¿Qué escapatoria había? Tendió su mano y Arthur colocó un anillo en ella, sus sueños se le escapaban de sus manos, vivir una vida llena de rutinas que no eran las que ella quería, vivir casada junto con un hombre que no podía amar, era algo que la estaba llevando al borde de la locura.
-La boda será en un mes. -..._Sofía no dijo nada, en estos momentos no le importaba nada. Solo quería encerrarse en su habitación y de ahí no salir jamás, pero la vida no era como ella quería, aunque su padre haya muerto tendría que hacer los arreglos para la boda que absurdamente era en un mes, no había respeto en la muerte de su padre, un mes era muy poco tiempo después de la muerte de su padre, pero esto había quedado arreglado por su padre antes de morir. Cuando llegaron al palacio Sofía se bajó y corrió hacia su habitación, estando ahí ya pudo sentir la paz que necesitaba, estar esos minutos ahí en el carruaje con Arthur no le era de su agrado y además de que se sentía algo incomoda. Se desvistió y se metió a bañarse, luego se puso su pijama, se metió en su cama deseando despertar de la pesadilla en la que estaba viviendo. El tiempo pasaba y Sofía era poco lo que salía de su habitación, a veces la tenían que sacar a la fuerza por los arreglos matrimoniales, pero es que ella no quería ver a Arthur, quien ya se había mudado al palacio y se estaba encargando de los asuntos gubernamentales. Sofía agradecía que cada vez que salía no se tenía que topar con el, siempre estaban en aéreas contrarías del castillo, por lo que podía hacer sus cosas con total tranquilidad, a las horas de la comida no comían juntos esto a petición de Sofia que no quería ni verlo. Arthur no decía nada al respecto, encontraba que Sofía era una niña mimada y mal educada, no estaba para nada interesado, lo que menos quiera es crear lazos con ella antes de sacarla de su camino. Sabía que desde un principio Sofía había notado sus intenciones al acercarse al rey, pero se divirtió al no hacer algún movimiento en contra del rey y ver como ella quedaba como una loca cuando lo mandaba a espiar, la encontró totalmente ridícula. Su objetivo siempre fue la corona, por lo que se acercó al rey para darle su mayor confianza la cual ganó con el tiempo. Había decidido esperar ansiosamente para que el rey le diera la mano de su hija. Ya sabía que el rey estaba de mal estado, así que solo faltaba poco tiempo para que todo se diera a su favor. El esperó pacientemente por su momento y llegó después de unos años, pero la espera valió la pena. (…..) El mes pasó y la boda llegó, el gran día para Arthur y el peor día para Sofía había llegado. Cada uno se arreglaba por su parte, Sofía miraba como sus damas animadas la elogiaban por lo hermosa que se veía, ella se miró al espejo y era cierto se veía hermosa, pero no podía sentir la felicidad al verse en el espejo. Las damas salieron un momento dejándola sola, Sofía miró el ramo sobre su cama y sonrió con amargura, solo le quedaba una solución para escapar de este infierno llamado vida, tal vez era muy arriesgado, pero no había otra opción, era morir o morir, porque el matrimonio no es una opción. El momento llega y Sofía es llevada a la iglesia, nerviosa por el sonar de las trompetas comienza a caminar hacia el altar, todos los invitados hablan de lo hermosa que se ve, Arthur la espera en el altar con una inmensa sonrisa y ella sabe porqué. La noche anterior había escuchado a Arthur hablar con alguien sobre conseguir algún veneno que no fuera fácil de detectar, Sofia no era tonta, sabía muy bien que ese veneno era para ella y no le sorprendía en lo más mínimo, incluso sintió alivio porque lo vio como una ayuda involuntaria. Estando de pie frente a el le sonrió, lo cual para Arthur fue extraño, pero lo pasó por alto. El sacerdote comenzó hablar dándole inicio a la ceremonia, ambos se miraban fijamente y ya podían