Su mirada se mantiene fija en los movimientos que hacen los caballos al moverse de un lado a otro dentro del redondel. Mientras le da una calada a su cigarrillo, Inna observa cómo aquellos hermosos ejemplares trotan de un lado a otro, sus crines danzando al viento mientras los peones gritan órdenes y se ríen entre sí. El bullicio evita que el espacio caiga en un silencio asfixiante, pero no logra apartar los pensamientos que martillean de forma incesante en su cabeza.Poco a poco el cigarrillo se consume entre sus dedos. Dejando escapar un pesado suspiro, Inna lo lleva a sus labios y da una larga calada, dejando que el humo escape de su boca en una espiral perezosa, su idea original era que aquello le ayudará a relajarse, pero en realidad ni siquiera eso le sirve para disipar el torbellino de ideas y emociones que la consumen.Con paso lento, Arman se acerca desde el interior de la casa, su presencia marcada por el crujir de la madera bajo sus botas. Al notar el cigarrillo en la mano
La tarde en la hacienda se llena de una luz cálida y dorada mientras Inna y Layeska se encuentran caminando por los senderos cercanos a la hacienda, disfrutando de un momento tranquilo. Layeska sostiene una manzana a medio comer en sus pequeñas manos, aunque su atención no está completamente puesta en el paseo ni en la manzana. Su mirada cada tanto se fija en Inna, y aunque en un principio, la mayor intenta hacerse la desentendida, no puede evitar notar que hay algo que claramente está preocupando a la pequeña.Después de caminar unos metros más, finalmente Layeska deja las dudas a un lado y se atreve a preguntar lo que le preocupa.—Inna, ¿por qué tú y papi están enojados?La pregunta llega tan directa como solo un niño puede ser, y sería una mentira decir que Inna se sorprende por escucharla. Pero, aun así, sí se toma un segundo para encontrar una respuesta adecuada a la duda de Layeska. Su mirada recae por un momento en los ojos curiosos de Layeska, y al notar el rastro de preocupa
Sentada frente al tocador de su habitación, Inna mira su reflejo en el espejo con una expresión serena. La luz tenue del sol filtrándose a través de la cortina de la ventana abierta, crea sombras suaves en las paredes, y el leve murmullo del viento fuera de la ventana apenas interrumpe el silencio que domina el espacio. Frente a ella, el pequeño frasco de crema que utiliza cada mañana permanece abierto, pero su mano se detiene antes de aplicarlo por completo cuando escucha un pequeño jadeo provenir de su cama. A través del espejo, su mirada se desvía hacia allí y observa Layeska duerme plácidamente, con la respiración acompasada y las mejillas sonrojadas por el calor de las mantas mientras deja salir bajo jadeos y frunce ligeramente su seño. Por un momento ella no puede evitar preguntarse qué estará soñando.El reflejo de la pequeña hace que su pecho se llene de una dulce tibieza, mientras que una sonrisa se instala en su rostro. Por un momento la imagen de la niña trae de vuelta a s
Inna se encuentra sentada en la silla frente al escritorio de Dmitry, sus dedos tamborilean suavemente contra la madera del posa brazos mientras sus ojos permanecen clavados en la carpeta que el peli negro dejó estratégicamente colocada en una de las esquinas del escritorio. El aire en la habitación está cargado de tensión, y el silencio se alarga cada vez más mientras la mente de Inna trabaja a toda velocidad, tratando de decidir cuál será su próxima palabra.Dmitry, de pie frente a ella, mantiene una postura rígida, sus brazos cruzados y la mirada fija en el rostro de Inna. No muestra remordimiento por haber sido descubierto con aquella carpeta en su poder, ni tampoco vacilación. Es por eso mismo que no tiene ninguna premura en comenzar a hablar, por el contrario, su expresión dice que está esperando que ella dé el primer paso. Finalmente, después de los que parecen minutos interminables Inna decide romper el silencio, pero al hacerlo su tono sale frío y cortante.—¿Cómo te atrevist
