Ana Sofía insistió en llevarlo al aeropuerto, aunque Benjamín, no quería que lo hiciera por miedo a que terminara descubriéndolo, no le quedó otra opción. —Está bien esposa, ya estoy listo —manifestó tomando el bolso que le preparó su esposa, lleno de la ropa nueva que ella empeñó en comprarle luego de darse cuenta de que eran poco las prendas que tenía. Comenzaron a realizar el recorrido en completo silencio, Ana Sofía lo prefirió así, no podía dejar de preocuparse porque temía que Benjamín no estuviera para el día de la operación, y «¿Si el médico no llegaba? ¿Y si Benjamín solo quiere deshacerse de mí?» las preguntas la incordiaban, causándole una sensación de amargura y de inquietud. Benjamín se dio cuenta de su preocupación y de las diversas expresiones que reflejaban su rostro. —Ana Sofía deja de hacerte vueltas en la cabeza, te prometí estar aquí y lo haré. Al llegar al aeropuerto ambos se despidieron, esperaba que Ana Sofía, luego de dejarlo, se fuera para poder caminar
Ante la petición del hombre, todos se sorprendieron, y se quedaron viéndolo sin pronunciar palabra, pero antes de que Benjamín pudiera hablar con él, salió Genaro a recibirlo. —¿Acaso es usted el doctor Joan Terrab? —interrogó el hombre frunciendo el ceño con incredulidad. —Muchos gusto, soy yo, he venido a operar a la señora Ana Sofía Grey —manifestó el médico y el padre de la chica lo corrigió. —Si es mi hija, Ana Sofía Celedón, ¿Me imagino que lo trajo Philips Preston? —interrogó el hombre queriendo humillar a Benjamín? Por eso no esperó respuesta del doctor, sino que dio por sentado de que era cierta su conjetura e iba de parte de Preston. Ninguno, a excepción de Benjamín, se dio cuenta de que este estaba tratando de salir antes de que el doctor pudiera desenmascararlo, sin embargo, caminar hasta la puerta, no era tarea fácil porque tendría que pasar por el medio de todos. Mas, queriéndose librar lo más pronto de todo, lo intentó. —Bueno, yo me voy, Ana Sofía, espero te recupe
Ana Sofía no creyó que su padre a la primera oportunidad, iba a presionarla para dejar a Benjamín, cuando hizo un trato de dejarlos en paz si él conseguía llevar al doctor, su actitud la decepcionó, porque de toda su familia, su padre a pesar de todo, era quien mejor la trató, de hecho antes de lo sucedido con su rostro, la protegía y cuidaba en exceso, llegó a ser la niña de sus ojos, sin embargo, desde ese incidente en el cual perdió su belleza, cambió un poco y se convirtió en una persona severa e intolerante, y ahora pretendía volver a utilizarla para unir a los Celedón con familias ricas.—Papá me tienes sorprendida con tu actitud, nos diste tu palabra de que si Benjamín traía el doctor no te meterías con nosotros y ahora estás aquí queriéndome chantajear para lograr divorciarnos, si deseas que nosotros nos vayamos de tu casa y quieres hacer todo lo que acabas de decir, entonces adelante, yo no voy a ceder ante tu chantaje, te amo papá, pero no voy a permitir que dirijas mi vida
Benjamín estaba tranquilo en su oficina revisando varios proyectos que desarrollaría CSG, cuando recibió la llamada de su asistente y casi sufre un infarto, las palabras de la mujer se repetían en su cabeza como una especie de mantra «¡La señora Ana Sofía está aquí!».—¡Mierd4! ¿Y ahora? —se preguntó en voz alta, no podía creer que él, un hombre de uno noventa de estatura, que durante toda su vida se había enfrentado a situaciones extremas, le temiera a una diminuta mujer. No obstante, era comprensible, no era cualquier mujer, era Ana Sofía, esa mujer parecía un agente del FBI, si llegaba a sospechar de que él era el heredero de los Grey, la iba a perder, porque ella no le aceptaría esa mentira, quizás si la recibía terminaría delatándose con su tono de voz, en un gesto «¿La recibo o huyo? ¿Corro el riesgo? Puede no reconocerme ¿Y si lo hace? Mejor es que digan, aquí huyó que aquí quedó» Nervioso, como estaba de enfrentarse y delatarse ante Ana Sofía, salió corriendo hacia la habitac
La gerente, a pesar de las indicaciones de la asistente, hizo caso omiso, entró a la sala de reuniones con una actitud para nada amigable, su rostro daba la impresión que estaba comiendo alguna fruta ácida, quizás un tamarindo o chupando un limón. Ana Sofía y Benjamín, como no les dijeron que se sentaran, permanecieron de pie, eso causó más irritación en la mujer. Miró Ana Sofía de arriba abajo y aunque la encontró muy hermosa, ese hecho la molestó más, porque la chica irradiaba perfección, después dirigió la mirada al marido y se burló, mirándolo con desprecio. —Si la reunión era con usted como representante de las empresas Celedón, ¿Para qué trajo al obrero, chofer, Jardinero… bueno lo que sea? Debería salirse y esperar afuera. Señor, ¡Salga de inmediato de esta sala! —pronunció, sintiendo satisfacción en humillar al hombre, porque veía que eso alteraba a la mujer.—¡Es usted una grosera! ¿Cómo se atreve a tratarnos de esa manera? ¿Quién se ha creído? —espetó indignada Ana Sofía.
