NINA
La fragancia que llega a mis fosas nasales me pone a temblar y no lo puedo creer, no lo entiendo, me hace sentir diferente, me hace sentir especial, me hace sentir suya.
«Es nuestro Mate»
La expresión de su rostro me dice lo mismo, se que siento lo mismo que yo y que su lobo interior esta tan desesperado por un acercamiento como lo pide mi loba. Maya, grita acercarme, pero la mirada fría y distante del alfa mantiene los pies clavados en el mismo lugar.
Me odia, siento que me desprecia, puedo sentir su olor a desagrado puro que me hace cubrir mi desnudes con ambas manos.
—Yo…
No puedo hablar, su olor me tiene loca y su mirada furiosa me mantiene nerviosa. Solo me da para cubrir mis senos y mi zona intima de su mirada que me recorre de pies a cabeza.
—No te preocupes, no me gustan las lobas inferiores como tu—paso Saliva con sus palabras y el tono de su voz—cúbrete.
Es alto, de cabello largo hasta los hombros y una mirada azul que me vuelve pequeña y no solo por el color, es por esa crueldad que me apuñala.
Se dirige con las manos en su pantalón a la ventana dándome el tiempo para cubrir mi desnudes con la toalla. Los latidos los tengo acelerados, pero me preocupo de cubrirme mientras controlo los impulsos de mi loba que quiere sentirse envuelta entre sus brazos.
—Yo lo lamento, no sabía que estabas aquí y…
—No te preocupes, no eres la primera mujer que veo desnuda—su voz es neutra casi tirando a desagrado—y no me interesas como mujer, solo quería conocer a la mujer con la cual estoy comprometido.
—Yo también quería conocerte—me mira por encima del hombro con desagrado.
—Bien—se acerca y retrocedo, es demasiado alta y me intimida tanto o mas que mi papa—no te preocupes que no pienso tocarte, me repugnas.
Sus palabras cortan adentro profundamente. mi loba llora y contengo las ganas de llorar.
—Como tampoco quiero casarme contigo, eres una loba demasiado insignificante para mi—siento que me cogen a patadas con sus palabras tan feas y llena de desprecio.
—Entonces si no quieres casarte conmigo porque no te niegas, eres el que mas poder tiene de decidir si quiere o no cumplir.
Apenas digo audible, mirando mis pies, siento que si lo miro me muero y no quiero ver esa mirada llena de desprecio otra vez.
—Porque soy un hombre de palabra, mi familia es de tradición y honra los tratados, por eso debo casarme contigo—dice—es una obligación que tengo con mi manada, mi familia y mi honra como el alfa de esta manada.
—Entiendo—le digo con todo mi cuerpo temblando—pero se nota que no te agrado para nada, esto será un infierno para los dos.
Sobre todo, para mí, cuando no quiero que me trate como basura.
—No me agradas porque eres una loba inferior, una asquerosa omega, por eso no me agradas—me duelen sus palabras—así que compórtate esta noche, no des problemas y hasta el día en que nos casemos, mantente alejada de mi.
—Cuanto tiempo estaremos casados.
—¿No lo sabes? —niego, papa no me dijo nada, solo me dio órdenes explicitas.
—Despues hablaremos de eso—contesta frio y neutro como siempre.
—Esta bien—me da miedo habarle.
Mi loba sigue llorando, siente su aura llena de desprecio y no sé, no entiendo que pasa conmigo, pero me atrevo alzar la mirada, chocando mis ojos grises con sus ojos azules que son absorbentes. Su aura me intimida y su mirada pesada crea un vacío en mi estómago.
El olor no me deja dudas, y el que mi loba se sienta como se siente me deja claro que el es mi mate. Pero me desprecia, me odia y no me quiere por ser una simple omega.
«Mi lobo si me quiere, puedo sentirlo, pero el no, el nos desprecia»
Llora mi loba haciéndome doler el corazón.
Hay una gran diferencia entre mate y luna.
Mate: pareja eterna del lobo.
Luna. Pareja eterna de los alfas, ósea la parte humana.