Dimitri puede sentir como su corazón se hace cada vez más y más pequeño dentro de su pecho, haciendo complicado el poder respirar. Imaginar a Anastasia tendida inconsciente sobre la cama de un hospital es una idea que rompe su alma.—Aquella noche, Andrei cambió todas las guardias, para que de esta manera Olia fuera la única enfermera asignada a ese piso…༻ RUBLYOVKA - MOSCÚ ༺༻ SEIS AÑOS ATRÁS ༺El silencio de la clínica a esas horas de la madrugada es casi opresivo si no se está acostumbrado a él. Llevando una bandeja de metal en sus manos, Olia recorre el largo pasillo mientras cumple con su ronda nocturna. Sus pasos resuenan levemente, rompiendo con la quietud de la noche. Quien nunca antes la haya visto llevar una de sus rondas, podría decir que Olia camina con el porte elegante de quien está acostumbrada a largas noches de vigilia, pero, aquellos que la conozcan bien, no podrían pasar por alto la ligera tensión presenten en sus hombros, misma que no logra disimular del todo.De
Dmitry se encuentra prácticamente hundido contra la silla, misma que por primera vez en todo este tiempo le parece demasiado estrecho para su cuerpo y no hace sino incrementar su sensación de opresión. Su respiración se ha tornado profundamente pesada y sus ojos se muestran cargados de un mar de emociones contenidas.En esos largos minutos, ha escuchado cada palabra de la historia de Inna con el corazón encogido, tratando de procesar lo que ella le ha contado, mientras las imágenes de Anastasia en una cama de hospital, inconsciente y convulsionando se reproducen en su mente.—¿Esa es la verdad? —pregunta con la voz rota, incapaz de ocultar el temblor en sus palabras—. Si lo que dices es cierto, entonces ¿Dónde está Anastasia?Inna no responde de inmediato. Mira a Dmitry con una expresión neutral, pero sus ojos delatan el dolor que, al igual que él, está intentando ocultar. Tomándose un momento para respirar profundamente, Inna controlar su propio quiebre emocional antes de atreverse a
༻ HACIENDA ROMANOVSKAYA ༺ El padre Artem trata de controlar el temblor de sus manos, aún cuando esto resulta en un intento inútil, ya que apenas y logra sostener la taza de té que la sirvienta ha colocado frente a él. Sus dedos se aferran al fino borde de porcelana, pero los movimientos espasmódicos hacen que el líquido se derrame ligeramente en el platillo. Acomodada en el sofá como si toda la situación fuera un espectáculo tedioso, Lena observa la escena con una mezcla de disgusto y aburrimiento ante el pánico que se refleja en la mirada del clérigo. Nikolay, por su parte, también opta por quedarse reclinado en su sillón favorito, su postura relajada contradice el profundo terror que emana del tembloroso cuerpo del sacerdote. —Vamos padre, no deberías preocuparte tanto por una simple tontería —dice Nikolay finalmente, rompiendo el pesado silencio con su voz suave pero qué se encuentra totalmente cargada de una ironía que no intenta disimular—. Pensé que ya habíamos hablado de e
༻ DESPACHO DE DMITRY ༺ El ambiente en el despacho es denso, y el aire que se respira es bastante pesado, Y es que después de las palabras dichas por Inna minutos antes, para cualquiera de ellos dos es bastante complicado poder actuar como si nada. Inna se encuentra nuevamente sentada frente a Dmitry, su postura es totalmente rígida, tan a acartonada que facilmente podría pasar por una figura de sera. Su mirada, ahora vidriosa por las lágrimas derramadas, se encuentra fija en él, pero sin encontrar realmente sus ojos. Dmitry, por su parte, permanece inclinado hacia atrás en su silla, con los codos apoyados en los brazos del asiento y los dedos entrelazados sobre su pecho, en un intento de proyectar una calma que claramente no siente. Visto desde fuera, cualquiera podría decir que ambos están envueltos en un silencio incómodo, pero la realidad es que cada uno de ellos tiene todas sus emociones vivas a flor de piel, y la vulnerabilidad que sienten no les permiten razonar el como ac