Los soldados descansan sobre el pasto, encienden un fogata, algunos atan los caballos a los árboles y les dan de beber. Él campamento se divide en dos, los pertenecientes del reino de Neria y los del reino de Garbet. Aunque hablaban entre ellos marcaban las distancias, era claro que son aliados, pero creían que así era mejor. En una tienda de acampar grande alumbrada por una lámpara estaban Charlie y Arthur hablando sobre el encuentro que él tendría con un viejo conocido. Un amigo de la infancia que hoy en día también había decidido apoyar a los rebeldes. Esta banda se originó luego de que él rey Francis luchara contra su tío que intentaba usurpar el trono. Dada la victoria del difunto rey, no faltaron los que no estuvieron de acuerdo y se opusieron e intentaron más adelante matarlo, pero siempre hubo una fuerza mayor que lo protegió contra toda mala intención, nadie sabía cómo lograba salvarse incluso de su más fiel servidor, pero se había vuelto de alguna manera de una forma intoc
Afuera de la tienda era un campo de batalla, sus soldados peleaban con seguridad. No había rastro de miedo en estos hombres. Arthur no pudo evitar sentirse orgulloso de su batallón, así que con orgullo empuñó la espada y la alzó lanzándose al primer rebelde que se cruzara en su camino. Los soldados a su alrededor lo notaron y pudieron sentirse menos ansiosos y preocupados por saber si su rey seguía con vida. —¡¡ARTHUR!! Charlie gritó con fuerza su nombre mientras montaba su caballo y a su paso cortaba las cabezas de sus enemigos. A pesar de que los ojos de su amigo reflejaban miedo de que le hubiera sucedido algo, sus manos no temblaban al tomar las riendas del caballo y blandir la espada. —¡Estoy vivo!...— Respondió cómo pudo, aún así su amigo lo escuchó y corrió a ayudarlo al verlo rodeado. Con agilidad Charlie degolló a tres y el restante fue asesinado por Arthur. Ambos se dieron la mano y sonrieron antes de alejarse y seguir peleando. —¡Soldados de Neria y Garbet, esta noch
Ya habían pasado tres días desde que Arthur se había marchado con los soldados, y Amalia se sentía un tanto angustiada. Su hijo de igual forma le preguntaba por si su padres estaría bien y cuando regresaría, pero ella no tenía respuesta a esas preguntas. Conocía muy bien a Arthur para saber lo impertinente que puede ser, y lo único que le quedaba hacer era rezar por su regreso. Amalia se sentó frente a su espejo, la criada peinó con cuidado mientras le comentaba que madres de familias nobles habían traído a sus hijas para que ocuparan el puesto como dama de compañía de la reina. Al parecer los nobles ya sabían que su dama de compañía Estela ya no estaba y ahora buscaban poder poner a sus hijas cerca de la reina, pero Amalia no sabe si debería confiar. Teme que nuevamente su madre esté detrás de esto de alguna forma, por lo que prefería pedirle a Wilfred una exhaustiva investigación de cada señorita. No quería volver a tener otra vigilante de su madre cerca. —Su majestad, la institut
¿Qué estaba haciendo ese hombre ahí? Esperaba que su repentina aparición se tratara de Arthur y no de la carta que había enviado, porque de ser así, no tendría tiempo para sus juegos. Aunque la forma en que lo mira lo dice todo, además de que está ahí en el campo de entrenamiento y no en el castillo con los demás, su aparición era más que clara. Al ser las cosas así, con toda decisión pasó por su lado ignorando cómo exigía que le diera una explicación.De reojo Wilfred pudo ver un papel en manos de Kyle, debía ser su respuesta nada agraciada para él. ¿Y es que, qué quería realmente este hombre? Había cortado los lazos entre ellos, esta insignificante ruptura no debería ser nada para Kyle, no es como si le importara el que ya no se fueran a acostar más. Porque estaba más que claro que a Kyle le sobraban amantes para atenderlo cada que le plazca, así que uno más o uno menos no hacía la diferencia.Desde la primera vez Kyle le había dicho que no debía haber sentimientos de por medio, que
Otra noche de tormento, la enfermedad de su padre solo empeoraba cada vez más. Los doctores no veían salvación alguna, lo único que dijeron es que debía prepararse para lo peor y con esto se referían a la muerte. El Rey Francis un hombre que fue un buen rey, siempre se preocupó por su pueblo y vio lo mejor para este. Cómo fue un buen rey, también fue un buen padre. Siempre estuvo pendiente de su hija y de que jamás se sintiera sola aunque el tuviera sus obligaciones, trataba de darle en el gusto a su hija en lo que fuera sin llegarla a malcriar y había hecho un buen trabajo el solo criándola, pues su difunta esposa murió en el parto. El amó y protegió a su hija enseñándole los valores de la vida, siempre fueron muy unidos, pero cuando él le mencionó el tema del matrimonio se distanciaron un poco. Sofía se negó objetando de que esa no era la vida que ella quería, no quería reinar y casarse con un desconocido. Su padre intentó calmarla diciéndole que sería Arthur, lo que empeoró todo...