visualizar lo que pasaría en pocas horas. Sofía visualizaba su muerte y Arthur el momento en el que fuera coronado como rey, mientras que los espectadores solo se imaginaban una vida felices entre esos dos. -Sofía Herbert, acepta usted como esposo y compañero fiel a Arthur Jonhson, Sofía mira a Arthur y sonríe. -Acepto. -Arthur Jonhson, acepta usted a Sofía Herbert como su esposa y compañera fiel. -Acepto... -Por el poder que dios me ha concebido, los declaro marido y mujer. Puede besar a la novia. Arthur se acerca y coloca ambas manos en las mejillas de Sofía, sonríe y luego la besa. La gente aplaude de alegrías y pétalos de flores caen del techo mientras ellos caminan fuera de la iglesia. Suben al carruaje, donde son llevados al castillo, en el gran salón todos los empleados esperaban a los invitados y a los recién casados para recibirlos. La música dio inicio cuando los novios llegaron, los invitados se acercaban para felicitarlos y dejar el regalo a un lado de ellos donde había una gran caja decorada con lazos y pedrería para poner los regalos ahí. Al momento del valls, Arthur la llevó al medio de la pista, bailaron y en todo momento se miraron a los ojos, la gente no paraba de decir lo enamorados que ellos estaban, si tan solo supieran la realidad... La música acaba, los aplausos se escuchan por todo el salón, los invitados están encantados con la joven pareja, el padre del Arthur se acerca y le pide bailar con ella, Sofía hace un esfuerzo y acepta la invitación, baila con su suegro y este le dice que le desea lo mejor en su matrimonio, le comenta que a veces su hijo puede ser terco y ambicioso, pero que en el fondo es un buen hombre. Que solo deben darse una oportunidad para conocerse bien y verá que las cosas irán mejor. Sofia agradece sus palabras, la canción termina y de ahí viene otra persona a sacarla a bailar, estuvo así por unas horas hasta que la fiesta terminó. Los invitados se despiden en grupos para hacer mas corta la despedida y así de apoco el salón va quedando vacío. Cuando ya no queda nadie ambos van a su nueva habitación, Sofía está nerviosa, se quita el vestido con ayuda de sus damas y luego se pone su pijama. Se sienta frente al peinador y cepilla su cabello, hace esto para disipar los nervios pues no quiere que Arthur la toque, no podía llegar a ese extremo. -Sofía relájate, no te voy a obligar hacer nada..._Sofía estaba demasiado ansiosa, ella pensaba que el veneno había estado en su plato de comida en la fiesta, pero aun no sentía algún malestar. -Acompáñame a tomar este té y luego vayamos a dormir.. Sofía recibe la taza y mira el contenido, sonríe sabiendo que ahí está el veneno. Mira a Arthur y el se sienta frente a ella, ambos beben el té en silencio y como el había dicho, cuando lo terminaron se fueron a dormir. Sofía cayó en un profundo sueño del que no volvió a despertar jamás. La princesa Sofia Herbert había muerto y él doctor dijo que había sido un "infarto"... (….) Los intensos rayos del sol dan en su rostro y entre quejas despierta llamando a sus damas de compañía para que cierren las cortinas, pero nadie aparece. Molesta abre sus ojos y recién cae en cuenta de que no debería de estar viva. La tristeza la comienza a invadir, pero recién se da cuenta donde está. -¿Donde estoy?..._Asustada se levanta de la cama. Lo primero que piensas es que tal vez Arthur la sacó del castillo y ahora la encerró en alguna casa lejos del reino, pero cuando entra en el baño y se ve en el espejo de sus labios sale un grito de terror. Esa no era ella. -¡¿Qué pasó conmigo?! Sofía había despertado en el cuerpo de otra chica....Sofía seguía confundida, llevaba media hora sentada en una esquina intentando procesar lo que estaba sucediendo, pero no llegaba a una conclusión ¿Cómo era posible que despertara en el cuerpo de una extraña? ¿Qué se supone que debía hacer ahora? No