Era de noche cuando Arantza recuperó la percepción. Miró a su alrededor y se percató de que se hallaba en su cuarto. No recordaba cómo había llegado hasta allí pues la noticia de la muerte de Lenya la conmocionó tanto que experimentó un estado de shock emocional y no fue capaz de reaccionar durante varias horas.Noah la llevó a su casa y le explicó a Indira que su hija no se encontraba bien, pero no entró en detalles. La mujer la ayudó a recostarse y permaneció en la cama hasta que oscureció.Arantza, con el alma rota, sintió cómo todo su mundo se derrumbó en un instante. Cualquier esperanza se desvaneció y el sentimiento de culpa se instaló en su pecho. Jamás tendría la oportunidad de volver a ver a Lenya, nunca podría pedirle perdón por haberse alejado de la forma en que lo hizo, no podría darle las gracias por todas las cosas que había hecho por ella ni expresarle cuánto la amaba. No había modo de retroceder el tiempo, solo le quedaba el doloroso presente y la cruda realidad.Se le
—De ninguna manera —respondió Arantza—. No recurriré al nepotismo, conseguiré un empleo por mis propios méritos.—No será nepotismo porque no pienso intervenir. Dijiste que te darán una carta de recomendación, ¿no? Tienes eso a tu favor. Entregarás tu currículo a recursos humanos junto con la carta y ellos se encargarán de entrevistarte. Pasarás por todas las etapas como cualquier postulante.—¿Lo dices en serio? —preguntó con interés.—¡Claro! Yo jamás te mentiría como lo hizo la señori… —por una cuestión de impulso, realizó un comentario inoportuno y se detuvo al instante, pero ya era tarde pues Arantza lo había comprendido. La muchacha hizo una mueca de disgusto y Noah tragó saliva—. D-Digo, no hay ninguna trampa en esto. Te lo juro.—No estoy segura de querer hacer el intento después de lo que acabas de insinuar —expuso su incomodidad.—Sé que estás muy herida por tu pérdida, pero solo estoy diciendo la verdad. La señorita Parodi te mintió y ese hecho no se puede borrar. Por esa r
—¿Un hijo adoptivo? —resaltó Arantza—. ¿De dónde sacaste eso?—Toda la información se lanzó hace un par de días, me sorprende que no tuvieras idea de ello, ya que está en boca de todo el mundo. Mis estudiantes solo hablaban de lo mismo —indicó—. Como sabes, la señora Parodi perdió a sus dos hijos y no se volvió a casar, pero, casualmente, descubrió que su difunto esposo tuvo un hijo ilegítimo.—¿Estás diciendo que… su marido la engañó? —asumió.—No ofrecieron muchos detalles al respecto, pero eso fue lo que dieron a entender. Liam Parodi tuvo un hijo fuera del matrimonio y, actualmente, tiene la misma edad que hubiera tenido Lenya de no ser por su enfermedad.—Pero, dijiste que se llama Landon, ¿no? ¿Cómo es eso posible? Digo, ¿ese no era el nombre del gemelo de Lenya?—Pues, en lugar de enfadarse y armar un alboroto, la señora Parodi decidió adoptar a ese hombre. Como ya no tiene hijos necesita un heredero, y quien mejor que el hijo del esposo que tanto amó. No le importó que haya si
El cambio de Landon fue logrado con éxito, pero el camino que recorrió fue bastante complejo. Dejó los tratamientos hormonales siguiendo las indicaciones de su nuevo endocrinólogo y fue sometido a sesiones de psicoterapias debido a que su manera de vivir lo había afectado significativamente.Empezó a practicar deportes como el fútbol y el baloncesto, y comenzó un entrenamiento rudo e intenso en el área deportiva que había aprendido con su amada: El kick boxing.Además, un nutricionista lo ayudó a formular una dieta apropiada y recibió un asesoramiento personalizado por parte de un instructor de gimnasio.Todas estas actividades fueron realizadas con el propósito de mejorar el estado físico de Landon pues estaba muy delgado y deseaban que aumentara su masa muscular y su resistencia.También se deshizo de los pequeños bustos que se habían formado debido a las hormonas femeninas que se le administraba. Poco a poco, Landon fue adquiriendo el cuerpo de un verdadero hombre, dejando a un lad