¿Qué escapatoria había? Tendió su mano y Arthur colocó un anillo en ella, sus sueños se le escapaban de sus manos, vivir una vida llena de rutinas que no eran las que ella quería, vivir casada junto con un hombre que no podía amar, era algo que la estaba llevando al borde de la locura. -La boda será en un mes. -..._Sofía no dijo nada, en estos momentos no le importaba nada. Solo quería encerrarse en su habitación y de ahí no salir jamás, pero la vida no era como ella quería, aunque su padre haya muerto tendría que hacer los arreglos para la boda que absurdamente era en un mes, no había respeto en la muerte de su padre, un mes era muy poco tiempo después de la muerte de su padre, pero esto había quedado arreglado por su padre antes de morir. Cuando llegaron al palacio Sofía se bajó y corrió hacia su habitación, estando ahí ya pudo sentir la paz que necesitaba, estar esos minutos ahí en el carruaje con Arthur no le era de su agrado y además de que se sentía algo incomoda. Se desvisti
Sofía seguía confundida, llevaba media hora sentada en una esquina intentando procesar lo que estaba sucediendo, pero no llegaba a una conclusión ¿Cómo era posible que despertara en el cuerpo de una extraña? ¿Qué se supone que debía hacer ahora? No sabía donde estaba metida y no tenía a quien recurrir. Se estaba sumergiendo en la tristeza, hasta que alguien tocó la puerta de la casa, Sofía asustada se asomó por una ventana y vio a una pequeña niña en frente de la puerta con una bolsa en sus manos. Un poco temerosa abrió la puerta y la niña la miró extrañada, esa no solía ser la actitud de su vecina. -¿Charlotte estás bien?..._Preguntó preocupada. Sofía asumió que era así como se llamaba la dueña de ese cuerpo. -Si, estoy bien..._Respondió dudosa. -¿Segura?..._Preguntó no muy convencida, normalmente su vecina no era introvertida. -Si..._Intentó decir mas segura de sí. La niña la analiza y le tiende la bolsa que traía en sus manos. Sofía la mira y la toma con cuidado, no sabe por qu
Los años pasaron, al primer año las cosas fueron un poco difíciles para Charlotte, pero con lo que iba juntando lograba comprar algunas cosas para las clases, que pudieran ayudar a los niños a aprender tanto a escribir como leer. También en este año tuvo un largo proceso de enseñarle a Dalin a cocer, le había costado un poco, pero nada que con el tiempo no se arreglara y ella se esforzara por aprender a remendar sin dejar evidencia de que ahí alguna vez hubo un tajo. Gracias a esto ahora Dalin trabajaba con ella, mientras ella daba clases, Dalin se encargaba de algunos pedidos y así iba adelantando trabajo, pero aun no tomaba ningún trabajo de cero, o sea no se encontraba lista para hacer un vestido desde cero, aun le faltaba practica. Charlotte dijo que primero la haría hacer uno que ella misma creara para sí misma y dependiendo de los resultados ahí verían si está lista para tomar estos grandes pedidos. Al segundo año de anuncia que el Rey Arthur se casa con Amalia Evans hija de un