Los únicos seres que tienen luna son los alfas, la sangre pura y si la parte humana no acepta a una loba de rango menor como yo, hacer su luna, entrelazando la parte luna-mate. Se crea un conflicto que nos hará sufrir a los dos, mas que todo a los lobos.
Greco me odia, no, se ve que le desagrado y eso me duele demasiado.
—Ahora que lo entiendes, te dejare para que termines de vestirte, mi familia te conocerá.
—Esta bien—no puedo decir nada más.
No puedo creer que el actúe como si nada, cuando yo por dentro me estoy muriendo. Quiero tocarlo, yo quiero acercarme a él, pero su mirada manda el impulso atrás.
Da un paso hasta a mi poniéndome nerviosa y me repara, me mira, y arruga su entrecejo antes de que sus ojos cambien de azules a rojos.
Cierra los parpados, sus ojos vuelven al color natural y da un paso atrás mirándome como si fuera la peor basura del mundo. Se me encoje el estomago sin embargo contengo las ganas de llorar que salen disparadas cuando me da la espalda, saliendo de la habitación.
Que feo se sintió esto. Es mi mate, Greco Komarov es mi mate y me desprecia por ser una loba omega.
Me limpio las lágrimas, pese a sentirme como una porquería, tengo que asistir y aunque no me quieran, tengo que cumplir con mi deber.
¿Cómo lo voy a matar?
Es mi mate.
¿Cómo voy a matar a mi pareja destinada para cumplir con las demandas de mis padres?
¿Porque me pasa esto a mí?
Me limpio las lagrimas y me dispongo a secarme el cabello el cual defino los risos que me llegan a lo largo de la espalda.
Tengo los ojos hinchados, de tanto llorar, por eso aplico solo un poco de maquillaje y por mas que esta familia me odie, no quiero verme físicamente como me siento por dentro.
Como una basura.
El vestido es de tirantes, que deja mis brazos delgados al aire y es ajustado a mi cadera, resaltando partes de mi cuerpo.
—Señorita—hablan afuera—la esparan.
Me da nervios tener que ir a conocer esta familia que de seguro también me odian profundamente.
Abro la puerta, encontrándome con Raquel que también es una loba omega.
—Estas hermosa Nina—me dice y le sonrio con amargura.
Baja la mirada, como si yo no fuera igual que ella, de hecho creo que la tratan mejor a ella que a mi.
—Mirame a la cara, no te preocupes—le digo—somos iguales Rachel.
—No puedo, tu pertenecerás a la familia y es prohibido mirarlo a la cara los miembros de la familia.
—Aun no lo soy—le digo—al menos, cuando estemos solas, mírame a la cara.
Asiente y lo hace, me mira quitándome un peso. Con ella siento algo extraño, es su olor, algo característico que no comprendo, pero me hace sentir bien, en confianza y en familia.
Será porque somos omegas, tenemos el mismo rango y aunque seré la esposa del alfa, me trata como si fuera una empleada de su casa, no como su futura esposa.
—La esperan—me dice disparándome el miedo—estas hermosa Nina.
Sus palabras me hacen sentir bien, es amable, y tiene la piel tan blanca como yo, aunque es de ojos verdes, su cabello es castaño y muy bonito.
—Nadie me quiere aquí—le digo con ganas de llorar.
—Pero tienen que soportarte.
Espero que este suplicio será por poco tiempo, un año, o menos tiempo, el problema es que necesito matarlo.
No demoro más, simplemente salgo de la habitación para conocer a la familia que perteneceré en poco tiempo.
