—Supongo que ahora todo debería ser más fácil —comenta Inna con tono casi risueño mientras camina al interior de la casa siendo seguida de cerca por Dmitry.Manteniéndose tras de ella, Dmitry nota como se encuentra usando un tono similar al que utilizó con los empleados de la hacienda, y eso le desagrada, odia que las personas crean que pueden tratarlo como un tonto.—¿Por qué mentiste? Al escuchar su pregunta, Inna se detiene y se vuelve para mirarlo, su ceja levantada con curiosidad mientras busca entender a que se refiere. —¿Mentí? —pregunta, inclinando ligeramente la cabeza, su tono genuinamente confundido, pero no por ello dejando de lado el leve tono manipulador que comienza a exasperar a Dmitry. Dmitry avanza un par de pasos, su mirada fija en ella, casi como intentara dejarle en claro lo peligroso que es jugar con su paciencia. Durante unos segundos, el silencio entre ellos se vuelve pesado. —Sabes bien a lo que me refiero —dice finalmente, con un leve gruñido en su voz—. N
༻ 1 MES DESPUES ༺—¿No te cansas de insistir? —pregunta mientras observa brevemente a Layeska. La niña le regresa la mirada con unos ojos de cachorro que convencerían a cualquiera. O a casi cualquiera.—Será solo ésta vez, lo prometo—dice, para luego hacer un puchero que enfatice u ternura—. Por favor, por favor, por favor.—Layeska— Dmitry cierra el libro de cuentas y fija la mirada en su hija, dándole ahora sí toda su atención—. Siempre he sido yo quien va a todos tus eventos, ¿por qué quieres que sea diferente ahora?—Porque las mamis no pueden jugar contra ti—se queja en tono infantil mientras acentúa su puchero—, y pues yo…yo… yo quiero poder estar en la carrera de madre e hijas—confiesa en tono bajo, casi como si temiera la reacción de su padre, aun cuando sabe que este nunca se enfadará con ella.Ante las palabras de Layeska, Dmitry se queda en silencio, sintiendo como un pesado nudo se instala en su pecho, aunque no le guste admitirlo, sabe que su pequeña tiene un vacío que no
༻ RUBLYOVKA - MOSCÚ ༺—Ya le dije que esa es una información que no puedo darle— son las palabras de la enfermera, mismas que son acompañadas de un bufido de molestia—. Le agradecería que deje de insistir o de venir, puedo perder mi trabajo debido a ello.Tras esas palabras, la mujer busca pasar de largo a Grigori, pero el hombre, no se lo permite, imponiendo sus dos metros y su cuerpo fornido ante la mujer.—Y una vez más le repito que no tendrá ningún problema, por el contrario, sabré agradecer como es debido por su colaboración— son las palabras con las que rebate la negativa de la mujer.—Puedo ver que usted no entiende el significado de la palabra “ética” —expresa con aun mayor molestia.—Al contrario, se siente bien encontrar a alguien que lo tenga. Pero como se lo expliqué antes, es sumamente importante para mi encontrar respuesta a mi pregunta.La mujer nuevamente deja salir un bufido de molestia, sujetando mejor el café en su mano termina viendo a todos lados antes de termina
༻ ABRAU DURSO ༺La tensión entre Inna y Dmitry es realmente fácil de notar. Mientras ambos permanecen en el redondel, ninguno dice algo que pueda romper el silencio, aun cuando para ambos es incómodo. Inna, se mantiene recargada contra las barandas, mientras, mira de reojo al pelinegro que, aunque no lo admite, es claro que está aún más molesto de lo que inicialmente se atrevió a mostrar.Por su parte, Dmitry mantiene su postura firme, los brazos cruzados sobre el pecho y su ceño ligeramente fruncido mientras se encuentra de pie a unos tres metros de Inna, su expresión y su postura lo hacen parecer una estatua imponente y poco accesible. Inna respira profundamente, tratando de encontrar las palabras adecuadas para comenzar su disculpa y calmar el ambiente. —Mira, Dmitry, creo que… —comienza, pero las risas emocionadas de Layeska interrumpen su intento de disculpa. Ambos se giran hacia la pequeña, quien regresa al redondel montada sobre el pequeño pony. Oscar, camina a su lado, guia