Arantza se colgó por un momento debido a que no sabía cómo tomar los comentarios de Landon. Para ella era un completo extraño, pero él la trataba con toda la confianza, como si se conocieran desde hace años.—Gracias por sus palabras. Sin embargo, con todo respeto, dudo que cambie de parecer. Mi lugar está aquí, en Logotype.—Pero ¿no te interesaría trabajar en una empresa de renombre? Sin menospreciar a ninguna otra, por supuesto.—Me he esforzado mucho para ganarme un reconocimiento en esta agencia y quisiera quedarme por varios años más —respondió.—¿Pretendes seguir escalando?—E-Es la idea, pero ya veremos cómo me va —indicó.—Aun así, no me rendiré contigo —dio unos pasos hacia Arantza, acortando la distancia entre ambos—. Tengo la esperanza de que terminarás aceptando mi oferta.La mujer no supo cómo reaccionar ante la actitud de Landon, así que solo le brindó una sonrisa amable. Su presencia la ponía inexplicablemente nerviosa y no podía mirarlo a los ojos. Además, se percató
Landon y Arantza se mantuvieron en contacto por el asunto de la campaña publicitaria y, en ocasiones, debieron reunirse para coordinar ciertos detalles y evitar cualquier error o confusión.Los encuentros se realizaban en la sala de reuniones de Logotype, pero, una mañana fue diferente. Landon la convocó en la sala de reuniones de Hidden Beauty y Arantza confirmó su presencia sin chistar.Sin embargo, la muchacha estaba un poco nerviosa debido a que hacía muchos años que no ponía un pie en esa empresa. A decir verdad, ni siquiera se le cruzó por la mente que volvería a entrar allí. Cuando solicitó su renuncia y abandonó ese sitio, fue con el propósito de dejar todo atrás, así que no era un lugar al que planeaba regresar alguna vez.Arantza llegó a la empresa y permaneció en la entrada durante unos minutos, observándolo con detenimiento. Su corazón empezó a palpitar impetuosamente a causa de su estado ansioso, por lo que inhaló y exhaló aire con profundidad para conseguir la calma. Des
De repente, el celular de Landon comenzó a sonar. Tomó el móvil y echó un vistazo a la pantalla.—Debo atender esta llamada —señaló, levantándose de su asiento y alejándose de la mujer para hablar en privado.Luego de unos minutos, regresó a donde se encontraba la muchacha.—Desafortunadamente, tengo asuntos pendientes que resolver. Sin embargo, si tú en verdad quieres seguir conversando sobre esto, puedo invitarte a cenar para platicar sin interrupciones.—¿A cenar? —resaltó con asombro—. ¿No estaríamos cruzando la línea entre lo personal y lo profesional?—Ya lo hicimos —declaró Landon—. Además, no tendría nada de malo ya que solo se trataría de una charla y, aunque me gustaría, no eres una funcionaria de Hidden Beauty. No estamos quebrantando ninguna ley.Arantza lo miró con detenimiento, para después dar su respuesta.—Está bien —se puso de pie—. Cenemos esta misma noche, yo invito.Landon pestañeó repetidamente y le brindó una sonrisa.—¿Porqué la prisa? —cuestionó.—Porque estoy
—Lenya es… una parte importante de mi historia —acotó Arantza—. Tenía mis propios proyectos antes de conocerla, pero ella me impulsó a llevarlos a cabo. Tengo mucho que agradecerle y… también quisiera pedirle perdón por no haberla querido escuchar la última vez que nos vimos. Pero… eso ya no es posible —suspiró—. Hace tiempo que la perdí y procuré forzarme a aceptar ese hecho, honestamente creí que lo había superado. Sin embargo… ahora ya no sé qué pensar.Landon la contempló con atención y con el rostro inalterable, pero en realidad estaba atónito ya que aquella declaración fue inesperada. No tenía idea de que Arantza se sentía culpable por lo que había ocurrido en el último encuentro y que la había estado atormentando.Quería liberarla de ese remordimiento, quería ayudarla a aligerar su carga y que volviera a ser el espíritu indomable que siempre había sido, y de la que se enamoró.—¿Me permites decirte unas palabras con respecto a lo que acabas de expresar? —articuló Landon, a lo q