Benjamín y Ana Sofía se miraron a la cara, ella no quería decir que le hicieron una propuesta solo para ella, para no generar incomodidades en la familia, suficiente tenían a estas alturas con los constantes señalamientos, peleas y discusiones para agregar un nuevo motivo para que los siguieran odiando. Los vio por un par de segundos y suspiró con pesar.—Ellos no quieren seguir contratando con nosotros, pretenden encontrar otra empresa, que proponga materiales de mejor calidad y la ejecución de los proyectos en menor tiempo, lo siento mucho —dijo la chica y caminó hacia la salida.Sin embargo, su padre siguió insistiendo, sosteniéndola por el brazo.—Dime Ana Sofía, ¿Te reuniste con el mismo BGrey? —indagó su padre.Por segundos, ella pensó si decirle la verdad o si ese hecho, supondría alguna diferencia para él, al final terminó diciéndole la verdad.—No, el presidente tuvo algo importante que hacer y designó a Sirio Robert, su asistente, para atendernos.—Entonces no tiene validez
Los Celedón empezaron a organizar la fiesta, Genaro no perdió oportunidad de botar la casa por la ventana, es decir, derrochando no solo buen gusto, sino excesivo lujo, los más costosos entremeses, platos exóticos, las mesas, centro de mesas, mantelería, en fin no había un solo detalle sencillo, todo era ostentoso, extravagante, con eso quería demostrarle a la sociedad de Villa Madera que su familia no estaba acabada y que los rumores sobre el estado precario de sus finanzas, no eran ciertos, pues nadie pensaría que una familia a punto de arruinarse celebraría una fiesta de semejante magnitud. Así se fue divulgando en toda la ciudad e incluso en todo el país, la unión de los Celedón con una de las familias más importante del país, sin embargo, no daban detalles de las personas que se comprometerían, las redes sociales y diarios indicaba «Unión poderosa entre los Anderson con los Celedón, a través de un compromiso matrimonial, entre dos miembr0s importantes de sus familias», eso hizo
Benjamín observaba atento la expresión de Paolo mientras revisaba los resultados de la investigación, su rostro palideció, aunque intentó simular el temor que estaba sintiendo.—¿De dónde has sacado esto? ¿Te lo has inventado? ¿Cómo conseguiste este informe? —habló el hombre asustado.—¿Por qué? Porque cada investigación que se hizo tú la saboteabas para que no se pudiera saber el nombre del responsable. Que planificaste todo porque sabías que ese día tu padre te iba a comprometer con Ana Sofía, quien a pesar de ser inteligente y hermosa, no te interesaba porque tenías una relación con Melissa, la invitaste a comer a un restaurante y le contaste a ella sobre las intenciones de tu padre, ella cayó en la locura… en el mismo momento para apaciguarla le dijiste que no te importaba Ana Sofía, que si es por ti podrías desfigurarle el rostro y así fue como ella se le ocurrió lo del ácido. »Fuiste tan tonto que enviaste a uno de tus propios trabajadores a adquirirlo y lo cambiaste de ciudad,