༻ RUBLYOVKA - MOSCÚ ༺༻ 10:45 PM༺A esa hora, la cafetería está medio vacía, el murmullo de las conversaciones apenas logra romper el silencio cómodo del lugar. Grigori se encuentra sentado en una mesa junto a la ventana, con una taza de café frente a él y su teléfono en la mano. Mira su reloj por tercera vez en cinco minutos: las agujas marcan un cuarto para las once, para ese momento, la enfermera debería haber llegado hace media hora. A pesar de su habitual paciencia, para ese punto, Grigori ya comienza a inquietarse. Jugando con la cuchara de café, la gira dentro de la taza, tratando así de distraerse mientras mantiene la vista fija en la puerta de entrada. Pero tras un par de minutos más de espera, finalmente, la figura de la mujer aparece.La enfermera entra en la cafetería con pasos apresurados, mirando a su alrededor con nerviosismo antes de dirigirse a la mesa de Grigori la espera. —Lo siento por el retraso —dice mientras se sienta frente a él, no es difícil notar la agitac
༻ ABRAU DURSO ༺ ༻ 11:11 PM ༺ La noche ya ha caído completamente sobre la hacienda, y el único sonido que rompe el silencio es el eco distante de los truenos que anuncian una tormenta próxima. Dmitry toma aquello como su señal de salida, por lo que cierra el libro de control, dejando el bolígrafo sobre la mesa con un gesto totalmente automático. Ese día sí que lo ha sentido como el de una larga jornada, así que el cansancio comienza a hacerse presente en su cuerpo. Sin embargo, se toma un momento para recostarse en la silla y cerrar sus ojos, permitiéndose así un momento de tranquilidad. Cuando siente que el sueño está comenzando a ganarle, abre sus ojos y se levanta de la silla, apagando las luces de la oficina antes de salir al pasillo principal. No le sorprende encontrarse con los corredores totalmente vacíos, solo iluminados solo por las lámparas que cuelgan a lo largo de las paredes, proyectando sombras suaves que se alargan con cada parpadeo de las luces. Debido a la soledad
Aquella petición toma a Dmitry por sorpresa, su mirada se clava en la imagen indefensa de Inna recostada sobre su cama, su cuerpo contraído tanto como puede, su mano tomando su muñeca con fuerza, sus ojos llenos de lágrimas y su mirada suplicante. Dmitry no dice nada y solo se termina se mueve para poder tomar asiento en la cama, apoyando su espalda contra el cabecero de la cama y abrazando a Inna contra su pecho.Ninguno sabe decir cuánto tiempo exacto pasan en esa posición, pero la entrada de la Tania les indica que es el suficiente como para que la mujer pudiera preparar el té para los nervios que Dmitry le pidió. Acercándose a la cama, la mujer no dice nada cuando ve la posición en la que se encuentran Dmitry e Inna, solo se limita a extender la bandeja y es Dmitry quien, con su brazo libre, lo extiende para tomar la taza humeante y acercarla a Inna, pero ella solo sigue con su rostro escondido contra su pecho.—Toma un poco—dice mientras intenta separar a la pelinegra de su pecho
El sol se filtra débilmente a través de las cortinas de la habitación, bañando el espacio con una luz tenue pero cálida, casi como si la fuerte lluvia de la noche anterior no hubiera existido. Inna abre los ojos lentamente, sintiendo el peso del cansancio aún aferrado a su cuerpo. Una punzada leve en su cabeza le hace fruncir su seño, y mientras lleva una mano a su frente, se sienta al borde de la cama, sus pies descalzos tocando el frío suelo de madera. Cerrando los ojos nuevamente, trata de ordenar sus pensamientos en medio de la bruma de su despertar.De pronto, una imagen llega a su mente, nítida y shokeante: ella, aferrándose con fuerza a Dmitry, su rostro escondido contra su pecho, el miedo al pensar que la dejaría sola, su mano tomándole con fuerza mientras una súplica clara sale de sus labios "No me dejes… por favor”, escucha en su mente, y una maldición escapa de sus labios.—Carajos… —murmura, llevándose ambas manos a la cara.La sola idea de haber mostrado esa vulnerabilida