Bajo las escaleras, Rachel me guía a la mesa, donde me acerco notando a seis personas sentadas que no reconozco.Tengo tanto miedo porque no quiero mas malos tratos, suficiente con las palabras llenas de desagrado por parte de Greco hace minutos.—Buenas noches.Hablo llamando la atención y mi estomago se contrae cuando una rubia y una chica de cabello castaño se cubren la nariz con mi llegada, haciéndome sentir mal.Las risitas de las chicas me hacen sentir pequeña. Sin embargo, en medio del momento donde tengo las mejillas calientes llena de vergüenza, un señor se pone de pie.—Niñas, por favor no sean tan groseras—dice el hombre de edad, muy parecido a Greco que esta en la cabecera de la mesa mirándome como cucaracha.No se como voy a seguir aquí, siento que no tengo la fuerza suficiente.—Nina, soy Gastón, padre de Greco—me ofrece la mano y me sorprendo porque parece no desagradarle que sea una omega—padre de Greco tu futuro esposo—apenas si miro a ese hombre, siento su mirada en
Busco irme por otro lado, porque no quiero problemas, ya suficiente con todos en la familia odiarme y tratarme mal, por ser una omega ahora para soportar a esta mujer.—Voy hablar contigo—se me interpone en el camino.—Por favor déjame pasar—me empuja con fuerza y me sostengo del borde para no caerme.—¿Qué le pasa? —casi pierdo el equilibrio, pero logro enderezarme.—Pasa que tengo que hablar contigo seriamente.—Yo no quiero—trato de irme por la derecha, pero no me deja.Es mas alta que yo, y es una Beta, se le nota, por el aire que destila.—Pues muy mal por ti omega de porquería—alza el mentón y me quedo parada, no me queda de otra mas que escucharla—porque te voy a hablar claro, por muy esposa que vayas hacer de Greco ese hombre es mío.Viene a marcar territorio.—Yo solo voy a cumplir con un acuerdo que hay entre las familias, no pienso quitarle nada a nadie.—Mantete alejada de Greco, porque amo a ese hombre.Me trago todo lo que se me atora en la garganta.—Tu loba también—me
NINA —¿Te hice una pregunta Nina? —se me atora la saliva en la garganta cuando queda a centímetros de mi cuerpo—contestas. Parpadeo varias veces, se ve mas enojado que nunca y su aroma a cambiado a una acida y pesada. Su aura es oscura intimidándome de tal manera que no soy capaz de hablar. —Tu loba te comió la lengua—ironiza y niego—entonces dime con quien rayos estás hablando. —No, yo—su aroma me aturde mucho—Matthias es solo un amigo mío con el cual estudio. —Y también quieres mucho—me recuerda lo que le dije—eso escuché que le dijiste. No se porque se ve tan enojado. —Si, yo lo quiero mucho, es una persona muy importante para mí, ha estado en mis peores momentos. Eleva una ceja reparando mi rostro y quiero bajar la cabeza, no mirarlo más, pero sus ojos me capturan mientras en mi interior mi loba mueve la cola emocionada. —Mañana vamos a cenar tu y yo—me dice rompiendo el momento con su tono de voz recio—tenemos algunas cosas que poner en orden antes de presentarte como tu
—Giordiña—vuelvo a hablarle—¿Qué pasa?—Necesitaba ver que tan poca cosa eres—me arden los ojos—y si, no vales nada. —No me conoces para que digas eso sobre mi—se ríe y en verdad me desagrada mucho que lo haga de esa manera- —No necesito conocer saber de ti o ser grandes amigas para saber qué eres una poca cosa que no vales absolutamente nada. Respiro profundo, y aunque no quiero llorar, no puedo evitar que mis fosas nasales me ardan. —Si no vas a decirme nada más, te agradecería que por favor me dejes sola, tengo que estudiar. —Si tengo mucho más que decirte. —No quiero escucharte—me doy la vuelta para irme, pero me toma de la mano. Ella es una loba beta, todos en esta familia lo son, muy fuertes, y por eso me ven como menos. —Pues estas en mi casa—me deja en el mismo lugar—y aquí hago lo que se me da la gana. —¿Qué quieres? —le digo para que termine esto rápido. —Vengo a decirte que voy a hacerte la vida imposible—habla y no tenía que decirlo—no estoy de acuerdo con ese ma
Miro en el espejo mi reflejo. Luzco un vestido de tirantes, ajustando a mi cuerpo y que hace destacar mis pechos. Tengo senos muy grandes, mas de los que quisiera tener. Es una parte de mi anotomía que no me gusta para nada, porque me hace ver muy voluptuosa. Por eso busco un abrigo, es de noche, hace frio en esta temporada, y aunque no lamentamos eso porque podemos soportar altas temperaturas, no quiero que note mis senos. Lista salgo de la casa, encontrándome con Giordiña que me mira mal. —Con esa forma de vestir le harás pasar vergüenza a mi hermano—me dice cuando llego al final de las escaleras—no te has visto en un espejo, con ese cabello suelto pareces un espantapájaros. No quiero que sus palabras me afecten, pero es difícil porque en este mundo lleno de oscuridad al cual pertenezco lo único que puedo es hundirme en mi propia miseria. —Hija, deja a Nina tranquila—aparece el señor Gastón—y no te preocupes, estas muy linda chica. —Gracias—le sonrió y la hija rueda los ojos.