sabía donde estaba metida y no tenía a quien recurrir. Se estaba sumergiendo en la tristeza, hasta que alguien tocó la puerta de la casa, Sofía asustada se asomó por una ventana y vio a una pequeña niña en frente de la puerta con una bolsa en sus manos. Un poco temerosa abrió la puerta y la niña la miró extrañada, esa no solía ser la actitud de su vecina. -¿Charlotte estás bien?..._Preguntó preocupada. Sofía asumió que era así como se llamaba la dueña de ese cuerpo. -Si, estoy bien..._Respondió dudosa. -¿Segura?..._Preguntó no muy convencida, normalmente su vecina no era introvertida. -Si..._Intentó decir mas segura de sí. La niña la analiza y le tiende la bolsa que traía en sus manos. Sofía la mira y la toma con cuidado, no sabe por qu
Los años pasaron, al primer año las cosas fueron un poco difíciles para Charlotte, pero con lo que iba juntando lograba comprar algunas cosas para las clases, que pudieran ayudar a los niños a aprender tanto a escribir como leer. También en este año tuvo un largo proceso de enseñarle a Dalin a cocer, le había costado un poco, pero nada que con el tiempo no se arreglara y ella se esforzara por aprender a remendar sin dejar evidencia de que ahí alguna vez hubo un tajo. Gracias a esto ahora Dalin trabajaba con ella, mientras ella daba clases, Dalin se encargaba de algunos pedidos y así iba adelantando trabajo, pero aun no tomaba ningún trabajo de cero, o sea no se encontraba lista para hacer un vestido desde cero, aun le faltaba practica. Charlotte dijo que primero la haría hacer uno que ella misma creara para sí misma y dependiendo de los resultados ahí verían si está lista para tomar estos grandes pedidos. Al segundo año de anuncia que el Rey Arthur se casa con Amalia Evans hija de un
Era otro día de clases en la que los niños se habían divertido demasiado, de a uno se iban yendo y ya solo quedaba Luis, pero este no estaba preocupado de que aun no llegaran por el, en realidad estaba concentrado jugando con Karla que no notó el pasar del tiempo. Charlotte los dejó jugar y se fue a trabajar con Dalin, esta estaba con el maniquí cruzando algunos alfileres. Concentrada en su trabajo no se dio cuenta cuando Charlotte entró en la habitación y se puso a remendar una falda que solo había que cambiarle el elástico. Dalin aun le daba la espalda y no la notaba, su mirada viajó del maniquí a la ventana por donde vio pasar al hermano de Luis. -¡Charlotte!.. -¡¿Que?!..._Gritó del susto que le había dado su amiga. -¿Cuanto llevas ahí?..._Preguntó extrañada de no haberla sentido. -No mucho, ¿Por qué gritas?..._Tocan a la puerta y Dalin le hace señas de que vaya a ver quien es, Charlotte camina extrañada mirando hacia atrás por la actitud de su amiga. Una vez que abre la puerta
Charlotte está hermosa, Dalin se había encargado de ayudarla a vestirse y peinarla, había dado todo de si para dejar a su amiga deslumbrante para la cita. Dalin le habla sobre muchas cosas que pueden pasar en esta salida, pero Charlotte le corta el royo afirmándole a su amiga que nada de eso sucederá, no está ni lo más mínima e interesada en salir con alguien como algo más, su vida ya está bien como está. No necesita que llegue alguien con intenciones amorosas, no tenía cabeza para eso. El tema del amor era uno muy cotidiano entre las mujeres, siempre hablando sobre como se sienten cada vez que sus maridos llegan y las consienten o ven al chico que les gusta. El tema del amor estaba demasiado sobrevalorado, solo pensaban en enamorarse, casarse y tener hijos, un estilo de vida que Charlotte detestaba, ella siempre quiso hacer algo diferente, siempre quiso ser diferente y ahora lo había logrado. Veía como niñas llegaban contándole que ese vestido que le pedían arreglar lo querían usa
