencia en el campo de la medicina como el doctor Joan Terrab? —mencionó Jannin con saña.—¿Posición? ¿Qué posición tiene Benjamín? A menos que sé la del subsuelo —expresó con burla Tulio, ante la carcajada general de todos.—No es por presumir, pero ahora solo dos personas tenemos la capacidad de hacer mover al doctor Terrab y yo lo estoy haciendo para devolverle la belleza a Ana Sofía, porque quiero hacerla mi esposa —pronunció Preston con cierto aire de prepotencia que no pasó desapercibida para la chica.La aludida se quedó callada, mientras en su interior rogaba porque en verdad al día siguiente, Benjamín pudiera regresar con el doctor y callarle la boca a todos, no había nada que deseara más, estaba cansada de las constantes burlas, humillaciones, no se creía capaz de seguir soportándolas.
Benjamín no pudo evitar que su cuerpo se tensara, al escuchar a su cuñado, sin embargo, consideraba, que no tenía que darle ninguna explicación a ninguno de ellos, no valía la pena, solo eran unos idiotas queriendo demostrar que eran mejores a alguien a quien consideraban humilde, no digno de ellos, seguramente si se llegase a presentar con su verdadera identidad, se arrastrarían frente a él.—¿Vas a tener esperándonos toda la noche? ¿Dónde está el médico que quedaste en traer? ¿Acaso lo cargas en el bolsito roto que usas como equipaje? ¿o en el bolsillo de tu pantalón? —se burló Tulio, entretanto todos se reían a carcajadas.—Solo eres un mentiroso, quieres darte ínfulas de importancia, ¿A quién pretendes engañar prometiendo cosas que no vas a cumplir? —expuso molesto el padre de Ana Sofía.—Aparte de pobre, feo, inútil, también resultaste ser un charlatán —expuso Estela con desprecio.—¡Ya basta! Ninguno de ustedes tiene derecho a poner en tela de juicio o a cuestionar a Benjamín, p
Ana Sofía insistió en llevarlo al aeropuerto, aunque Benjamín, no quería que lo hiciera por miedo a que terminara descubriéndolo, no le quedó otra opción. —Está bien esposa, ya estoy listo —manifestó tomando el bolso que le preparó su esposa, lleno de la ropa nueva que ella empeñó en comprarle luego de darse cuenta de que eran poco las prendas que tenía. Comenzaron a realizar el recorrido en completo silencio, Ana Sofía lo prefirió así, no podía dejar de preocuparse porque temía que Benjamín no estuviera para el día de la operación, y «¿Si el médico no llegaba? ¿Y si Benjamín solo quiere deshacerse de mí?» las preguntas la incordiaban, causándole una sensación de amargura y de inquietud. Benjamín se dio cuenta de su preocupación y de las diversas expresiones que reflejaban su rostro. —Ana Sofía deja de hacerte vueltas en la cabeza, te prometí estar aquí y lo haré. Al llegar al aeropuerto ambos se despidieron, esperaba que Ana Sofía, luego de dejarlo, se fuera para poder caminar
Ante la petición del hombre, todos se sorprendieron, y se quedaron viéndolo sin pronunciar palabra, pero antes de que Benjamín pudiera hablar con él, salió Genaro a recibirlo. —¿Acaso es usted el doctor Joan Terrab? —interrogó el hombre frunciendo el ceño con incredulidad. —Muchos gusto, soy yo, he venido a operar a la señora Ana Sofía Grey —manifestó el médico y el padre de la chica lo corrigió. —Si es mi hija, Ana Sofía Celedón, ¿Me imagino que lo trajo Philips Preston? —interrogó el hombre queriendo humillar a Benjamín? Por eso no esperó respuesta del doctor, sino que dio por sentado de que era cierta su conjetura e iba de parte de Preston. Ninguno, a excepción de Benjamín, se dio cuenta de que este estaba tratando de salir antes de que el doctor pudiera desenmascararlo, sin embargo, caminar hasta la puerta, no era tarea fácil porque tendría que pasar por el medio de todos. Mas, queriéndose librar lo más pronto de todo, lo intentó. —Bueno, yo me voy, Ana Sofía, espero te recupe
Ana Sofía no creyó que su padre a la primera oportunidad, iba a presionarla para dejar a Benjamín, cuando hizo un trato de dejarlos en paz si él conseguía llevar al doctor, su actitud la decepcionó, porque de toda su familia, su padre a pesar de todo, era quien mejor la trató, de hecho antes de lo sucedido con su rostro, la protegía y cuidaba en exceso, llegó a ser la niña de sus ojos, sin embargo, desde ese incidente en el cual perdió su belleza, cambió un poco y se convirtió en una persona severa e intolerante, y ahora pretendía volver a utilizarla para unir a los Celedón con familias ricas.—Papá me tienes sorprendida con tu actitud, nos diste tu palabra de que si Benjamín traía el doctor no te meterías con nosotros y ahora estás aquí queriéndome chantajear para lograr divorciarnos, si deseas que nosotros nos vayamos de tu casa y quieres hacer todo lo que acabas de decir, entonces adelante, yo no voy a ceder ante tu chantaje, te amo papá, pero no voy a permitir que dirijas mi vida