Me atraganto con mi propia saliva porque me siento contra la espada y la pared. —No se de que estas hablando Greco—le hablo despacio. —Hablemos claro Nina, porque luces inocente, tímida y vulnerable, pero se muy bien que no eres le haces creer al todo. —Estas equivocado Greco—intento explicarle, pero su mirada me cohíbe demasiado. —Podrás engañar a todos, menos a mí—dice y sus palabras me lastiman—no me creo tu carita de niña buena. —Entonces para que quieraes casarte conmigo—le digo cansada de todo—déjame a un lado y ya, como lo hace todo el mundo. —Soy un hombre de palabra. —Y yo no soy una mentirosa—le digo—no se que pretendes, pero no tengo nada en contra tuya, solo estoy aquí, frente a ti, aguantándome tus insultos solo por cumplir con un acuerdo. Le digo con ganas de llorar. Pero contengo todo lo que quiere emerger, El dolor que siento en este momento no se lo deseo a nadie. Duele hasta respirar. Lo quiero, desde ya, asi como es, pero yo para el no soy suficiente. —No
—Rompieron toda mi ropa—le digo limpiándome las lágrimas—no se que hacer, no tengo nada que ponerme y mucho menos se quien lo hizo.—Voy a decirte algo, pero no le digas a nadie—asiento—ayer, cuanto de fuiste, Alyona y Giodiña estaban juntas y sinceramente creo que son las únicas que pueden hacerte ese tipo de cosas. —No me quieren—me limpio las lágrimas con el dorso de la mano. —Eso no importa, desde que el alfa lo haga, todo está bien. —El tampoco me—la miro por un momento recordando las palabras del alfa ayer—ayúdame con ropa, no sé qué hacer. —Bien espérame aquí. No demora en traerme un vestido sencillo de flores y vuelve a perderse, tengo hambre, pero estoy acostumbrada a soportar hambre por eso me quedo en la habitación así crean que soy una grosera y mal educada. —Que pasa contigo—la voz de Greco me estremece—no te enseñaron modales. Que severo es siempre, pensé que al menos en las horas de la mañana su mala actitud no estaba en nivel Dios. —Greco lo siento mucho. —Dej
GRECO Entro a mi oficina, mi amigo Paul me espera con información y muevo mi cuello exasperado. Nina me tiene así, exasperado. —Sabes algo de los movimientos de la otra manada—entro queriendo sacarme de la cabeza lo que sucede con ella. Mi lobo, se me hace imposible ya controlarlo, esta desesperado por sentir el calor de su mate. No la quiero, como mi pareja destinada y mucho menos como mi luna. Ya había escogido una pareja para ser mi luna, pensaba que en un futuro lejano encontraría mi mate, pero ya no se, mi lobo no quiere a Alyona, nunca tuvimos problemas, pero ahora no la soporta y más con lo sucedido. —Te vez de mal humor—dice mi amigo al verme. —Un poco, mejor dime que esta pasando con la manada cercana. No me fio de esos desgraciados. De la manada sol naciente. Siempre han querido derrotarnos, no olvido que la manada de Nina y ellos tuvieron una pequeña alianza para derrotarnos y tener nuestro territorio. —Han tenido mucho movimientos, el padre Nikolay de Nina, tu fu