El ambiente era tenso, las madres pensaban lo peor que se les pusiera cruzar por sus pensamientos. Estaban preocupadas desde el primer instante que escucharon que a la tutora Charlotte se la habían llevado los guardias reales sin alguna razón. Ellas no perdieron el tiempo y corrieron a casa de Charlotte para saber que había sucedido, pero Dalin no pudo darles la información que querían porque estaba igual que ellas.Ahora de ya la tutora se encontraba aquí en casa podían estar más tranquila, por un momento pensaron que la encerrarían, pero gracias a Dios no fue así. -Señoras lamento informarles que no podré darle clase a los niños todos los días..._Todas la miran preocupada. -Solo podré darles clases dos veces a la semana.Los murmullos entre ellas se escuchan en todo la habitación, ¿Cuál era la repentina razón para esto? ¿Acaso Charlotte se había metido en problemas por estarles enseñando a sus hijos?-Esto debido a que el rey y la reina me han pedido ser la tutora del príncipe..._C
El fatídico día para Charlotte había llegado hoy era Lunes, lo que significaba ir al castillo. Como se lo había pedido el rey se había levantado temprano y aunque estaba muerta de sueño, ahí estaba bañándose con agua helada para despertar por completo. Era un método que servía mucho, pero en el momento se echarse esa agua tan fría en la mañana, le estaba haciendo doler los huesos, no es algo que volvería a repetir, solo mojarse la cara con agua fría sería suficiente.Al terminar de bañarse se abraza a sí misma tiritando de frío, camina a su habitación y quedando frente a su armario se sienta dejando que el frio se pase un poco, mientras ve lo que se pondrá. Dejando pasar algunos minutos se levanta y comienza a vestirse, no puede perder mucho tiempo, aun le falta desayunara, pero sabe que en eso no va a perder mucho tiempo solo comerá un pedazo de pan con queso y una tasa de de té.Prepara su desayuno y se siente ansiosa, era algo inevitable de sentir y odiaba eso, desearía poder contr
-Su majestad ya están de vuelta..._Sale Wilfred a recibirlos.Ya habían vuelto de su cacería y el ganador había sido Charle cazando a un ciervo, el resto habían logrado cazar conejos y zorros. En su regreso al castillo Kyle y Charle le insistían porque querían ir a conocer a la susodicha, era mucho el interés ya que le primera vez que oyeron de ella al momento la asimilaron como una "bestia" por como Arthur decía que se vestí y como era, nada una damita para andar corriendo y saltando por ahí, pero con lo que ahora habían escuchado, parecía que había sido educada.-Wilfred ¿Dónde está Amalia?..._Preguntó Arthur.-La reina se encuentra con la tutora y el príncipe William..._Responde recibiendo el equipo de cacería.-Bien, iré ahí.-Si su majestad...-Oh y Wilfred.-¿Si su majestad?-Cierras las piernas..._Dice haciendo obvia referencia a que anoche se había acostado con Kyle.Luego de que Arthur dijera estas palabras, Wilfred abrió la boca para decir algo, pero la risa de Charle le int
El almuerzo había acabado y ya todos se estaban retirando para seguir con sus labores. Charlotte se fue con Amalia y el príncipe de nuevo a la sala de aprendizaje para seguir con su trabajo. Por otro lado el trío de reyes se fueron al despacho de Arthur, este estaba sentado en su silla tras el escritorio revisando algunas peticiones y cartas, mientras Kyle y Charle estaban sentados en los sillones mirando a Arthur, esperando a que tome la iniciativa de armara un plan para pasar tiempo con Charlotte, pero no, ahí estaba sentado su amigo, trabajando y no dándole importancia a algo único que debe de aprovechar.Arthur a pesar de estar sumido en su trabajo, escuchaba a sus amigos armar un plan sin su consentimiento, era increíble que ellos se motivaran más que el para esto, pero no había nada que pudiera hacer. Había contratado a Charlotte para enseñarle a su hijo, si de la nada cancelaba una clases solamente llevarla a cazar sería algo muy extraño para ella de seguro.Aun no podía creer