El sol se había ocultado en el horizonte, dejando a la ciudad sumida en la oscuridad de la noche. En una tranquila calle lateral, un hombre solitario caminaba apresuradamente, su mente llena de confusión y tormento. Ethan luchaba por comprender lo que había sucedido en los últimos meses, pero las respuestas parecían esquivarlo, escapándose entre las grietas de su conciencia.

Desde que había sido liberado de la cárcel y remitido a ayuda psiquiátrica, Ethan se había sumido en un mundo de confusión y desesperación. Las piezas de su mente estaban desordenadas, como un rompecabezas incompleto que no podía resolver. Y mientras intentaba desesperadamente encontrar respuestas, una verdad inquietante comenzaba a emerger.

Ethan había vivido con una doble personalidad durante años, una que había permanecido oculta en lo más profundo de su mente, emergiendo solo en momentos de extrema tensión o estrés. Esta otra personalidad se manifestaba como una mujer llamada La Esmeralda, conocida en los bare